Yuridiana Sosa/ Zona Roja
Oaxaca de Juárez, Oax., 20 de marzo de 2020.- Los distintos gritos de demandas por cientos de manifestantes, de distintos grupos, se mezclaron frente al mandatario nacional en su arribo a Oaxaca.
La visita del Presidente Andrés Manuel López Obrador en la entidad siempre es motivo de aglomeraciones. Ni la contingencia sanitaria por el coronavirus Covid-19 detuvo su gira de trabajo, mucho menos se contuvieron las protestas.
Fueron las organizaciones sociales que desde hace tres días desquician la capital, con marchas y bloqueos, las que comenzaron el desorden ante el arribo del López Obrador al aeropuerto internacional “Benito Juárez”, ubicado en el municipio conurbado de Santa Cruz Xoxocotlán.
Cerca de las 7:00 horas comenzaron con la retención de unidades del trasporte urbano para bloquear las vialidades que conectan al aeropuerto con la capital.
El gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, sufrió las consecuencias de la desatención a los grupos manifestantes, quienes lo obligaron a bajar de su vehículo para caminar a la estación aérea y así reclamarle cara a cara la falta de respuestas.
Así, los manifestantes lograron el ingreso de una comisión de mujeres para hablar directamente con el presidente.
CERO MEDIDAS
Con un doble saludo de mano, el gobernador de Oaxaca recibió al mandatario y entregó el bastón de mando. El presidente también saludó a los integrantes de la comita de funcionarios que lo esperaron.
El saludo que han promovido a la población como medida preventiva ante el coronavirus, de codo con codo, no se practicó. Mucho menos se pusieron en marcha los sensores de temperatura que hace unos días presumió el Gobierno del Estado que se implementaron en el aeropuerto.
Nadie se contuvo. López Obrador no negó el saludo de mano a ninguno y nadie quería quedares sin saludarlo a su paso sobre una valla humana creada por los manifestantes.
PORRAS Y ENOJOS
Tras al menos dos horas de bloqueo al crucero del aeropuerto y ante la llegada de López Obrador, las organizaciones se replegaron.
Abrieron el paso vehicular para organizar un acordonamiento para el paso del mandatario nacional. La intención, contener su paso acelerado y tener la oportunidad de extender sus quejas y exigencias.
Las mujeres, originarias de las distintas comunidades indígenas de la entidad, fueron designadas para una comisión y para formar la valla sobre el camino de salida del aeropuerto. El intenso calor encendía la desesperación por la tardanza, pero sus exigencias la enraizaban en el sitio.
Salió el convoy del aeropuerto. A bordo de una camioneta negra iba el mandatario, como siempre, en el asiento del copiloto con el vidrio de la ventanilla abajo; saludando y recibiendo documentos de peticiones.
Durante el trayecto del camino que formaron, cada vez más angosto ante la aglomeración de manifestantes, los distintos grupos le mostraron con pancartas sus quejas y exigencias.
Las porras en apoyo se mezclaron con los reclamos. “Fuera el fiscal Rubén Vasconcelos”, “En nuestras comunidades nos están matando”; “Es un honor estar con Orador”, Es un honor luchar con Obrador”, se escucharon casi al mismo tiempo.
El sector salud, también hizo acto de presencia. Los trabajadores del extinto Seguro Popular exigieron contratos y liquidaciones inmediatas. “El Covid 19 no me mata, me mata el desempleo”, “En las comunidades no hay personal médico”, “Sin personal de salud no hay atención de calidad en Oaxaca”, se leyeron en sus cartulinas.
La seguridad del mandatario no se dio a abasto, por varios metros y minutos la camioneta avanzó lento en medio de un tumulto. La calma volvió en el sitio y el convoy aceleró para seguir su ruta con destino a Tlaxiaco.
