Yuridiana Sosa/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., a 7 de julio de 2022.- Con solo seis años, Kemish Ulises da batalla al cáncer, y lo hace fuera de casa, lejos de su familia, pero no se rinde; tampoco su madre, que desde Oaxaca enfrenta otra lucha: la emocional y económica para salvarlo.
“Voy hacer hasta lo imposible para que mi hijo sane y regrese”, apunta con seguridad María Luisa Mendoza Navarro, joven madre que está entre la espada y la pared para sacar adelante a sus cuatro hijos, Kemish, es el tercero de ellos y se encuentra en el estado de Querétaro recibiendo atención médica.
Para esta joven madre no ha habido imposibles en su camino, pese a la ausencia del marido, pese al diagnóstico fatal que médicos del Hospital Civil “Dr. Aurelio Valdivieso” le dieron hace nueve meses.
TRÁGICA NOTICIA
Kemish crecía como un niño sano, hasta que un día enfermó, sin motivo alguno; sin saberlo, desde ese entonces comenzó con esta batalla que lo mantiene lejos de casa.
“Ni muriéndote ni volviendo a nacer vas a sacar a tu hijo adelante”, fueron las palabras que en una ocasión médicos de instituciones de salud de Oaxaca le dijeron a María Luisa, mismas que ella ignoró.
Desde una kermés, actividad que realiza con frecuencia para recaudar dinero, la joven madre relató a ZONA ROJA que la atención hospitalaria en nuestra entidad es deficiente.
Cuando su hijo enfermó por primera vez, acudió al Hospital Civil; por el dolor de pecho, fiebre y debilidad en sus piernas para sostenerse en pie, no hubo diagnóstico certero y pese a estudios clínicos los regresaron a casa.
Fue hasta que por medio de una orden de atención médica privada lograron la realización de un estudio certero, que dio como resultado leucemia.
Con el mundo encima sobre sus hombros y la incertidumbre del nuevo proceso por enfrentar, María y Kemish encontraron las puertas cerradas del nosocomio para su atención médico, pues no había camas disponibles, eso significaba hasta cierto punto, un escenario que lo desahuciaba .
BÚSQUEDA
Ante la imposibilidad de una atención para el pequeño Kemish en Oaxaca, la familia con ayuda de médicos empezó la búsqueda inmediata de un hospital para su tratamiento, lo cual los llevó hasta Querétaro.
Esto a su vez representó, de golpe, la separación de la familia; de madre e hijo, pues con una pequeña en lactancia, y tres hijos más por cuidar, tuvo que ceder los cuidados a una hermana.
Así como significó la inversión de 18 mil pesos de primer momento; después, los gastos no se han detenido para la compra de algunos medicamentos ante el desabasto nacional de tratamientos oncológicos y la manutención de su hijo.
FORTALEZA
“Como madre se lo dije a mi familia. Yo voy hacer hasta lo imposible para que mi hijo sane y regrese, porque su ilusión es regresar con sus hermanos y sus primos, jugar como cualquier niño”, expresa la madre con sutil tono que deja asomar su dolor y sus esperanzas.
Por eso sostiene que desde Oaxaca harán todo lo posible, lo necesario para que su pequeño hijo pronto esté en casa.
Para María Luisa no hay otra meta, no hay otra forma de asimilar esta lucha que no sea la de ver vencedor a su hijo.
Para la madre, las terapias psicológicas en las que preparan a los padres ante una posible pérdida de sus hijos durante el tratamiento no tienen lugar.
“No me imagino que me hable mi hermana y que mi hijo falleció, por eso estamos luchando (para que no se cumpla)”, sostiene con firmeza la mujer, quien confía más que nunca en Dios para seguir esta batalla.
María Luisa no pierde el tiempo, junto a su familia realizan venta de alimentos y otras actividades que les permitan recaudar dinero, por eso, agradeció a los ciudadanos que los han apoyado, pues eso significa un paso adelante para Ulises, e invitó al resto a sumarse a esta causa de vida.
