Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., a 18 de junio de 2023.- Como no sucedía en períodos rectorales anteriores, la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca vive una ola de denuncias de violencia y acoso sexual, pero tiene a un rector que sólo le interesa seguir en el negocio de la facturación y no la vida universitaria.
En las últimas semanas, han arreciado las acusaciones en contra de catedráticos y servidores públicos de la otrora máxima casa de estudios; el desdén ha sido la única respuesta de Cristian Éder Carreño, al que le queda menos de un año en el cargo.
Quizá sea porque fue elegido por un lapso de dos años, uno de los cuales ya se le consumió en proselitismos priistas y compadrazgos con sus patrones, sean priistas o morenistas, a los que les lleva la contabilidad, para cuadrar cifras de los egresos, a cualquier precio.
Primero fue la Facultad de Medicina y Cirugía, donde desde hace más de un año las estudiantes han denunciado a diversos médicos de acoso sexual e incluso violación.
Hay además algunos casos en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales pero que no se han hecho públicos y donde pronto brotará la ola de señalamientos.
Ocurre también en la Facultad de Contaduría y Administración y su Bachillerato Especializado en Contaduría y Administración.
Están por salir a la luz muchas denuncias en las escuelas preparatorias y otras instituciones de nivel superior. Sin embargo, el silencio y el desdén son la tónica universitaria desde hace más de un año, a pesar de contar con una Dirección de Equidad y Género, así como protocolos de atención respectivos.
RECTOR OCUPADO
Pero eso al rector Cristian Éder le tiene sin cuidado, pues su primera preocupación y tarea fue deslindarse de los priistas, principalmente de sus padrinos Alejandro Murat Hinojosa y José Manuel Vera Salinas, quienes lo premiaron con dos años en la rectoría.
Hay que recordar que, sin rubor, no cumplía ni una quincena al frente de la Universidad, cuando todas las dependencias públicas del Gobierno del Estado, incluyendo los citados, acudieron a un megatequio a Ciudad Universitaria, para dejar en claro quién lo puso y quien manda.
Su segunda preocupación es ahora “distinguirse” como morenista y ponerse al servicio de la llamada “Cuarta transformación”, para buscar repetir en el cargo, cuando sean las elecciones en mayo del próximo año, pues hay que recordar que su actual condición es de interino.
Por eso no ha dudado en invitar, reiteradamente, al titular del Ejecutivo estatal a acudir a las instalaciones universitarias, bajo cualquier pretexto, aunque reciba pocas respuestas positivas.
Busca también que la proselitista Secretaría de Bienestar —que sólo se dedica a promover tequios—, realice una jornada de limpieza principalmente en Ciudad Universitaria, cuyas áreas verdes lucen en total abandono.
Y su tercera preocupación es seguir con su negocio de facturación y contabilidad, que tantos dividendos le generó en el sexenio anterior, con Alejandro Murat y con varios municipios. El Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, los ayuntamientos de Zaachila —por lo cual tiene al ex edil como su vocero—, de San Pedro Mixtepec, son pequeños ejemplos de lo muy bien que le fue con los priistas y ahora busca consolidarse con municipios y gobierno de la 4T, pero hasta ahora ha encontrado resistencias.
LAS ACUSACIONES
No son nuevas ni recientes las denuncias de acoso sexual; hay que recordar que un 8 de marzo de 2020 fue colocado un “tendedero” de acosadores en la Facultad de Medicina y Cirugía; las autoridades de esa institución y rectorales atendieron de inmediato la situación.
Pero en noviembre de 2022, ya en periodo de Cristian Éder Carreño, resurgió la protesta, a cuyas exigencias no dio seguimiento la actual administración universitaria.
Las denuncias han ido en aumento y el año pasado cobró auge el caso del catedrático Jhovany Cabrera, quien está acusado de sostener una relación con una alumna, procrear; negarse a reconocer el producto y ahora negarse a otorgar pensión, aún con prueba de paternidad confirmada.
Pero el rector de la UABJO lo sigue sosteniendo como catedrático y como contralor General, sin siquiera otorgar el beneficio de la duda a la alumna que ha presentado la denuncia correspondiente.
