Evlin Aragón/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax.. 29 de octubre de 2021.- Un aproximado de 300 personas desplazadas, 120 casas quemadas, cuatro personas desaparecidas y una persona asesinada fue el saldo de los ataques armados que se registraron en el municipio de San Esteban Atatlahuaca, en contra de la población de Mier y Terán, Guerrero Grande, y Ndoyonoyuji.
Lo anterior obligó la instalación de un refugio en la comunidad de Mier y Terán, donde se encuentran un aproximado de cien personas, dentro de ellas mujeres, niñas, niños y personas ancianas, quienes carecen de alimentos y ropa extra, ya que solo cuentan con la que llevaban puesta al momento del desalojo violento.
Mientras que, en Guerrero Grande un grupo indeterminado de personas se refugió en las pocas viviendas que no fueron quemadas y padecen hambre ya que fueron quemadas todas las tiendas de la localidad.
Así lo dio a conocer Maurilio Santiago Reyes, representante del Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas (Cedhapi) que, junto con la Fiscalía y la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), realizó una visita al lugar de los hechos.
De acuerdo con el defensor, en los alrededores de la comunidad de Guerrero Grande, incluida la iglesia y el Palacio Municipal se encontraron casquillos de diversos calibres que dejan sin ninguna duda el ataque armado del que fue víctima la población.
Así mismo se constató la quema de viviendas en cuyo interior se encontraron elementos balísticos y restos óseos que dan muestra de la masacre, así como otros indicios que pueden ayudar a identificar a las personas que se encuentran en calidad de desaparecidas.
Y es que de acuerdo con la información recabada Mayolo Quiroz Barrios, Miguel Bautista Avendaño, Marcos Quiroz Riaño y Donato Bautista Avendaño todos de la comunidad de Guerrero Grande, San Esteban Atatlahuca, permanecen sin ser localizados.
Como parte de la visita se hizo el levantamiento del cadáver del señor Isidoro Hernández, de 49 años de edad, quien tenía impactos de bala y señales de tortura, quien era originario de la comunidad de Mier y Terán.
Los daños incluyen más de seis vehículos siniestrados, los cuales cuentan con impactos de arma de fuego y fueron incendiados con grandes cantidades de gasolina; así como el saqueo de la tienda Diconsa, ubicada en Guerrero Grande, que surte de productos de la canasta básica a la población.
Las comunidades indígenas mixtecas de Mier y Terán, Guerrero Grande, y Ndoyonoyuji son las más grandes del municipio de San Esteban Atatlahuca; sus pobladores ancestralmente han defendido sus bosques de diversas empresas madereras de la región.
“Fue un crimen de Estado, fue una acción por omisión”, recalcó Maurilio Santiago, al anunciar que interpondrá una denuncia en contra de funcionarios que fueron omisos para atender la problemática, informada con anticipación.
En tanto, los asistentes a la conferencia de prensa, familiares de los desaparecidos, coincidieron en señalar al edil de Atatlahuca, Rogelio Bautista Barrios, de ser responsable de la violencia en la zona.
