Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 8 de febrero de 2021.- Alejandro Ismael Murat Hinojosa no solamente va a superar el número de feminicidios de su compañero militante priista, el ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz, sino también tiene ya tiene su masacre en la zona Triqui… y a sus propios desplazados.
Hace más de una década, tras hechos de violencia, cientos de personas fueron desalojadas de San Juan Copala, Juxtlahuaca, y arribaron a la capital del estado, para apoderarse del corredor exterior del Palacio de Gobierno, donde perviven.
Alejandro Murat, por un conflicto atendido a destiempo y la negligencia de la Secretaría General de Gobierno, tendrá pronto también a su grupo de desplazados, ahora de Tierra Blanca Copala, aunque ya no hay espacios ni en la sede del Ejecutivo ni en el zócalo, para alojarlos.
VIOLENCIA POLÍTICA
La violencia tiene décadas en la zona Triqui, etnia asentada principalmente en el municipio de Santiago Juxtlahuaca, San Martín Itunyoso y parte de Putla Villa de Guerrero y de Constancia del Rosario.
De acuerdo con el libro “Configuraciones étnicas en Oaxaca”, los triquis o triques venían de emigrar del oriente, para asentarse en lo que hoy se conoce como La Carbonera, Telixtlahuaca.
Sin embargo, los zapotecas que vivían en la región les hicieron la guerra hasta que los expulsaron, viéndose obligados a reanudar su peregrinación y ubicarse en San Andrés Nuxiño, al sudeste de Nochixtlán.
Derrotados hacia el siglo XIII por los mixtecos que poblaban el lugar, tuvieron que emigrar nuevamente para radicar en el hoy llamado Llano de San Vicente, en donde muchos sucumbieron afectados por el paludismo, por lo que una parte del grupo se instaló en las serranías de Chicahuaxtla y otra parte en la zona baja de Copala y San Martín Itunyoso, en donde moran en su mayoría hasta la fecha.
El territorio triqui o trique fue sometido por los aztecas a principios del siglo XV, debiendo rendirles tributo; no obstante, en su historia no hay rasgos constantes de violencia, que llegó con la disputa política en las últimas décadas.
Según referencias históricas, en el año de 1956 unos indígenas de la triqui baja asesinaron a varios soldados, en consecuencia, la Fuerza Aérea Mexicana envió aviones que bombardearon y ametrallaron a varios indígenas de San Juan Copala, del barrio Cruz Chiquita así como a otras barrios más, lo que desató una guerra sin tregua que aún tiene sus ecos hoy en día.
El 15 de marzo de 1972 se llevó a cabo el primer Congreso de los Pueblos Triquis en San Andrés Chicahuaxtla, convocado por el gobierno estatal con la finalidad de plantear la unificación de todas las comunidades triquis y al mismo tiempo recoger las demandas hechas por los indígenas.
De este primer congreso se acordó realizar un segundo congreso con sede en San Juan Copala el 12 de octubre de 1972, de acuerdo con “Tinujei. Los Triquis de Copala”, de Agustín García Alcaraz.
En 1981, los triquis de Copala se organizaron para formar el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui (MULT), que luchaba por democratizar el ejercicio del poder en la región, entre otras cosas; desde ese momento estuvo al mando de Heriberto Pazos Ortiz.
En 2003 se convierte en el Partido Unida Popular (PUP), posteriormente algunos exintegrantes del MULT formaron el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Independiente (MULTI), que tuvo una importante participación en la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca en 2006.
En años recientes, nuevamente por la ambición política, tras el crimen de Pazos Ortiz en 2010, hubo otra escisión, que derivó en la Asamblea de Pueblos Indígenas (API) y posteriormente otra división, el año pasado, con la Unión Democrática de Pueblos y Comunidades Indígenas (Undeci), cuyo líder inicial fue Rufino Merino, muerto por Covid el año pasado.
En la década de los ochenta nació la Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort) identificada con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para hacerle contrapeso al MULT, que se había identificado con la izquierda, particularmente con el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El 8 de diciembre del 2006 fue asesinado el dirigente de la UBISORT, Raúl Marcial Pérez, cuando estaba en el interior de sus oficinas en el centro de la ciudad de Juxtlahuaca.
DISPUTA CLIENTELAR
No hay sustento histórico para afirmar que han sido violentos por herencia; los hechos sangrientos han ocurrido en las recientes décadas y se han acrecentado con la creación de organizaciones sociales, como el citado MULT y sus derivaciones, MULTI y Ubisort.
