Yuridiana Sosa/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 3 de agosto de 2020.- El aislamiento social para evitar contagios es un mito ante la necesidad de salir a trabajar, mientras que para miles de personas más, simplemente lo han dejado para retomar su vida social.
Pareciera que nadie tiene miedo al Covid-19 y este lunes hasta el Panteón General de la capital oaxaqueña comenzó a recibir a grupos masivos de dolientes.
El semáforo naranja, al que por segunda ocasión se incorpora Oaxaca, volvió a ser motivo de una mayor movilidad en la población.
Las calles del Centro Histórico se reavivaron desde las primeras horas de este lunes, al inicio de esta nueva etapa epidemiológico de la contingencia Covid-19.
La indicación de un menor riesgo de contagios dejó como experiencia, la primera ocasión, el incremento de casos positivos y defunciones, lo cual poco importó este inicio de semana, donde además el uso de cubrebocas aún no se cumple como una estricta medida personal para evitar contagios.
Para el inicio de esta fase naranja, el gobernador Alejandro Murat, convocó a la población al denominado “Reto 40”, en el que invita a los oaxaqueños a usar de forma correcta e indispensable el cubrebocas al transitar fuera de casa para contener y disminuir los contagios.
El reto comenzó a ser ignorado este lunes. En un recorrido realizado por ZONA ROJA se constató el desacato de la ciudadanía que acudió al Centro Histórico, donde también se apreció la apertura de comercio con actividades no esenciales.
Alrededor de los mercados tradicionales como “Benito Juárez” y “20 de Noviembre”; del palacio de gobierno, el zócalo, Alameda de León, entre otros puntos de mayor afluencia, se observó a hombres y mujeres sin la mascarilla y sin respetar la sana distancia.
Más allá de la efectividad o no del cubrebocas contra el coronavirus, para cientos de oaxaqueños portar uno aún representa una molestia. Pues acceder a uno ya no es un problema ante la amplia variedad que ofertan los vendedores en la vía pública.
Sobre la calle de Las Casas el ambulantaje satura. La presencia de nuevos puestos priva cada vez más el libre paso de los peatones, que sin cuidados se arremolinan en sobre reducidas banquetas.
Así también es el escenario en la primera calle de Flores Magón, donde los puestos en la vía pública le han robado espacios al arroyo vehicular, colmando también las fachadas de establecimientos formales; incluso de algunos que no sobrevivieron a la pandemia.
Es el primer día del semáforo naranja rumbo a una nueva normalidad marcada por 10 mil 736 contagios acumulados en la entidad y 969 muertes por Covid-19.