Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 19 de septiembre de 2019.- “¡Atrás de la línea amarilla! ¡Atrás! ¡Nadie puede estar en esta zona de emergencia!”. La voz es de una joven socorrista voluntaria que hace su tarea… Sólo que 40 minutos después que ocurrió el sismo hipotético de magnitud 8.6.
A las diez de la mañana se citó para la realización de un macrosimulacro, en la conmemoción del Día Nacional de Protección Civil, tras los terremotos ocurridos el 19 de septiembre de 1985 y el de fecha similar de 2017, este último con impacto en la región Mixteca de Oaxaca y otras entidades del centro del país.
“¡Oiga, pero el sismo ya pasó y mucha gente ya cruzó por acá!”, devuelve un ciudadano al que no dejan pasar en la primera calle de Bustamante esquina con Las Casas, donde se realizó el ejercicio preventivo.
A esa hora y periodistas, trabajadores, transeúntes, ya pasaron en medio de cuerpos, heridos, muertos hipotéticos que habían sido sacados del edificio “Montajes”. Estorbando todos.
Simulacro también en medio de ambulantes que no quisieron retirar sus puestos para participar en esta práctica; hasta se enojaron porque no los dejaron vender por el lapso de una hora.
“Yo pienso que los compañeros, amigos ambulantes, deben entender que es un ejercicio necesario para ellos mismos. Desafortunadamente todo lo que tiene que llevarse en la calle genera molestia…
“A la postre se tendrá que dar beneficio inclusive a todos los compañeros ambulantes, con quienes me disculpo por las molestias, pero sé que son ejercicios necesarios que se tienen que hacer cada año”, se lamenta Rodolfo Brenan, director de Protección Civil municipal.
Al sonar las alarmas sísmicas, los únicos que salieron fueron los burócratas, del Palacio de Gobierno y de otros inmuebles públicos. La gente común, poco participó; los negocios, menos. Los transeúntes, por igual.
“¡Oiga, pero tengo que pasar a dejar unos desayunos!”, clama un jovenzuelo que trae una charola cargada de alimentos; se rasca la cabeza, se enfrían los platillos, tiene que ir a dar vuelta a una cuadra.
En el edificio de “Montajes”, los rescatistas sufren para sacar a los supuestos heridos; tiene que pasar por pasillos reducidos de los puestos ambulantes. Amontonan los cuerpos en el piso, de acuerdo con el código de emergencia. Llegan Bomberos, paramédicos de la Cruz Roja, voluntarios, de Protección Civil. Un mundo de gente. El saldo en ese inmueble, con daños estructurales pero no colapsado.
Una hora después termina el ejercicio de evacuación, atención de urgencia y traslado de víctimas.
De acuerdo con el Gobierno del Estado, participaron 700 mil 162 personas en el macrosimulacro de magnitud 8.6, con epicentro en las costas de Oaxaca y Guerrero, así como de un tsunami cuyo impacto abarcó seis kilómetros.
Según Protección Civil de Oaxaca, participaron 72 dependencias públicas estatales y federales, 27 grupos de voluntarios, 250 empresas privadas, 950 instituciones educativas, 46 ambulancias, 29 unidades de atención pre-hospitalarias y 362 municipios.
Se reportó la simulación de tres personas fallecidas, 26 heridas y la atención a quienes se ubicaban en el edificio “Montajes”.
De manera inmediata arribaron al lugar los elementos de atención, quienes fueron apoyados por dos caninos de búsqueda y rescate para auxiliar a la población que pudo haber resultado afectada.
Una hora después, todo volvía a la normalidad de los ambulantes, que cierran todo a su paso y que siguen siendo los dueños de la calle, a complacencia de la autoridad municipal.