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Opinión. Nueva Alianza y las ambiciones de Bersahín López

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., a 13 de febrero de 2023.- A punto de desaparecer, el Partido Nueva Alianza perdió no solamente el rumbo, sino a la mayoría de sus escasos militantes.

Y ahora, en la antesala de comicios concurrentes, enfrenta una disputa interna, que devino en un desalojo de oficinas, hace dos semanas, lo que evidenció una evidente fractura que puede terminar con el desconocimiento de su actual y eterno dirigente.

Discípulo de Adolfo Toledo Infanzón -ahora más morenista que los hermanos Jara-, Bersahín López ha jugado siempre a favor del PRI, así no vaya con ellos en alguna elección; siempre había dejado que el priismo utilizara al partido a su antojo, incluso en la pasada contienda a gobernador.

Bersahín, orondo, declaró que no iría en alianza con ningún partido, pero estuvo a punto de perder hasta el registro. Hoy, desesperado, busca a sus padrinos políticos, pero para los Murat ya no es útil, mientras que el PRI oaxaqueño comenzará también su aquelarre.

Intenta congraciarse con Morena y busca acercamientos, pese a que en los comicios anteriores menospreció a los de la 4T.

APÉNDICE PRIISTA

El Partido Nueva Alianza surgió desde el año 2005 y fue un juguete creado por la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, con el principal propósito de ayudar al PRI y ser contrapeso de los partidos de oposición, que en ese entonces ya comenzaban a crecer.

A nivel nacional, acaso su máximo logro fue un 2.3 por ciento de votación con Gabriel Quadri como candidato a presidente de México, en el año 2012.

Tras los comicios del 2018, perdió su registro y sólo mantiene su presencia en 18 entidades del país, entre ellas Oaxaca.

Poco o nada ha hecho quien fuera su eterno dirigente nacional, Luis Castro Obregón, para sobrevivir, pero en el caso del Estado de México, por ejemplo, se equivocaron y apostaron, junto con el PRD y el PAN, por el PRI para la gubernatura, cuando la contienda anterior jugaron con los morenistas.

PRAGMÁTICOS

“Lejos de la tendencia al pragmatismo puro y a la cruda lucha por el poder y el presupuesto, Nueva Alianza Oaxaca se reconoce como un partido liberal reformista, animado por principios como la responsabilidad, el apego a la legalidad, la transparencia, la defensa de los derechos humanos, la libertad de expresión, el bienestar social, la sustentabilidad económica y ambiental del desarrollo, elecciones justas y limpias para conformar la representación democrática”, dicen sus documentos en que basa su plataforma electoral.

Pero nada más alejado de la realidad, pues en Oaxaca estuvo a punto de desaparecer, por ambiciones económicas y sobrevivencia política.

En las elecciones a gobernador, por ejemplo, el año pasado decidió no ir en alianza con Morena o el PRI, para satisfacer el ego de Bersahín, pero tan mal le fue en los resultados, que hasta un candidato independiente obtuvo más votos.

Mientras Salomón Jara Cruz y sus aliados alcanzaron el pasado 5 de junio 696 mil 488 votos, Bersahín López apenas logró 18 mil 586 votos, lo que representa un 1.84 por ciento de los comicios.

Con ello inició el descalabro, pues el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana determinó que no alcanzó financiamiento para este año, pues no logró el mínimo del tres por ciento de votación en la contienda anterior.

No obstante, el órgano determinó que puede mantener su registro como partido -al igual que Unidad Popular-, bajo el argumento de que se deben tomar en cuenta los resultados de las  elecciones que ocurren regularmente cada tres años o seis años.

LOS DESPOJOS

Aunque la reyerta inició tras las elecciones, a finales de enero pasado comenzó públicamente el pleito.

Una de las principales oponentes de Bersahín López es la actual diputada local Adriana Altamirano, quien hace poco más de una semana desalojó de sus oficinas de gestión a un grupo de trabajadores del partido, argumentando que ella pagaba la renta.

Pero es apenas el atisbo de un pleito de mayores dimensiones, pues viene la renovación de la dirigencia y Bersahín López no quiere dejar el cargo que ostenta desde hace más de una década.

Lapso en el cual se ha convertido en nuevo millonario e invirtió incluso en un medio de comunicación digital, que al final no despuntó; vive con su familia como jeque, a costa del erario vía prerrogativas, de las que no ha dado ninguna información.

Creó varias empresas, como una agencia de publicidad, a cargo de su esposa Paloma, para maquilar toda la publicidad de Nueva Alianza y otros partidos.

Busca sobrevivir en el PRI, aunque este partido enfrenta sus propios conflictos; desesperado, quiere acercarse a Morena, pero es menospreciado. Y pronto las autoridades electorales podrían revertir su determinación, y retirar en definitiva el registro como partido, habida cuenta de que ya prácticamente no existe.

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