Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 23 de noviembre de 2020.- No estuvo en los momentos más álgidos de las protestas y denuncias en hospitales y clínicas de Oaxaca durante la fase más crítica del Covid-19.
Pero el funcionario de la Cuarta Transformación ya se acordó que es oaxaqueño y que necesita recorrer el estado… así sea para actos anticipados de campaña.
Se trata de Luis Antonio Ramírez Pineda, aún director general del ISSSTE, quien al más puro estilo del rancio PRI, regresó a Oaxaca desde mediados de noviembre.
Sin más mérito que ser hijo del ex gobernador Heladio Ramírez López y de Narcedalia Pineda; sin más mérito que haber traicionado al priismo para convertirse en funcionario de Andrés Manuel López Obrador, ahora busca posicionar su imagen, así sea costa de la salud y de la pandemia, que ha dejado graves daños en México y Oaxaca.
Contrario a la congruencia política de su hermana Narcedalia, Luis Antonio no lo pensó dos veces cuando se puso a trabajar a favor de Morena, aun siendo priista, en la campaña política de López Obrador.
Pese a ello, a falta de operadores políticos eficientes, no logró grandes resultados a favor de AMLO; aun así fue recompensado.
¿QUIÉN ES?
En contrasentido al intenso trabajo, a ras de tierra, que desarrolló por décadas el matrimonio Ramírez-Pineda en comunidades de la región Mixteca, Luis Antonio no hizo absolutamente nada por el PRI, más que beneficiarse políticamente del trabajo y de las gestiones de su padre.
De 50 años de edad, lo único que lo ata al estado es haber nacido en Huajuapan, el 11 de junio de 1970, según su currículum; fuera de ello, todos sus estudios han sido en universidades de “fifís”, como el ITAM, donde egresó como licenciado en Economía.
Y en el London School of Economics and Political Science, hizo una maestría en planeación política y social.
Por “dedazo”, es decir por la vía plurinominal y gracias a los oficios de su padre el ex gobernador, fue diputado federal del 2003 al 2006 y diputado local de 2015 a 2018; tras ello, siendo priista, hizo trabajos para López Obrador. Quiso la presidencia municipal de Huajuapan, pero su fracaso electoral fue estrepitoso.
Para pagar su lealtad, que no su efectivo trabajo político, el entonces presidente electo anunció desde agosto de 2018 que sería el próximo director general del ISSSTE, sin experiencia en cargos médicos. Por supuesto, esa designación no la compartieron los morenistas de cepa.
LAS QUEJAS
Fueron múltiples las quejas y denuncias en hospitales y clínicas del ISSSTE por falta de insumos, equipos médicos y protección para las y los trabajadores que están al frente de batalla ante el Covid.
Los más constantes, en el Hospital “Presidente Juárez” de la capital de Oaxaca, pero también en Huajuapan de León, en San Juan Bautista Tuxtepec, en Juchitán, por mencionar algunos de los muchas clínicas en que había quejas constantes.
¿Apareció Ramírez Pineda para atenderlos? ¿Llegó de inmediato a su tierra natal para escuchar y solucionar los problemas? ¿Se atendieron pronto? No. Todavía cuelga en las oficinas administrativas del ISSSTE, en la calle Amapolas esquina con Héroes de Chapultepec, una manta con reclamos; asimismo, en la clínica del bulevar Eduardo Vasconcelos.
A pesar de ello, el pasado 15 de octubre comenzó su ruta proselitista, con una reunión con el gobernador Alejandro Murat y el sector salud de Oaxaca, en que se acordó transferir al ISSSTE el Hospital de la Mujer, para cubrir adeudos que la entidad no transfirió a la Federación; es decir, en lugar de beneficiar a mujeres y niños oaxaqueños, les quita un hospital.
El 27 de octubre se reunió con diputados morenistas locales y federales afines al PRI y al gobernador Murat, “para unir esfuerzos en la difusión de las medidas sanitarias y en fortalecer el servicio de salud en el Instituto”. Incluso Armando Contreras Castillo –ex ulisista– presume que él arma la agenda de Ramírez Pineda en sus giras por la entidad.
Volcados están también Ericel Gómez Nucamendi y Azael Santiago Chepi, en respaldar al morenista disfrazado que ahora busca no sabe qué.
Y el 14 de noviembre arrancó sus giras proselitistas en Oaxaca, con una visita a modo a Loma Bonita, municipio de la región de la Cuenca del Papaloapan.
Ahora sí, se le vio posando con saludo a campesinos y recibiendo peticiones de mujeres; es decir, fotografías de auténtica campaña política.
Al día siguiente, llevó “brigadas de salud” a San Juan Bautista Valle Nacional, de nuevo, tomándose fotos con quien se dejara.
Este fin de semana, destinó tres días para recorrer la región de la Costa; con un equipo de logística neófito, que envió una invitación pública a la prensa para que cubriera sus actividades, inició el viernes en Santiago Jamiltepec, con su bandera de campaña, “Ecos” (Equipos Comunitarios de Salud).
También “acercó servicios” a Río Grande; el sábado estuvo en San Pedro Pochutla y en Puerto Escondido, mientras que el domingo estuvo en Santa María Huatulco.
NI LO SABE
¿Qué tan urgido está Luis Antonio Ramírez de proyección política que tiene que utilizar al sector salud para promocionarse? ¿Qué tan urgido que pone en riesgo la salud de oaxaqueños con sus actos masivos? ¿Sabrá que la gubernatura de Oaxaca ya fue negociada por Alejandro Murat con el Presidente López Obrador, pero que ni de manera remota es para el hijo de don Heladio Ramírez?
¿Tanta es su ambición política que ahora bajo el cobijo de la Cuarta Transformación realiza actos masivos para promover su imagen personal? ¿O le está haciendo de nuevo un favor al PRI para bajar la proyección a Salomón Jara Cruz?
