Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 19 de octubre de 2020.- Falta de avezados asesores o falta de tacto político. Cualquiera de las muchas deficiencias, tiene hoy a Oswaldo García Jarquín en la lona de un ring al que se subió, sin tener la estatura para enfrentar a sus rivales.
Confrontado con los grupos feministas y organismos civiles, por el caso de Jaqueline Escamilla; con los ecologistas por el cerro del “Crestón” y la caída de árboles en el zócalo; con el Partido Morena, al que no se ha acercado ni por asomo.
Con los diputados locales también morenistas por diversos temas, que a cada rato le llaman la atención desde tribuna, y ahora con sus gobernados, a los que quiere imponer en el centro de la ciudad los parquímetros, el edil no halla más salida que responder también con señalamientos.
Hasta hace pocos meses, García Jarquín –que en absoluto tiene base social ni la ha formado a casi un año 10 meses de su gobierno– buscaba afanosamente a los delegados del gobierno federal en Oaxaca para que intercedieran por él para avanzar políticamente.
Sus más recientes ruegos fueron con el gabinista Moisés Baylón, a quien pidió le ayudara con contactos en México y lo respaldara aquí para su eventual reelección, o “cuando menos” una diputación local. Ni uno ni otro.
En particular –aunque no le quita el sueño, pues ya ve todo perdido–, el caso de Jaqueline Escamilla está a punto de darle el golpe final, pues tribunales federales están por confirmar la violencia de género, al destituirla como directora del Instituto Municipal de las Mujeres, por un berrinche y una discordancia ideológica.
Pero lo tiene más preocupado que “su” versión acerca del predio del cerro del “Crestón”, nada más no se impone y, por el contrario, ecologistas, medios de comunicación y ahora legisladores, lo tienen contra la pared, y le exigen que defienda un bien público.
De nuevo su respuesta fue poco inteligente. El pasado miércoles en sesión ordinaria de Cabildo, el presidente municipal de Oaxaca de Juárez “hizo un llamado a las y los integrantes de la LXIV legislatura del Congreso del Estado para que sean respetuosos y permitan a la administración municipal hacer su trabajo ‘así como respetamos lo que ellos realizan’”.
“’Les pido que se informen bien y que, así como nosotros respetamos el trabajo de los legisladores, que también respeten el nuestro. Nosotros vamos a actuar con rectitud, honestidad y transparencia como siempre lo hemos hecho’, dijo al remarcar que el predio de 2,911.90 metros cuadrados colinda con la avenida José Murat” y no forma parte del mencionado cerro.
Así respondió García Jarquín –mediante un comunicado– al propio presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso local, Horacio Sosa Villavicencio, quien el mismo día en tribuna, pidió al edil morenista clarificar el hecho y defendiera la reserva natural.
RETOMA PARQUÍMETROS
Pero no es el único legislador que le ha llamado la atención; antes fueron Othón Cuevas Córdova, por el mismo tema de la defensa del cerro del “Crestón” e Hilda Pérez Luis, por el caso de la nula consulta a ciudadanos de San Martín Mexicápam en la construcción de un centro comercial que, por cierto, ya está en funcionamiento.
Han sido reiteradas las llamadas y exhortos desde el Poder Legislativo, principalmente de morenistas, así como de priistas; en suma, no tiene ningún aliado la Cámara de Diputados. Mucho menos el PT, con el que se ha confrontado directamente desde hace meses.
Y en respuesta, Oswaldo García Jarquín retomó su proyecto de parquímetro para el Centro Histórico, bajo el argumento de que es la panacea para las dobles filas y el intenso tráfico vehicular.
Olvida que el tema fue uno de los que detonó conflictos sociales en el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz.
Pero aún así, la semana que terminó, retomó el tema a través de una videoconferencia, en que olvidó que el Legislativo no le aprobó dicha propuesta recaudatoria en la Ley de Ingresos 2020, y por cuyo caso hubo también pronunciamientos de la diputada Lilia Mendoza Cruz, en contra de los parquímetros.
Las fallas son muchas y otra grave es la nula colaboración para prevenir contagios por Covid-19.
Desde el 12 de octubre, Oaxaca retornó al semáforo epidemiológico naranja por Covid-19, pero en el caso de la capital, no hay absolutamente estrategia ni siquiera para evitar aglomeraciones.
Casi un mes estuvo ocupado el zócalo, con cientos de juegos mecánicos y puestos de vendedores ambulantes, y Oswaldo García Jarquín no movió un dedo para proteger ese espacio, donde acudían cotidianamente cientos de personas.
Apenas se retiró el Frente Popular “14 de Junio”, hace una semana, y triquis de Copala ampliaron sus puestos, frente al portal Las Flores. Pero la respuesta del edil fue virulenta: enviar a inspectores y a la fuerza pública para arrebatar mercancía.
Hoy, el zócalo y los principales parques públicos, además del Andador Turístico, continúan atestados de gente, sin que haya policías o elementos capitalinos para disuadirla. ¿Qué decir del Mercado de Abasto que desde hace mucho nadie se acuerda de las medidas sanitarias?
Y Oaxaca de Juárez es el principal municipio con el mayor número de contagios: cinco mil 579 en lo que va de la pandemia. Pero eso no preocupa al edil morenista, abandonado a su suerte. Le queda solamente los pataleos, para ver si alcanza alguna migaja política, lo cual se vislumbra imposible.
