Redacción/Zona Roja Cdmx.
Ciudad de México, 26 de agosto de 2019.- En Michoacán el crimen organizado reina. Un coronel fue asesinado el sábado en Ziracuaretiro, mientras que la comunidad de Los Reyes, pobladores impidieron con palos el paso de soldados mexicanos.
El coronel de Infantería Víctor Manuel Maldonado Celis, de 58 años de edad, murió luego de ser emboscado por un comando en el municipio de Ziracuaretiro, ubicado en la región purépecha de Michoacán.
Aún con vida, el también comandante del decimocuarto Cuerpo de Caballería de Defensas Rurales fue trasladado a un hospital particular de la ciudad de Uruapan, donde falleció, informó la Fiscalía General del Estado (FGE).
La agresión fue perpetrada la tarde del sábado, cuando Maldonado Celis se dirigía a la huerta de aguacate Los Cuates, en las inmediaciones de la comunidad de San Ángel Zurumucapio, donde, según trascendió, acudiría a una convivencia con un grupo de amigos.
La FGE reportó que Maldonado Celis presentaba heridas de arma de fuego, lo cual fue confirmado por el equipo multidisciplinario de la Fiscalía Regional cuando se le trasladó al hospital. El cadáver del militar fue llevado al Servicio Médico Forense para que se practique la necropsia.
Entre febrero y mayo de 2016, Víctor Manuel Maldonado Celis estuvo comisionado en el municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua, y fue reubicado, según trascendió, por diferencias con el entonces fiscal general del estado, Jorge González Nicolás.
RECHAZO A SOLDADOS
Por otra parte, los soldados del Ejército Mexicano se han convertido en moneda de cambio en diferentes estados de la República o simplemente son blanco de agresiones por parte de civiles sin que las afrentas sean contestadas.
Por decomisar armas en Michoacán, combatir el robo de combustibles en Hidalgo o por intentar instalar retenes en Oaxaca, los militares han sido retenidos o expulsados a palos de comunidades, mientras que en Guerrero pobladores los usan como rehenes a cambio de fertilizantes, refiere este lunes el periódico “La Jornada”.
En la localidad de Los Reyes, la tarde del sábado pobladores corrieron a palos a soldados que realizaban labores de reconocimiento en al menos dos vehículos.
El 26 de mayo, un grupo de soldados fue capturado en La Huacana por integrantes de grupos de autodefensas que exigían que les devolvieran armas incautadas, lo que consiguieron al día siguiente.
Dos días después de esos hechos, pobladores de la comunidad de El Chauz, también en La Huacana, intentaron retener a otro grupo de soldados; sin embargo, esa acción sí fue frustrada con disparos al aire.
En tanto, el jueves pasado pobladores de San José Río Manzo, del Municipio oaxaqueño de San Juan Lalana, expulsaron a militares de la Guardia Nacional que pretendían instalar retenes en la comunidad.
En el recuento del rotativo, el 13 de enero, tres militares fueron golpeados y capturados por pobladores de la comunidad de Santa Ana Ahuehuepan, en el Municipio de Tula, Hidalgo, después de realizar un operativo en contra del huachicol.
Dos meses después, el 12 de marzo, ocho soldados fueron retenidos en la misma entidad, pero en el poblado de Ulapa, del Municipio de Tetepango, luego de realizar labores contra el mismo delito.
En abril, 40 militares fueron retenidos por habitantes de loa población de Heliodoro Castillo, en Guerrero, que se oponían a la destrucción de cultivos de amapola.
Para exigir fertilizante al Gobierno federal, habitantes de la comunidad de Totolapan, Guerrero, retuvieron el 31 de mayo a 30 militares.
La acción se replicó el 1 de julio en la comunidad de Barranca de Guadalupe, en el Municipio de Ayutla de los Libres, donde 29 soldados fueron retenidos.