Yuridiana Sosa/ Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 17 de marzo de 2022.- A 10 años de lucha social contra el proyecto minero “San José II” en los valles de Ocotlán, Ejutla y Tlacolula, de los Valles Centrales de Oaxaca, sus habitantes y autoridades sostienen su exigencia de cancelación a los trabajos de explotación de la tierra por parte de la empresa Minera Cuzcatlán, justicia por los asesinatos que ha dejado esta defensa y respeto a los derechos humanos de los pueblos.
Integrantes de “Frente no a la minería por un futuro de todas y todos”, conformado por 12 comunidades de Oaxaca, ofrecieron un informe al público sobre la violencia a los derechos humanos que autoridades federales, estatales y la empresa han cometido contra ellos al permitir este proyecto.
En el transcurso de esta defensa comunitaria, dos pobladores activistas, Bernardo Méndez y Bernardo Vázquez, fueron asesinados y por los que aún no hay justicia, mientras que en la actualidad los habitantes son víctimas de las amenazas para que la empresa, filial de la compañía canadiense Fortuna Silver Mines, siga sus labores.
El encuentro de este jueves se sostuvo con el objetivo de evidenciar los impactos negativos a los derechos humanos producidos por el proyecto minero, construir argumentos jurídicos para el respeto y garantía de los derechos del pueblo, interpelar al Estado Mexicano sobre la importancia del respeto de los derechos indígenas frente proyecto de inversión y evidenciar las grandes desigualdades existentes entre el sector minero y las comunidades afectadas en el país.
Durante el conversatorio entre activistas, frente a habitantes e interesados en la lucha, señalaron la más reciente violación a sus derechos por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales al otorgar otro permiso por 10 años de explotación a la empresa en medio de un supuesto proceso de consulta.
Sin embargo, desde hace una década sufren de los impactos ambientales y la pobreza que ha dejado el proyecto minero.
El integrante del Frente, Nezftalí Méndez, apuntó que mientras la población mantuvo un estricto resguardo por la pandemia de Covid, vivida desde las carencias, la empresa continúa con los trabajos para la explotación del oro y plata en la zona, lo que encendió el enojo y frustración de los pueblos.
Por su parte, Beningno Antonio García destacó que a la llegada del proyecto por primera vez algunas comunidades no creían en el fuerte impacto negativo que éste podría tener, y tuvo, sobre las poblaciones, por eso hoy nadie cree que sea de beneficio.