Antonio Mundaca/El Muro.
La definición de la candidatura de Morena a la presidencia municipal de Tuxtepec se juega en un tablero más grande que las aguas del río Papaloapan, todas las consecuencias de esa decisión la vivirán los habitantes del municipio más violento de la entidad, que por ahora tiene la calma del ojo del huracán y donde el verdadero ganador o perdedor electoral dependiendo de quién sea elegido candidato, será Salomón Jara Cruz.
Los aspirantes tuxtepecanos son peones de una batalla por el poder que tendrá su cenit en 2022 y es parte de la sucesión al gobierno de Oaxaca que arrancó este año con la repartición de plazas políticas y los recursos económicos de los ayuntamientos que están en juego.
Hasta el cierre de este artículo el método de la encuesta –muchas veces simulada y otras como instrumento de acuerdos previos– ha sido en este proceso una forma de quitarle a Salomón Jara municipios que todavía tiene bajo su control y de donde existen denuncias que son usados como la caja chica para su promoción política. La encuesta nacional, hasta el momento ha impedido a Salomón Jara perpetuar su ascenso en las regiones oaxaqueñas.
En el proceso interno de Morena, Salomón Jara ya perdió Oaxaca de Juárez con Francisco Martínez Neri, su candidato era Jesús Ramírez López. Perdió Salina Cruz con Daniel Villalobos Sosa, su candidato para ser reelecto era Juan Carlos Atecas y Jorge Arroyo Rodríguez involucrado en la masacre de San Mateo del Mar de junio de 2020.
Perdió Juchitán para el edil Emilio Montero Pérez, que hasta poco afirmó buscará la reelección como candidato del Partido del Trabajo (PT) al no ser elegido por el Comité Ejecutivo Nacional de Morena. Perdió Jara Cruz también la ruta de la costa en San Pedro Mixtepec con Javier Cruz Jiménez, que el año pasado denuncio al senador de vender candidaturas. Perder Tuxtepec significaría quedarse sin ninguna las principales plazas para apuntalar su candidatura a gobernador.
En las elecciones de 2016 y 2018 el gran elector de Morena en Tuxtepec fue Salomón Jara Cruz. Pero no logró poner en la silla tuxtepecana a ninguno de sus soldados. Impulsó primero, hace 5 años, la candidatura del finado Dr. Sergio Sánchez Fentanez y acabó abandonándolo en plena campaña cuando el médico se negó a entregarle recursos económicos a discreción a la actual diputada Irma Juan Carlos, que a nombre de Jara Cruz operó las campañas políticas en la Cuenca, los salomonistas traicionaron a Fentanez llevándole votos al extinto Fernando Dávila.
En 2018 impuso como candidata a Karina Barón Ortiz, tras el rompimiento con el edil Fernando Bautista Dávila, que al final declinó a participar con la alianza Morena-PT tras denunciar imposición de regidurías por parte del clan salomonista. Irónicamente, la candidatura de Karina Barón en la recta final fue por encima de la exdiputada local Ángela Hernández Solís, mamá del actual aspirante Paco Niño.
El rompimiento “oficial” entre Irineo Molina Espinosa y Salomón Jara se dio en diciembre de 2016, cuando el exdiputado local del distrito 03 de Loma Bonita hizo a un lado a Jara Cruz de los acuerdos por el manejo de 350 millones de pesos que fueron repartidos a los coordinadores parlamentarios de cada partido en el congreso local oaxaqueño donde Molina Espinosa se estrenaba como coordinador parlamentario de los diputados morenistas y Presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo).
Irineo Molina había llegado a Morena de la mano de la tribu de los hermanos Rosendo y Félix Serrano Toledo y no le debía nada a Salomón Jara. Irineo Molina desconoció a Jara Cruz y a su ejército de diputados locales plurinominales chiripas a su servicio, legítimo el ascenso de Alejandro Murat a la gubernatura oaxaqueña en medio de protestas y críticas de los diputados morenos que buscaban prebendas y sobres amarillos.
