Yuridiana Sosa/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 6 de julio de 2020.- El corazón del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca vuelve a latir. Convaleciente de la contingencia vuelve, a dar señales de la movilidad implacable de la capital que aún ni en los picos más altos de la pandemia, se guardó.
Las cintas de restricción de acceso para el zócalo y la Alameda de León cayeron y el sonido de las cortinas metálicas en los establecimientos anunciaron desde primera de este lunes el inicio de una “nueva normalidad” para la capital.
Fue el supuesto cambio de color en el semáforo epidemiológico para Oaxaca, de rojo a naranja, lo que impulsó la movilidad, casi sin ninguna medida para continuar las actividades y evitar la propagación del Covid-19.
El anuncio de esta nueva fase, a pesar de 325 nuevos casos en 24 horas, mostró la impaciencia y ansiedad de comerciantes, trabajadores y población en general en continuar con sus actividades habituales, como antes de la pandemia.
Con mil 689 casos acumulados, 227 casos sospechosos, 134 defunciones y 123 pacientes activos de Covid-19, la capital comienza su nueva normalidad, en la que todavía se muestran a algunos ciudadanos que transitan sin cubrebocas, sin respetar sana distancia y con actividades no permitidas activas.
Es el primer cuadro de la ciudad el que refleja la despreocupada circulación de la ciudadanía.
En el zócalo, algunas zapaterías y restaurantes de los portales alrededor de la plaza alzaron sus cortinas, así como aseadores de calzado comenzaron su instalación a la vista de la Policía Estatal y Policía Turística que ahora tienen la misión de llamar a la población a no permanecer en las plazas.
Uno de los restaurantes más populares trata de cumplir con lo establecido para la nueva normalidad. Apenas comenzó actividades, los clientes llegaron.
Meseros con cubreboca, caretas y mesas distanciadas son una de las medidas sanitarias que los trabajadores llevan a cabo luego de cerca de dos meses de ausentarse de sus actividades.
Sobre el zócalo, frente a Palacio de Gobierno, los puestos informales se reinstalan; el plantón de desplazados triquis se reaviva; los vendedores ambulantes ya ocupan las esquinas para acaparar a los transeúntes.
A esta situación se suman protestas, como actividades de la antigua normalidad, por parte del Frente Popular Revolucionario, y que continúan aglomerando a decenas de personas sin respetar las medidas sanitarias.
Es la “nueva normalidad” en plena pandemia con los índices más altos de contagio; los capitalinos, el semáforo naranja lo convirtieron en verde.