Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca, Oax., a 8 de diciembre de 2025.- Con un proceso desaseado y con resultado conocido con mucha antelación, el pasado 3 de diciembre, el Senado de la República concretó la orden presidencial de reemplazar al titular de la Fiscalía General de la República (FGR).
Fueron 97 votos a favor de Ernestina Godoy Ramos —de todas las confianzas de la Presidenta—, de los 127 votos que emitieron los senadores por cédula; además, se recibieron 11 nulos y 19 en contra de la terna propuesta por la titular del Ejecutivo federal, Claudia Sheinbaum.
La prioridad era Godoy y los otros dos perfiles de la terna eran únicamente para cumplir el requisito legal.
Aún con todo, era necesario, urgente, cambiar a Alejandro Gertz Manero, enquistado desde enero de 2019 y hasta diciembre de este año, casi siete años en el cargo a capricho de Andrés Manuel López Obrador.
En todo ese lapso, no se supo de resultados positivos en la procuración de justicia nacional más que de venganzas y pleitos personales, así como de protección a la élite morenista acusada de diversos delitos.
¿Y en el interior del país qué hacía la FGR? Por lo menos en Oaxaca, nada, absolutamente nada, pese a la creciente ola de delitos federales.
LOS DESASEOS
La “renuncia” de Alejandro Gertz Manero ocurrió igual que su reemplazo: con absoluto desaseo. Simplemente “quiso una embajada” —según declaraciones de la propia Presidenta—, aunque una semana después, aún no se sabe a qué país se irá a representar a México.
Pero sobre todo, de acuerdo con la norma constitucional, un fiscal General de la República solamente puede ser reemplazado por una causa grave, lo que por supuesto no existía.
Como siempre lo ha hecho, ni ahora ni antes, Gertz Manero ha salido a dar la cara para explicar los motivos reales de su dimisión; en los círculos políticos se considera una ruptura con las órdenes obradoristas y un cúmulo de ineficiencias y conflictos.
Un ejemplo de sus múltiples pleitos personales y venganzas:
“Alejandro era muy apegado a su hermano mayor Federico, hasta su fallecimiento en 2015. Ambos, herederos de una gran fortuna que provenían de sus padres: José Cornelio Gertz Fernández y Mercedes Manero Suárez.
“Tras el fallecimiento de Federico Gertz en 2015, Alejandro Gertz denunció a Laura Morán, su excuñada y a la hija de ésta, acusándolas de presunto homicidio por omisión, al acusarlas de haber descuidado su atención médica.
“El caso lo archivó la FGR en 2016; sin embargo, se reabrió tras la llegada de Alejandro Gertz Manero, lo que le atrajo críticas. En octubre de 2020, Alejandra Cuevas fue detenida y encarcelada, mientras que Laura Morán enfrentó el proceso en libertad por su edad; murió en 2024” (https://politica.expansion.mx/mexico/2025/11/27/quien-es-gertz-manero-edad).
La lista de omisiones de Alejandro Gertz —quien fuera secretario de Seguridad con Vicente Fox— es larga:
Investigaciones sobre corrupción (Segalmex, huachicol, factureros, Odebrecht, fraudes a Infonavit), crimen organizado (#La Barredora#, secuestro del “Mayo” Zambada, Cártel Jalisco), y denuncias contra políticos (Peña Nieto, «Alito» Moreno, García Cabeza de Vaca) y empresarios (Raúl Rocha, «rey del outsourcing») que quedaron sin resolución definitiva o con avances parciales.
Y si el retiro forzado de Gertz Manero sigue siendo un misterio, no lo es tanto el “dedazo” a favor de Ernestina Godoy, ex consejera Jurídica en el gobierno nacional de Claudia Sheinbaum y también ex funcionaria del gobierno capitalino.
Sin embargo, la llamada Cuarta Transformación ni siquiera cuidó las formas para no dejar en ridículo al Senado de la República. Apenas se dio a conocer la dimisión de Gertz, Godoy ya fue designada como encargada de Despacho, el 28 de noviembre.
Y desde el primer momento, comenzó a realizar cambios en su equipo de trabajo, segura de que la ex senadora y ex fiscal de la Cdmx asumiría el cargo de fiscal General de la República.
No es que se desconozca o se rechace su trayectoria como funcionaria y como mujer; no es que se dude de su capacidad; lo que se critica es la forma tan desaseada en que fue la designación, que por cierto tuvo también el voto de varios opositores a Morena en el Senado.
¿Cambiará algo en la FGR con la llegada de Godoy? Por el bien de la justicia en México, esperemos que sí.
OMISIÓN OAXAQUEÑA
Porque en el caso de Oaxaca, durante todo el sexenio de López Obrador y el primer año de Sheinbaum, la FGR estuvo prácticamente desaparecida.
Sí, es una institución de procuración de justicia, pero también participa o debe participar en la creación e impulso de políticas en materia de seguridad, lo que no se ha visto para nada.
Desde el 24 de agosto de 2017, Jaime Porfirio García Belio es el responsable de la Fiscalía General de la República en Oaxaca; desde esa fecha, la institución simplemente no existe.
Fue reemplazado apenas en agosto de 2024, pero duró en su nuevo cargo en Puebla sólo cuatro meses; regresó a la FGR en Oaxaca para dirigir de nuevo la institución federal.
Alrededor de hace un año, creó, o se hizo pública, una oficina de prensa, que mediante WhatsApp distribuía algunos comunicados. Y todo lo que decía era detenciones o de vez en cuando algunas sentencias, de personas en posesión de armas de fuego o de droga, en pequeñas cantidades.
En su mensaje de toma de posesión de 2017, García Belio se comprometió a “trabajar en coordinación con las autoridades estatales y municipales para combatir la corrupción y actuar en estricto apego al Estado de Derecho y con absoluto respeto a los derechos humanos”.
Nada. Absolutamente nada de resultados en el combate al crimen organizado y otros delitos de carácter federal. Por supuesto, una total opacidad para informar de su trabajo, mucho menos ante cámaras y micrófonos.
El pasado 5 de diciembre, emitió un comunicado en que “durante el mes de noviembre de 2025, logró la judicialización de 67 carpetas por delitos previstos en el Código Penal Federal y se vinculó a proceso a 26 personas.
“Se obtuvieron 26 sentencias que fueron obtenidas mediante procedimiento abreviado, en las que se sentenció a 32 personas; mientras que se registraron 67 judicializaciones y se recibieron 212 denuncias, por lo que se iniciaron el mismo número de carpetas de investigación”.
Pero en la práctica, jamás ha dado la cara en acciones que se emprenden en Oaxaca, como por ejemplo, la Operación “Sable” en el Istmo, que encabeza la Fiscalía de Oaxaca y en que participan de manera decidida la Marina, el Ejército y la Guardia Nacional.
Por el contrario, según federales, la FGR estatal ha sido omisa en varios casos relacionados con delitos federales e incluso se le tiene alta desconfianza, por diversos procederes irregulares. Se ha señalado en medios informativos que ha dejado en libertad también de manera irregular a personajes controvertidos.
No participa en las mesas de seguridad del gobierno de Salomón Jara, donde sí están presentes mandos militares, de la Marina y de la Guardia Nacional. Muy escasas ocasiones acude a algún acto público.
¿Seguirá en la misma dinámica? Lo prudente es que, para sanear en su mayor parte a la FGR, la fiscal General Godoy Ramos realice también los cambios necesarios en las entidades del país.