En el fondo la acción de Molina Espinoza rompió la interlocución que por mucho tiempo llevaba Jara Cruz negociando con los priistas. En consecuencia, Salomón Jara pidió la expulsión del chiltepecano de Jucopo, llevando el caso a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena y acotó su poder en el congreso local. Desde entonces el exmunícipe de Chiltepec quedó marcado en la tribu salomonista como persona non grata.
Igual que el presidente de la capital oaxaqueña, Oswaldo García Jarquín que públicamente dijo que el senador “ quiere obediencia absoluta”, Irineo Molina ha confiado a sus cercanos que “Salomón no quiere socios, quiere empleados”.
En 2018 mientras Salomón Jara buscaba la candidatura al senado intentó frenar la candidatura a la diputación federal por el distrito 01 con cabecera en Tuxtepec a Irineo Molina.
“No pasará” era la consigna y tuvo que entrar a la pelea de forma externa y registrado por el Partido Encuentro Social (PES) dentro de le coalición con Morena, ganó primero la encuesta interna sin el respaldo del Comité Estatal controlado por el senador, tuvo que ser impulsado desde el CEN, después cuando ganó la diputación federal se alejó aún más del salomonismo.
Si fuera por el senador, Laura Estrada sería su candidata ideal debido a su obediencia y a la falta de ideas políticas propias. Laura Estrada se convirtió en diputada local por el efecto AMLO en 2018, después de ocupar el tercer lugar electoral en 2016, y asumió la Jucopo en el congreso oaxaqueño apadrinada por Salomón Jara en medio de desvaríos de poder, siempre con el lema “lo que mande el Senador”.
Fue cuestionada constantemente por las corrientes dentro de Morena en Oaxaca por la total sumisión. Para la prensa capitalina la diputada nunca dejó de ser una sombra.
Laura Estrada al no garantizar competitividad electoral municipal buscará sacarse la lotería de nuevo y ser reelecta como diputada local y ha quedado fuera de la contienda principal desde hace varias semanas. A menos que por el tema de Equidad y Género y la repartición en municipios competitivos pueda colarse a pesar de su baja medición en las encuestas del proceso interno de todos los aspirantes.
En medio de esa falta de cuadros competitivos, donde por andanadas se asoma Eduardo Ximenez de Sandoval, con experiencia como candidato independiente en 2016, y con el resto de Morenistas incrustados en la burocracia cuatroteista, llegó Paco Niño al salomonismo, de la mano de Amador Jara.
El 5 de agosto de 2018 en el programa Política Ficción, Paco Niño afirmó, “siempre he ganado las encuestas, pero no es lo mismo hacer una estrategia para ganar encuestas que para ganar campañas”, ahí mismo sostuvo que se quedaría en el PRD y que en la nueva etapa de Morena tendrían que entender que no es lo mismo ser oposición que ser gobierno.
Reconoció entonces que llegó a detestar a Amador Jara por no haberle dado la candidatura a la presidencia municipal en 2013 por el PRD. Ambos pragmáticos, poco a poco convirtieron su relación de odio en una relación de ahijado y padrino. En 7 años, Paco Niño, bajo el cobijo de Amador Jara, fue candidato a la diputación federal en 2015 y candidato a la Presidencia Municipal en 2016. Se convirtió en regidor y fue candidato a la diputación local por la vía plurinominal en la posición número 2.
Diez meses después de esa entrevista, el 10 de junio de 2020, fue nombrado como Coordinador Regional de Liconsa en la Cuenca del Papaloapan, dependencia del gobierno federal que acabaría convirtiéndose en Segalmex, el cargo le permitió caminar con la bandera de la 4T el último tramo repartiendo leche y productos de la canasta básica.
Y es que no se pueden entender el proceso de definición actual en Tuxtepec, sin la intromisión de Amador Jara a favor de Niño Hernández. Amador Jara es señalado de nuevo en Morena, igual que lo hizo en el PRD de vender candidaturas y acomodar a sus fieles.
