Redacción/Zona Roja Cdmx.
Ciudad de México, 17 de mayo de 2020.- Además de otorgar condiciones de comunicación con altos estándares de calidad en beneficio de miles de personas, el Programa de Pavimentación a Cabeceras Municipales Indígenas transforma la vida de las comunidades, dinamiza sus sistemas microeconómicos, mejora los servicios públicos y fortalece la autonomía y la organización comunitaria.
El director general del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), Adelfo Regino Montes, presentó ayer los avances que se tienen de dicho esquema, en conferencia de prensa en Palacio Nacional, en compañía de Luisa María Alcalde Luján, Secretaria del Trabajo y Previsión Social; Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones y Transportes, y Cedric Iván Escalante Sauri, subsecretario de Infraestructura.
El programa fue inaugurado el 22 de diciembre de 2018 por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en San Juan Evangelista Analco, en la Sierra Norte de Oaxaca.
El titular del INPI precisó que durante 2019 las obras de pavimentación generaron más de 31 mil 110 empleos directos, de los cuales más del 20 por ciento fueron para mujeres indígenas.
Asimismo, en 2020 este programa generará 47 mil 910 empleos en 133 municipios del estado de Oaxaca, lo que se traduce en una inversión de dos mil 300 millones de pesos que están reactivando la economía de comercios y prestadores de servicios en toda la región.
En 2020 la cifra de población beneficiaria es de 339 mil 388 habitantes de los 133 municipios, los cuales son catalogados como de “alta” y “muy alta marginación”.
Regino Montes informó que de 417 municipios que se rigen por Usos y Costumbres, 300 no tienen caminos pavimentados.
Destacó la gran coordinación que ha habido entre ambas instituciones –INPI y SCT– para hacer posible este exitoso programa, cuyo propósito es encontrar mejores condiciones de bienestar en las comunidades indígenas y beneficiar la economía local, además de impulsar el desarrollo y comunicar a las comunidades más alejadas.
Dijo que son cuatro los beneficios principales de este programa: 1) contar con caminos seguros y acceso a los servicios públicos; 2) generación de empleos y reactivación económica; 3) articulación e integración regional; 4) fortalecimiento de la autonomía y organización comunitaria.
Además, los nuevos caminos han permitido el traslado ágil, seguro y oportuno de personas, servicios, bienes y mercancías durante la pandemia por Covid-19.
Por su parte, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, expresó que los caminos cumplen múltiples propósitos entre los cuales destacó la reparación de una deuda histórica con los pueblos indígenas, con respeto absoluto a sus autonomías.
DESECHAN “CONTRATISMO”
Escalante Sauri, subsecretario de Infraestuctura, informó que son 45 los “municipios de esperanza” en los que actualmente se puede seguir trabajando; además de que este año se pretende concluir con caminos de 133 municipios en el estado de Oaxaca.
Por último, Regino Montes, enfatizó la importancia de la participación comunitaria, puesto que por primera vez el Gobierno de México reconoce a los municipios y comunidades indígenas como sujetos de derecho público, respetando las asambleas comunitarias que supervisan las obras y retoman los conocimientos y las técnicas constructivas artesanales como los que se pueden observar en Monte Albán.
La recuperación de técnicas constructivas tradicionales; el fortalecimiento de la organización comunitaria de los pueblos, sus autoridades y sistemas organizativos tradicionales y su capacidad de decisión y participación política, son otros aspectos positivos del programa, que en 2019 dio pie a que se realizaran más de 216 asambleas comunitarias para la realización de estos caminos y en 2020 se espera que se realicen 399 asambleas, las cuales serán reconocidas por la Secretaría de la Función Pública (SFP).
Con esta nueva intercomunicación, las comunidades ejercen su capacidad de toma de decisiones colectiva sobre temas que atañen a su región, generan intercambios económicos, participan en actividades conjuntas y se articulan a nivel intercomunitario que permita su reconstitución como pueblos indígenas.
Cabe destacar que esta forma de organización para la construcción de caminos basada en el tequio, con respeto a las decisiones de las asambleas comunitarias, la entrega de los recursos públicos directamente a las autoridades municipales indígenas y con la mano de obra de mujeres y hombres de las mismas comunidades beneficiadas, supera el esquema del “contratismo” con empresas externas que generaban corrupción y obras de mala calidad.
Ahora todos los recursos son vigilados por contralorías comunitarias conformadas por las asambleas y los comités de obra, la comunidad cuenta con toda la información y tiene en todo momento facultades para reportar deficiencias o desvíos de recursos; este esquema basado en el respeto a la autonomía de los pueblos indígenas, muestra la capacidad de las comunidades para ejercer recursos públicos con eficiencia y honestidad.