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Opinión. El problema de la basura y los engaños de Jesús Romero

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., a 24 de abril de 2023.- Nadie, por supuesto, quiere montones de basura en su casa o en su colonia, o en su municipio.

Pero todos queremos soluciones inmediatas, cómodas, baratas y eficientes para deshacernos de lo que nosotros mismos desechamos sin mucha conciencia.

Sí, la basura es para las autoridades, como para los ciudadanos, un problema cotidiano, común y difícil de resolver.

Pero en el caso de Oaxaca, la situación ha llegado a los extremos de ir a tirar desechos a la casa o sede de la autoridad, o al corazón de la capital, como ha ocurrido recientemente, ante lo que se considera ineficiencia por la situación.

Desde hace más de medio año, la ciudad y más de 20 municipios de la zona metropolitana tienen un problema que nadie puede o quiere resolver, porque se necesita de dinero, de mucho dinero. 

Pero, ufano, el gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” aseguró que tiene la mágica solución y creyó, falsamente, que en cuatro meses tendría ya una solución definitiva, aunque fuere a largo plazo.

Pero no. Los yerros y el protagonismo Jesús Romero López han llevado a una mayor crisis que ha costado millones de pesos a las autoridades municipales, y aún no hay una solución a la vista.

LA GÉNESIS

Como ya se ha reseñado en este espacio, una decisión unilateral, azuzada por el edil morenista de la Villa de Zaachila, Rigoberto Chacón Pérez, se tomó a mitad del año pasado, con el cierre del tiradero ubicado en ese municipio.

Desde hacía más de 40 años alrededor de 25 municipios, la capital y de la zona metropolitana, llevaban sus desechos a esa zona; tan sólo la ciudad de Oaxaca tiraba al día entre 800 y mil toneladas.

Pero alguien, con tal de manchar el ya de por sí negro cierre de sexenio de Alejandro Murat, se le ocurrió azuzar a los colonos de la agencia Vicente Guerrero a no permitir más el paso de la basura.

Incluso el presidente municipal Rigoberto Chacón, del Partido Morena, visitó varias veces la zona y recorrió el tiradero, para convencer a los habitantes de la zona de cerrarlo definitivamente.

Se dio tres meses de plazo para la clausura total y sólo cinco municipios, entre ellos la capital, tuvieron permitido en ese lapso seguir llevando sus desechos.

Se cumplieron esos tres meses y nadie supo hacer nada; desde el 18 de octubre, comenzó la grave crisis de la basura pues nadie, nadie, tenía la fórmula para deshacerse de la basura.

Calles repletas, incluido el zócalo, y hasta el palacio municipal de Oaxaca de Juárez se vieron repletos de pestilencia; en el caso de la capital, la única alternativa que encontró fue llevar la basura a otros estados, con pagos millonarios; tan sólo en seis meses ha erogado más de 50 millones de pesos, sólo en traslados.

Los problemas son muchos, no sólo la acumulación, sino también la contaminación de afluentes ya de por sí sucios, como el río “Atoyac”, al que ha contribuido el propio ayuntamiento local con su basura y la organización CATEM, sin que exista poder humano que pueda obligarlos a retirar sus montones.

SOLUCIÓN MÁGICA

El gobierno de Salomón Jara Cruz inició el 1 de diciembre pasado y desde los primeros días presumió que tenía la solución mágica.

De hecho, previo a la toma de posesión, se reunió con el presidente de Zaachila, Rigoberto Chacón, quien le vendía la idea de que tenía la solución, con un tiradero emergente en predios de la zona oriente, y que no afectaría al actual vertedero ya clausurado.

Pero se tardó dos meses el Gobierno del Estado en emitir una convocatoria para que participaran los municipios que quisieran albergar un centro integral de residuos sólidos, como disfrazó el nombre del tiradero. 

Ofrecía múltiples beneficios y casi serían la panacea contra la pobreza de la comunidad que quisiera albergar dicho depósito. Se tardó otros dos meses en tomar la decisión, pues muy pocos participaron, y de esos pocos, casi nadie tenía el aval de la comunidad; solamente la aceptación de sus autoridades.

En ese lapso, hubo varias manifestaciones de pobladores, que incluyó retención de camiones de basura, que pretendían llevar basura a sus espacios.

EL FRENO

Pero en lugar de que la Secretaría del Medio Ambiente, que encabeza Karina Unda Harp, participara activamente y presidiera las actividades, la Secretaría de Gobierno asumió la responsabilidad, que no le tocaba.

Incluso, Jesús Romero López encabezaba las reuniones con las autoridades municipales que pretendían aceptar el relleno sanitario; el secretario desplazó literalmente la familiar de Alfredo Harp y el resultado está a la vista.

El pasado 18 de abril en el Palacio de Gobierno, con una conferencia en que estuvieron las autoridades involucradas así como medios de comunicación, el gobernador Salomón Jara anunció el centro integral de residuos sólidos, cuya sede era San Lorenzo Albarradas.

acudieron las autoridades municipales de San Lorenzo y de la agencia de San Isidro Roaguía que supuestamente avalaban el acuerdo y que no habría ningún problema para la instalación, según presumió Romero López.

Pero desde el primer momento surgieron múltiples dudas: no sabían cuánto dinero se requería ni mucho menos la fuente de financiamiento, institucional o privado; no tenían fecha de inicio del proyecto y ocultaron que se ubicaba a escasos 10 kilómetros del parador ecoturístico de Hierve el Agua, conocido mundialmente y que por cierto sigue en conflicto entre los pueblos.

Por supuesto, el anuncio a la ligera ya generó múltiples problemas, como la inmediata protesta de la población de San Lorenzo Albarradas a media semana, que en asamblea determinó rechazar el tiradero.

Ufano, y de nuevo protagónico y envalentonado, el secretario Jesús Romero López insistió en que no habría problemas con el proyecto.

Pero le siguieron las colonias de la zona oriente de la Villa de Zaachila, que se organizaron y se preparan para rechazar un nuevo tiradero que pretende instalar el edil morenista Rigoberto Chacón, como “solución alternativa” a la problemática de los Valles Centrales.

Y apenas este domingo, la comunidad de San Isidro Roaguía también tuvo su asamblea para rechazar el centro de residuos sólidos, pese a los supuestos múltiples beneficios, y porque afectan gravemente la imagen y el entorno natural del sitio ecoturístico Hierve el Agua.

La jornada la cerró el mismo día la Villa de Mitla, que determinó igualmente que no permitirá la instalación de un tiradero en la zona y el paso de camiones recolectores por su territorio. 

¿Ese es el resultado del gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” para solucionar los problemas? En realidad es el resultado de la soberbia, de la descoordinación, del protagonismo, de la nula consulta de las asambleas comunitarias y, por supuesto, de la ignorancia gubernamental.

«Vamos bien», presumió el mandatario esta mañana desde el Palacio… obviando las decisiones comunitarias.

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