Hay otro caso también, en que colectivos feministas han señalado al abogado General de la UABJO, Adolfo Demetrio G. H., de quien incluso se ha dado a conocer que tiene denuncia ante la Fiscalía Especializada para la Atención a Delitos contra la Mujer por Razón de Género de la Fiscalía General del Estado, bajo la carpeta de investigación 9542/FMUJ/USEX/2023. Pero también sigue en el cargo.
De acuerdo con la activista y feminista Diana Luz Vásquez, en la Universidad Autónoma “Benito Juárez” hay por lo menos 300 denuncias públicas por acoso, hostigamiento y abuso sexual cometidos por catedráticos en contra de alumnas de diferentes escuelas y facultades. No obstante los casos no avanzan, ni administrativa ni judicialmente.
En la primera semana de este mes de junio, resurgieron los casos en la Facultad de Contaduría y en particular en el Bachillerato Especializado en Contaduría.
En esta última institución han salido a la luz pública varios nombres, entre ellos Jorge Francisco, Limber Ortiz, Oscar Hernández y el propio Jhovay Cabrera, según las propias alumnas y denuncias en redes sociales por parte de colectivos.
También el nombre de Flor Cabrera Ramos, hermana de Jhovany, por supuestamente proteger a las y los acosadores. En este caso, lo único que respondió el rector, de manera escueta en un comunicado, es que se investigan los hechos y se separó a uno de los señalados. Nada más.
NO PASA NADA
La UABJO cuenta desde hace varios años con una Dirección de Equidad y de Género e incluso un Protocolo para la Prevención, Atención, Erradicación de la Discriminación, el Hostigamiento, Acoso Sexual y la Violencia en contra de las Mujeres.
Entre sus fines está establecer medidas específicas para la prevención de conductas de discriminación, hostigamiento y acoso sexual; Promover una cultura institucional de igualdad de género, libre de violencia.
Definir mecanismos para orientación y acompañamiento de casos de discriminación, violencia contra las mujeres; hostigamiento y acoso sexual.
Establecer definiciones sobre las conductas, omisiones o prácticas, objeto de prevención, atención, investigación, sanción y reparación del daño en el presente protocolo.
Establecer las atribuciones y competencias de las autoridades universitarias intervinientes, así como los mecanismos para su coordinación; Contar con un registro de casos de hostigamiento y acoso sexual en el ámbito universitario, que permita el análisis e implementación de acciones que las inhiban y erradiquen.
“La aplicación del presente Protocolo deberá realizarse sin perjuicio del cumplimiento de las disposiciones jurídicas que las instancias universitarias tienen que observar en los procedimientos para la imposición de sanciones en materia laboral, administrativa y/o, en su caso, penal”, recalca el documento.
Pero desde la gestión de Éder Carreño, no se conoce ninguna acción a favor de las estudiantes; ni cursos ni talleres ni nada para alertar y prevenir la violencia.
Esfuerzos civiles son los que van cobrando vida, como por ejemplo el colectivo “Oaxaperras”, que busca, por medio del feminismo, hacer del arte y la sátira una alternativa de denuncia contra los acosadores sexuales de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca.
“Actualmente cuentan con un mapeo de las facultades en donde las mujeres enfrentan distintos niveles de riesgo por la presencia de docentes o estudiantes acosadores.
“Conformada por estudiantes y egresadas de la UABJO, la colectiva nació hace un año a partir de un episodio de violencia contra una de sus compañeras. La denuncia ante directivos no era una opción debido a los obstáculos impuestos por el sistema machista y patriarcal, el señalamiento, los prejuicios basados en estereotipos de género. Bajo ese contexto optaron por el arte de la desobediencia y crearon un Bestiario”, dio a conocer recientemente la periodista Citlalli López.
Sin embargo, a la administración universitaria actual eso no le tiene ocupado ni preocupado ni ocupado, sino el futuro político de su rector, pese a que no tiene ascendencia morenista… y no se puede quitar la marca priista, tatuada con fuego en su piel.