Fue expulsado oficialmente del partido amarillo en enero de 2021, después de meses de operar e intervenir en Morena para su hermano el senador Salomón Jara y hoy se encuentra vinculado al proceso de selección de candidatos y las listas de los futuros diputados plurinomales.
En los pasillos políticos de Oaxaca comentan que también por eso el senador oaxaqueño ha tenido una debacle en la imposición de candidaturas. Amador Jara.
En medio de las tribulaciones por la designación del abanderado a la presidencia de Tuxtepec por Morena, el 22 de marzo, Paco Niño se declaró ganador de la “primera encuesta” por encima de Irineo Molina, Laura Estrada y Eduardo Ximenez, a la filtración le siguieron los desmentidos de los que parecían borrados del dedo elector y el Comité Estatal no emitió ninguna versión oficial.
Al mismo tiempo, Irineo Molina Espinoza afirmó que había sido encuestado pero para la diputación federal donde “arrasó” aunque él no se inscribió a ese proceso sino a la presidencia tuxtepecana. El argumento ridículo y no confirmado que se vertió en redes sociales fue que había o un error en la primera encuesta en su nombre, Irineo Espinoza sin el Molina.
La risa necesaria para el error de encuestadores profesionales especialistas en ganar tiempo y evitar la fuga de cuadros políticos “obligó” a una supuesta segunda medición, cuando en realidad, siempre se ha tratado de una negociación en las mesas porque en política no hay casualidades, y pocas veces la oportunidad de segundas versiones.
En una encuesta en poder de Elmuromx y filtrada por el comité estatal de Morena desde hace poco más de un mes, el ganador era Paco Niño, y muy lejos, Irineo Molina Espinoza. Desde hace poco más de un mes los salomonistas buscan que Irineo Molina se marche al Partido Verde o lo más lejos posible del “futuro gobernador”.
Mientras los fans de los candidatos se pelean en las redes sociales por irse con la cargada de su favorito de acuerdo a fuentes de Morena Estatal, Irineo Molina Espinoza amagó con irse al PT como candidato a la Presidencia Municipal de Tuxtepec si no es elegido o no se respetan las encuestas donde él sale ganador.
El argumento presentado por el político originario de Chiltepec son los 98 mil votos que obtuvo en 2018, contra los 35 mil que obtuvo Paco Niño en 2015 en la elección a diputación. Molina Espinoza quiere a Paco Niño como candidato a la diputación federal, y Salomón Jara quiere que Molina Espinoza repita como diputado federal, por eso solo fue medido en ese parámetro.
Parece obvio que la segunda encuesta la volverá a perder Irineo Molina si se encuentra el tema en manos de Salomón Jara y no del Comité Nacional de Morena, porque si la encuesta donde gana Paco Niño es verdadera, la opinión de la gente no cambiará de un día para otro.
Los salomonistas afirman que el presidente del partido Mario Delgado, le ha pedido a Irineo Molina se quede en la diputación federal y consolide la 4T. Los salomonistas dicen que en Irineo Molina solo existe el interés personal y no es originario del municipio.
En el grupo de Molina Espinoza ven a Paco Niño como un arribista que no estuvo en el origen de Morena, y si el ganó “la primera encuesta” es raro no saliera a defender un triunfo incuestionable, y confían en sus números y la debacle de Salomón Jara en el estado en las encuestas del CEN, que hasta el momento le han quitado las plazas más ricas y fuertes al senador.
Antes de lo que María Nivón llama la “masacre a Salomón Jara” por las plazas que le han quitado y han puesto en entredicho al todopoderoso senador exiliado en Guerrero, parecía que Paco Niño no era su prioridad, su prioridad era el Istmo de Tehuantepec o la capital oaxaqueña donde lo están desmantelando, pero ahora ya no se trata de su ahijado postizo o su soldadera o su enemigo íntimo, se trata de él y sólo de él.
(Nota de la redacción: posterior a la publicación del artículo en el sitio El Muro, Irineo Molina fue electo candidato a edil para Tuxtepec).