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Los pleitos de Morena y la mano del gobierno de Oaxaca

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., 20 de julio de 2020.- A escasos meses del proceso electoral 2020-2021, el Partido Morena en Oaxaca no cierra heridas y por el contrario persisten las divisiones.

Un ingrediente se agrega al partido político que fundó Andrés Manuel López Obrador: el gobierno estatal pretende incidir desde distintos ángulos, para minar más la fuerza morenista y tratar de obtener algunos triunfos en los comicios próximos.

Lo mismo pretende imponer un candidato a modo a gobernador, a través de Francisco Martínez Neri, que a un coordinador de la bancada legislativa local, Fredy Delfín. El grupo que comanda el senador Salomón Jara Cruz, asegura que cuenta con la mayoría tanto de militantes como de consejeros e impedirá cualquier intromisión.

En su debut como la primera fuerza política de Oaxaca, Morena ha mostrado en su corta trayectoria divisiones de poder en su interior.

Aunque la simpatía popular de la ciudadanía se mantiene, como un voto de confianza al mandatario nacional, Andrés Manuel López Obrador, los líderes estatales de Morena actúan en deterioro del partido, incluso desde el Congreso.

En septiembre de 2013, López Obrador celebró en Oaxaca la primera asamblea constitutiva del Movimiento de Regeneración Nacional, rumbo a su registro como partido político.

En aquella ocasión la asociación civil abrió el proceso de verificación por parte del entonces Instituto Federal Electoral (IFE) con el apoyo de seis mil 691 delegados.

Ya como partido, para la jornada electoral del 2016, Morena participó por primera vez y en Oaxaca Salomón Jara Cruz encabezó las candidaturas como aspirante a gobernador del estado, la cual perdió frente al PRI.

Sin embargo, el nuevo partido mostró ese año el músculo electoral que durante la jornada electoral intermedia del 2018 sirvió para colocarse como la primera fuerza política en el estado.

El congreso estatal que se pintó de Morena, aunque pronto surgieron las disputas para el control. Antes de la toma de protesta de la 64 Legislatura, en Morena se comenzaron a medir las fuerzas internas y se dio la primera fractura, inducida por el gobierno de Alejandro Murat.

De 26 legisladores electos por Morena, se armó un grupo de 10 a 12 afines al proyecto priista, que persiste a la fecha y de los que el priista Alejandro Avilés presume que son su cosecha, de la mano con Ericel Gómez Nucamendi.

Para el 15 de noviembre 2018 la división interna en la fracción parlamentaria de Morena se hace pública durante una riña de dimes y diretes en sesión de Congreso.

Se señaló de un pacto político con el gobernador Alejandro Murat Hinojosa para imponer la Junta de Coordinación Política que fue encabeza por Laura Estrada Maura, allegada a Salomón Jara Cruz.

SIGUE DESORDEN

Mientras el partido en Oaxaca hacía mutis, la reyerta en el Legislativo continuaba

Más allá de los líos en el Congreso también se parecían desacuerdos y olvido institucional.

El primer Comité Ejecutivo Estatal lo integraron Nancy Ortiz Cabrera como presidenta y Sesul Bolaños López como secretario General, en tanto Irma Juan Carlos como presidenta del Consejo Estatal; tras el ingreso de la primera como funcionaria del gobierno federal, en diciembre de 2018, la dirigencia quedó acéfala.

En los reacomodos de los pleitos en el seno del Legislativo, Yeidkol Polevnsky logró incrustar a Ericel Gómez Nucamendi como delegado especial para Oaxaca, a pesar de no ser militante formal ni tener carrera partidista de izquierda o de Morena; mucho menos ha recorrido las comunidades ni conoce a la militancia.

Por cierto, su designación violó los estatutos morenistas, pues debió dejar la diputación para tener un cargo de representación partidista.

En el marco de los líos nacionales internos también, en el cambio de dirigencia en el país y en la entidad, se perfiló a Jesús Romero López como próximo presidente del partido, pero la determinación del Instituto Nacional Electoral echó abajo los procesos.

Con el arribo de Alfonso Ramírez Cuéllar, a principios del año, a la dirigencia nacional, comenzaron las nuevas correlaciones de fuerzas, y los señalamientos de corrupción también a nivel nacional, principalmente contra Yeidkol pero que incluso alcanzaron a Oaxaca, pues durante el periodo de Nancy Ortiz se adquirió un edificio del que se pagó más del doble, asunto no aclarado aún.

Las diferencias  continuaron y se dejaron ver por cualquier situación, una de ellas exhibida recientemente el pasado 28 de junio cuando un grupo de militantes de Morena, encabezados por los ex perredistas Rosendo Serrano Toledo y Rey Morales Sánchez, se manifestaron rechazo a la convocatoria de sesión extraordinaria por integrantes del CEE.

El 1 de julio en un oficio firmado por Patricio Ballardo, director Ejecutivo de Prerrogativas, el INE desconoció a los delegados especiales, entre ellos al de Oaxaca, Ericel Gómez, y el partido de nuevo quedó sin cabeza, pues Sesul Bolaños ni siquiera figuraba públicamente ni mucho menos tomaba decisiones; tras ello, Sesul se animó a pedir que le dieran la presidencia del partido, pues le correspondía legalmente, según los estatutos.

Fue hasta el pasado 16 de julio 2020 que Morena avaló al Secretario General del Comité Ejecutivo Estatal, Sesul Bolaños López, asumir la dirigencia estatal del partido.

Pero dos días antes, Ericel Gómez y varios más, firmaron un desplegado, este último autodesignado delegado especial, en que saludaron la creación del Movimiento por la Transformación de Oaxaca.

Y el pasado sábado, violando todas las disposiciones sanitarias de los gobiernos federal y estatal, el ex rector de la UABJO y ex diputado federal Francisco Martínez Neri, encabezó la creación del Movimiento por la Transformación de Oaxaca.

Respaldado únicamente por un centenar de personas, militantes del MULT; por el diputado federal Daniel Gutiérrez y por Rogelio Pensamiento, actual dirigente del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui, convertido en un remedo de organización totalmente disminuida… y al servicio del PRI.

Es el gobierno y el PRI justamente los que promueven a Martínez Neri como su candidato a gobernador, para hacer contrapeso a Salomón Jara Cruz, que comanda el bloque mayoritario, de hasta 80 a 90 por ciento de consejeros estatales.

A la rebelión, Neri y quienes lo alientan quieren sumar a los grupos de Armando Contreras Castillo, que también quiere ser candidato a gobernador, apoyado únicamente por Ericel Gómez, en alianza con Alejandro Avilés; también, a Rosendo Serrano, priista de cepa –que tiene una hija diputada “independiente” en lugar de tenerla adscrita a Morena– y que, disfrazado en el PRD y ahora en Morena siempre ha estado al servicio de José Murat.

En el Legislativo, un reducido grupo de morenistas leales al PRI ya alienta la postulación de Fredy Delfín, un gris diputado, para suplir en el tercer año a Horacio Sosa Villavicencio.

Así las vísperas de Morena ante los próximos comicios, en que enfrenta el reto refrendar las mayorías e intenta ganar la gubernatura, aún contra la sugerencia de Ricardo Monreal –alfil de Murar Casab– de querer aliar al partido con el PVEM, que es el PRI.

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