Yuridiana Sosa/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., a 28 de febrero de 2023.- En un numeroso operativo policial y con uso excesivo de la fuerza pública, la lideresa de desplazados triquis, Lorena Merino, junto a otros tres integrantes de su grupo, fue detenida cuando se manifestaba frente a Palacio de Gobierno, en la capital oaxaqueña.
Policía Estatal, Policía Turística y hasta inspectores del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez formaron parte del operativo contra el mini “plantón” que cuatro indígenas triquis reanudaron la mañana de este martes para exigir una mesa de diálogo con el gobernador Salomón Jara y el secretario de Gobierno, Jesús Romero.
Jalones de cabello contra las triquis, presunto robo de celulares, destrucción de cartulinas con consignas, y retiro de su equipo de sonido, fueron parte de las acciones que los elementos de seguridad realizaron durante el desalojo y detención.
LOS PREPARATIVOS
Tras las acusaciones de ayer en la conferencia del mandatario estatal, Lorena Merino y su grupo de acompañantes instalaron su tendedero de consignas, una casa de campaña y una lona para iniciar su protesta en los arcos cercanos al acceso principal de Palacio de Gobierno.
Pero bajo el pretexto de evitar la venta de cualquier producto, inspectores del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez arribaron a la protesta para indicarle a Lorena que no podía vender, lo que de inmediato desató la molestia de la mujer.
Alrededor, un grupo numeroso de elementos de la Secretaría de Seguridad atestiguaban el hecho, mientras que sobre la calle de Flores Magón al menos cuatro patrullas y otro grupo de policías esperaban el inicio del operativo.
“No estamos vendiendo aquí licenciada. Por qué no van y retiran a los chiapanecos, a los del MULT”, reclamó Lorena Merino a las trabajadoras del gobierno municipal.
“¡Esta es la cuarta transformación que nos viene a quitar!”, gritó la mujer por medio de su micrófono y bocina minutos antes de su detención.
¡ESTA ES LA CUARTA TRANSFORMACIÓN!
Sin mediar más palabras, elementos de la Policía Turística y de la Estatal comenzaron con el desprendimiento y destrucción de la lona y el tendedero de demandas y consignas.
Los bajos de Palacio de Gobierno se convirtieron en un caos. Solo se escuchaban los gritos desesperados, quejas y reclamos de los triquis.
“¡Me están robando, me están robando!”, “¡Se roban los celulares!”, gritaban las mujeres.
Un grupo de policías se fue contra Lorena Merino, y el resto por cada uno de los otros integrantes.
Sujetada por cuatro policías mujeres, Lorena fue llevada hasta una de las patrullas estacionadas a un costado de Palacio de Gobierno, en la calle Flores Magón.
“¡Para que el público vea lo que está haciendo la cuarta transformación, me robaron mi celular!”, alcanzó a decir Lorena Merino ante los medios de comunicación que transmitían en ese momento; después fue trasladado a los separos.
En el resto de las patrullas también fueron llevados los compañeros de Merino, al menos un hombre y otras dos mujeres.
NO CONOCE POLANCO
Previo a ello, ante las acusaciones del gobernador Salomón Jara Cruz sobre el financiamiento y manipulación del ex gobernador José Murat al movimiento de Lorena Merina, la desplazada triqui negó tener comunicación con dicho político y hasta desconocer la zona de Polanco en la Ciudad de México.
Minutos antes de su detención, la lideresa triqui retó al Gobierno del Estado a comprobar lo que señala contra ella, pues está tranquila que detrás de su protesta no existe intereses de alguien más mucho menos de priistas.
Su presencia en Palacio de Gobierno es para exigir una mesa de diálogo de manera directa con el gobernador Salomón Jara y el secretario de Gobierno, Jesús Romero, pues de parte de los subordinados sólo han recibido malos tratos.
Para el cese de su protesta solo demanda un lugar donde vivir y la reparación económica por los productos decomisados el 2 de diciembre de 2022, en el desalojo.
Hasta ahora, aseguró, no ha recibido propuesta que cumpla con su demanda, ni en la actual ni en la pasada administración, tampoco dinero, contrario a los otros dos grupos de desplazados que sí recibieron financiamiento, situación que el gobierno de Salomón Jara utiliza para chantajearlos y mantenerlos sin actividades de protesta.
