Redacción/Estado 20.
Oaxaca de Juárez, Oax., 13 de diciembre de 2020.- El conflicto agrario entre San Lorenzo Texmelucan, San Vicente Coatlán y Villa Sola de Vega, pone en peligro la estabilidad de cerca de diez pequeñas agencias municipales pertenecientes a este último municipio, pero, algunas, localizadas dentro del territorio recientemente reconocido a San Lorenzo.
Este problema por límites de tierras viene desde principios del siglo pasado, pero ahora San Lorenzo Texmelucan argumenta que ha ganado el juicio agrario y desde hace dos meses comenzó a desalojar a comuneros de lo que considera sus tierras.
La primera comunidad desalojada fue El Sargento, donde habitantes de ese municipio quemaron casas y expulsaron a los pobladores.
Este martes, les dieron 15 días a los comuneros de La Cañada para que desocupen el espacio en el que han vivido y trabajado por décadas. Otra de las comunidades amenazadas es El Anís.
Cabe señalar que San Lorenzo es un municipio libre indígena y que los habitantes de las agencias en peligro están habitadas por mestizos, hablantes de español e identificados con Villa Sola de Vega, por lo que difícilmente aceptarán pertenecer a San Lorenzo y menos aún por la violencia con la que han sido tratados.
Estas comunidades están compuestas por entre 10 y 15 familias, en total indefensión por la lejanía con su municipio.
Por esto ninguna autoridad estatal o federal ha dado cuenta de lo que ahí ocurre por la arbitrariedad de San Lorenzo Texmelucan, municipio libre indígena.
Pobladores de las comunidades amenazadas exigen que el gobierno le dé solución al conflicto lo antes posible porque les preocupa la violencia con la que vienen actuando los pobladores de San Lorenzo, quienes, aliados con Santa María Sola no sólo quieren recuperar lo que por ley les corresponde sino invadir comunidades que ya pertenecen a Villa Sola de Vega.
Aceptan los campesinos que San Lorenzo recupere sus tierras, si tiene documentos probatorios, pero argumentan que la violencia que están usando no es la forma de tratar a campesinos que tienen cerca de cien años o más ocupando esas tierras. “Exigimos que actúen con apego a la ley”, dijeron.
Sin embargo, el pasado martes, 9 de diciembre, habitantes de San Lorenzo Texmelucan, llegaron a Santa Catarina La Cañada con armas y amenazando al agente de Policía Rural y a su familia para exigirles que desalojen la comunidad en los próximos 15 días.
Temiendo por su integridad, este miércoles, los habitantes de La Cañada empezaron a retirarse dejando el patrimonio por el que llevan muchos años trabajando. Y todo esto pasa sin que el gobierno se dé por enterado.
Comuneros de las agencias amenazadas ven en este proceder más que un conflicto agrario otros intereses, entre ellos el deseo de cambiar el distrito a San Lorenzo Texmelucan y también se habla de la existencia de minas lo cual es causa de perversas ambiciones.
Cabe señalar que, los comuneros afectados desconfían del presidente municipal de Sola de Vega, cabecera distrital, Esaú Núñez Calvo quien no ha hecho nada para apoyarlos.
Este político panista es personero de Diógenes Arroyo, dueño de una constructora que se ha beneficiado grandemente con recursos públicos, argumentaron los campesinos quienes también señalaron que Nuñez Calvo es apoyado por el diputado federal y el local.
En tanto, el comisariado de Bienes Comunales, Lucas Gutiérrez, manda a su gente para hacer destrozos y después llega para fingir que desea apaciguar el conflicto. “Un plan con maña”, indicaron.
Ante este panorama, las agencias afectadas o en riesgo se sienten en total indefensión por lo que hacen un llamado al Gobierno Federal para que coadyuve a la pronta solución del asunto y, de ser posible, se les apoye con el auxilio de la Guardia Nacional a fin de evitar los atropellos que están sufriendo.
Y no es para menos, estos campesinos han visto como por estos conflictos agrarios ha muerto ya mucha gente. Incluso, hace dos años, fue asesinado el entonces Comisariado Ejidal, Hermilo Ríos, una persona que hizo todo lo que pudo por hallarle solución a este problema que ya lleva cerca de cien años.