En septiembre de 2010, los últimos meses del gobierno de Ulises Ruiz, ocurrieron ataques armados principalmente en San Juan Copala y San Miguel Copala, lo que derivó en el desplazamiento hacia la capital de 52 familias.
Ulises Ruiz Ortiz heredó el problema a Gabino Cué Monteagudo, que durante seis años no hizo absolutamente nada por pacificar la zona y únicamente administró el problema.
Intervino la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que emitió medidas cautelares para 115 personas desplazadas, mismas que a su vez se han dividido en al menos cinco grupos, uno de ellos encabezado por Reyna Martínez Flores y Marco Albino Ortiz.
Van cuatro años de Alejandro Murat, y tampoco ha podido resolver el problema; apenas a finales del año pasado, una enésima división de esos desplazados comenzó a inconformarse, hasta lograr colocar decenas de puestos de venta de ropa y otras mercancías, en el paso poniente del zócalo.
A mediados de diciembre del año pasado se comenzó a dar el grito de advertencia de nueva violencia en la zona Triqui, por parte de MULTI, que culpaba de manera directa al MULT, plegado hoy totalmente al gobierno.
No hizo caso el gobierno; el 4 de enero comenzaron los primeros bloqueos, ahora del MULTI aliado con la Ubisort, en inmediaciones de Santiago Juxtlahuaca; tampoco hicieron caso y se limitaron a enviar a la fuerza pública para patrullar la zona.
E 17 de enero estalló la violencia, en que los triquis denunciaron agresiones a balazos hacia Yosoyuxi y a Tierra Blanca; tampoco atendieron el grito de auxilio; el martes 19 de nuevo balazos.
Ese día y el miércoles siguientes, el MULTI, representado en la capital por Reyna Martínez Flores, presidió conferencias de prensa en el zócalo; la del segundo día, una paralela del MULT para deslindarse; unos pasos los dividía.
El MULT con el profesor Rogelio Pensamiento amagó con un plantón para exigir justicia pero de inmediato fue reconvenido por el gobierno y lo tuvo que retirar 24 horas después.
Fue el día 21 de enero en que el MULTI arreció sus protestas con bloqueo en la vía federal 190 a la altura de Hacienda Blanca, San Pablo Etla; fue ahí en que los triquis denunciaron que habría al menos cuatro personas fallecidas, varias heridas y muchas que había huido a los cerros.
Tampoco les creyeron, por el contrario, fue hasta el día 22, casi un mes después desde las primeras denuncias, en que el gobierno ingresó a la zona Triqui, pero tampoco halló evidencias, dijo; incluso, dijo en un boletín que descartaba muertos y heridos, pero tuvo que recular el domingo y reconocer dos muertos, hallados entre el monte, así como una mujer y su bebé desaparecidos.
Solamente tras ello incursionaron caravanas del gobierno a Tierra Blanca para rescatar a la gente y llevarla a Yosoyuxi Copala; para ese entonces, el escándalo ya era nacional, tras la intervención en el sitio de la activista Frida Guererra –que también ha acompañado la lucha de los desplazados del 2010–, que exhibió con fotografías la cruenta realidad.
El tema escaló a nivel internacional tras llegar a la conferencia “mañanera” que en ese entonces presidía la secretaria Olga Sánchez Cordero.
El 3 y 4 de febrero, Alejandro Encinas, subsecretario de Gobernación, estuvo en Oaxaca pero sólo en la capital y para reuniones burocráticas, infructuosas y sin reprochar al gobierno de Oaxaca su inacción. El caso sigue impune; no hay detenidos, no hay culpables, no se sabe que haya órdenes de aprehensión.
Y en todo este caso, en absoluto se ha tocado al presidente municipal de Santiago Juxtlahuaca, Nicolás Feria Romero, quien junto con su padre son los caciques de horca y cuchillo en la zona Triqui.
Pero, ¿por qué no actúa el gobierno de Alejandro Murat en contra de quienes son señalados por las víctimas, es decir el MULT? Simple: le representan votos, en miles, que le serán útiles en este proceso electoral local y federal. Sea a través de la priista Partido Unidad Popular (PUP), creado por cierto por José Murat con el extinto Heriberto Pazos, o los dizque morenistas actuales que encabeza el profesor Rogelio Pensamiento Mesinas.
En realidad, las masacres, la violencia, los desplazamientos, los conflictos agrarios, poco importan al gobierno, si no tienen rentabilidad política.