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Opinión. Martínez Neri y García Jarquín, cada vez más semejantes

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., a 19 de diciembre de 2022.- A querer o no, Francisco Martínez Neri se parece cada vez más a su antecesor Oswaldo García Jarquín, ambos emanados de Morena, partido que desde hace cuatro años gobierna la ciudad de Oaxaca. 

Pero a los dos también, eso de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo no se les da. El primero de ellos dejó un desfalco de 400 millones de pesos; el segundo, lo solapa y tolera y hasta tiene funcionarios allegados a García Jarquín en su administración, como el tío Alberto Alonso Criollo.

Los cuatro años de estos dos gobiernos morenistas son un desastre, y en absoluto se está extrañando o pidiendo el regreso de los priistas al poder municipal.

Lo que sucede es que los morenistas navegan con una bandera de transparencia, de honestidad, de cumplimiento de su palabra, de eficacia y honradez en el manejo de los recursos públicos y, pues, ese discurso choca diametralmente con la realidad.

¿HUBO PACTO?

En las elecciones, Martínez Neri venció a su oponente Javier Villacaña con holgura, a pesar de que el priista tiene fuerte trabajo social en colonias y agencias de la capital. 

De inmediato se auguró, ahora sí, un gobierno diferente, alejado del populismo y de la corrupción… lo cual a casi 12 meses, nada más no ha sucedido.

Es muy probable que entre el perdón de Neri a García Jarquín haya un pacto de impunidad, le guste o no al ex rector de la UABJO; lo quiera o no, no ha hecho, ni hará, que se aplique la ley contra Oswaldo García Jarquín.

Un individuo que se la pasó los tres años en tugurios, que dejó el gobierno en manos del ahora síndico, Jorge Castro Campos, quien con absoluta tranquilidad sigue en el ayuntamiento, quizá convencido de que el manto de impunidad no lo tocará, a pesar de los múltiples señalamientos de haber encabezado el desfalco en el trienio anterior.

No hubo obras en los tres años anteriores y el pretexto para no atender a las colonias y agencias fue también el tema del Covid-19. A García Jarquín no le importó siquiera que le hayan ido a tirar basura a una de sus casas, recién construidas, habida cuenta que logró hacerse en su trienio de varias propiedades, además de cambiar de pareja, en medio de sus borracheras.

Con anterioridad les hemos reseñado el desastre de García Jarquín, ex funcionario de menor rango con Gabino Cué Monteagudo, pero que aprendió muy rápido las mañanas de los priistas.

Quizá el argumento de Martínez Neri será, todos los días, que hay irregularidades y obras fantasma, pero que el dinero está muy bien justificado… con empresas “fantasma” y factureras.

O quizá ya sepa también, y no podrá hacer nada contra ello, que mucha parte de los millones desaparecidos con su antecesor fueron para financiar la campaña política del entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

Por eso García Jarquín se siente con absoluta impunidad y no le importa ni le preocupa si hurgan o no más a fondo sobre los casi 400 millones de pesos de probable fraude.

OSCURO DESEMPEÑO

Neri en sus casi 12 meses de gobierno, ha actuado con absoluta irresponsabilidad y desconocimiento de la forma de gobernar un municipio. Quizá sea un buen fiscalista y contador, y hasta ofrezca sus servicios a varias autoridades municipales y estatales para limpiar cuentas. Pero eso de gobernar no se le da.

Quizá sea un hombre trabajador, que llega a las siete de la mañana al palacio municipal e incluso trabaja los domingos; pero es un individuo ingenuo, que se ha sometido a todos los poderes fácticos del pasado, incluyendo ambulantes, sindicalizados y generadores de violencia.

En la mayoría de los rubros, Martínez Neri ha sido un absoluto fracaso, salvo —como presume— en la recaudación hacendaria, pero eso no quiere decir que haya sido por buenas políticas públicas.

La reportera de ZONA ROJA, Yuridiana Sosa, hizo un amplio recuento del desastre de gobierno municipal (http://www.zonaroja.com.mx/?p=49434) y es larga la lista de pendientes. 

La inseguridad, por ejemplo, con los constantes asesinatos de personas, incluyendo mujeres; robos y asaltos a la luz del día y calles del centro; balazos y agresiones, sin que haya un gramo de eficacia por parte del militar Raúl Ávila Ibarra, cuya única prioridad es andar con el presidente municipal en los eventos, tomarse fotos… y descuidar la seguridad. Eso sí, rodeado de al menos tres guardaespaldas.

Los ambulantes han hecho lo que han querido: Neri repitió la dosis de los miércoles sin ambulantes, que promovió García Jarquín, y lo único que ha hecho es mantener a raya a los informales. 

Pero ni siquiera eso ha hecho bien, pues paulatinamente los vendedores vuelven a las calles, a los sitios antiguos que ocuparon, respaldados y solapados por autoridades priistas.

Tan falta de autoridad hay, que los líderes de ambulantes han impuesto su voluntad y hasta se han instalado en el Andador Turístico, como ocurrió en las fiestas de Día de Muertos, y han colocado juegos mecánicos en parques y vialidades, pese a falta de permiso.

Ni qué decir de la basura, donde lo único que falta es que le vayan a tirar los desechos en el exterior de su domicilio particular, pues los sindicalizados lo han hecho en la Plaza de la Danza y hasta en el interior del palacio municipal.

Una crisis que nadie previó desde la campaña política; una crisis en la que Oswaldo García Jarquín no hizo nada.

Una crisis que tomó a todos durmiendo y cuando despertaron, el gran problema ya estaba ahí, y no se ha resuelto. Montones de basura se ven en las calles y vialidades, pero sobre todo, tiraderos alentados y tolerados por el ayuntamiento en la ribera del río “Atoyac”, a pesar de violar disposiciones federales.

Eso sí, con plena y amplia protección a la organización delictiva CATEM, a través del secretario de Gobierno, Felipe Canseco Ruiz.

Las obras públicas no se ven por ningún lado; de acuerdo con una nota informativa en el diario “El Imparcial”, de 117 acciones proyectadas, apenas 12 se han concluido y ninguna es de relevancia. Nadie sabe dónde está el dinero para este rubro.

¿QUÉ HARÁ NERI?

Eso sí, Martínez Neri ya presume haber pagado 105 millones de pesos de la deuda heredada de su antecesor García Jarquín, pero cuyo desfalco sigue impune.

Fuera de ello no hay, absolutamente, nada qué presumir por parte de Martínez Neri; ni siquiera un gobierno honesto, pues recientemente sus funcionarios fueron exhibidos de lucrar y robar con la mercancía decomisada a triquis que fueron desalojados del corredor del Palacio de Gobierno.

Varias casas encuestadoras, como Mitofsky y Massive Caller, han detallado el fracaso del ayuntamiento capitalino —como de otros gobernados por morenistas en la entidad.

Si Francisco Martínez Neri tiene la intención genuina de emprender un cambio radical, deberá primero pugnar, insistir, porque se lleve ante la justicia a Oswaldo García Jarquín, por los probables desfalcos al erario.

Dejar de prescindir de su secretario de Gobierno, Felipe Canseco Ruiz, y de su secretario de Seguridad, Raúl Ávila, que sólo dolores de cabeza le han generado y, por supuesto, nulos resultados.

Dejar de ser timorato para emprender una verdadera y eficaz acción ante la problemática de la basura; dejar de amedrentarse por los dirigentes del comercio ambulante; salir de su oficina y recorrer colonias y agencias.

De lo contrario, cada día se irá pareciendo más a su antecesor morenista Oswaldo García Jarquín y hasta podría superarlo.

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