Lisbeth Mejía Reyes/Zona Roja.
Oaxaca, Oax., a 6 de diciembre de 2025.- La libertad de culto y la separación de la iglesia y el Estado siguen sin concretarse en México a 165 años de que el oaxaqueño Benito Juárez promulgó la Ley sobre libertad de culto, señaló Enrique Ángeles Cruz, presidente de la Defensoría Cristiana.
En la tierra del Benemérito de las Américas, la ley que establece la libertad de creencias es letra muerta, lamentó el defensor durante el aniversario de la promulgación de la ley.
Esto a pesar de que tal derecho está plasmado en la Constitución Política de México y la Constitución local de Oaxaca, así como en la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.
En el estado, dijo, son los usos y costumbres los que afectan este derecho en las comunidades indígenas e impiden la separación de iglesia y estado. Lo anterior debido a que en el esquema de cargos públicos se mezclan los de tipo religioso y los acuerdos de las asambleas atentan contra los habitantes que profesan otra religión distinta a la católica.
Desde la ceremonia conmemorativa realizada este jueves en el parque “El Llano”, ciudad de Oaxaca, Ángeles Cruz lamentó que actualmente la obra y el pensamiento juarista se usen solamente como «una bandera en favor de intereses políticos mezquinos y de partidos, pero nunca en beneficio del pueblo». Ante esto, exigió a las autoridades estatales y federales ser gobiernos plurales y garantizar los derechos de todas las personas.
El defensor remarcó la importancia del legado de Benito Juárez, quien incluso llevó la máxima del respeto a su emblemática frase: «Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz».
El legado de Juárez también permitió «liberar de la opresión religiosa que prevalecía en perjuicio de la gran mayoría del pueblo mexicano, no solo en el control absoluto de las conciencias sino en el despojo impune de su precaria economía, a través del gran poder político que ejercía en todos los ámbitos del gobierno», explicó.
Sin embargo, reiteró que esa separación de la iglesia y el Estado aún está lejos en Oaxaca, debido a los usos y costumbres (Sistemas Normativos Internos) que rigen a más de 400 municipios y en los que se mezclan los cargos civiles y religiosos.
Además de que sigue el despojo económico en perjuicio de miles de familias que son obligadas a servir en cargos religiosos y aportar cooperaciones para actos y festividades religiosas, sean o no de esa religión, pues de lo contrario son multadas, agredidas, desplazadas y asesinadas.
Uno de los casos de intolerancia religiosa es el del pastor Samuel García y dos creyentes más, quienes fueron asesinados hace 90 años en San Jerónimo Tlacochuahuaya por la intolerancia religiosa. Igualmente, se han registrado otros casos de intolerancia entre 1990 y el año 2000, de los que dijo que intervinieron como Defensoría Cristiana.
Uno de los más recientes es el de familias de Cerro Cajón, agencia El Arenal, en el municipio de San Juan Lalana, quienes fueron agredidas en 2024 por habitantes de su comunidad, les robaron su ganado y quemaron su templo. A la fecha, las familias siguen exiliadas y sin poder volver a sus hogares.
