Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., a 26 de junio de 2023.- Cada día más diezmado, entre divisiones, con pocos ánimos de pelear la Presidencia de México y con los ojos cerrados ante las ilegalidades de los morenistas que andan en campaña, así transita el PRI en el país.
Y así está también el priismo en Oaxaca, cada día más dividido, con menos militancia, con menos legisladores y con menos interés en revivir al otrora invencible tricolor, que los propios priistas se encargaron de sepultar.
Tan minimizado está, que el aún presidente del partido, Javier Villacaña Jiménez, no ha tenido el más mínimo interés por defender a los priistas que han sido detenidos por el actual gobierno de la llamada “Cuarta Transformación”.
Mucho menos se ha pronunciado a favor de Alejandro Murat Hinojosa, que hace desesperados esfuerzos por juntar 20 personas en cada sitio que recorre del país, en su pantomima de buscar la candidatura presidencial, quizá porque Villacaña sabe que no tiene el respaldo de los propios priistas.
En el caso de esta entidad, va camino directo a seguir los pasos de lo que ocurre en el estado de Hidalgo, donde la semana pasada prácticamente desapareció el tricolor, incluso su propio dirigente, Juan Manuel Valera, renunció al cargo.
LA DESBANDADA
A media semana pasada, una noticia conmocionó al mundo priista: en el estado de Hidalgo el Revolucionario Institucional se quedó sin dirigencia y sin diputados en el Congreso local.
La razón: las decisiones arbitrarias del presidente nacional, Alejandro Moreno, para imponer candidaturas y toda clase de decisiones.
“No ha tomado en cuenta a los líderes locales ni a los consejeros estatales, mucho menos a sus militantes, para seleccionar a los aspirantes a cargos de elección popular en la entidad”, fue el reclamo contra “Alito”, en un estado gobernado por Morena.
Y el primero que puso el ejemplo para abandonar el tricolor fue el ex gobernador Omar Fayad, quien posiblemente sea premiado con un cargo en Morena o en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, por entregar el mando.
También en Sinaloa comenzaron ya las renuncias al PRI y la semana pasada en conferencia de prensa se anunció la salida de ocho exdiputados federales, un exsenador, tres dirigentes sectoriales, tres diputados locales vigentes, un exalcalde de Mazatlán y un exaspirante a la gubernatura del estado.
La desbandada en Hidalgo siguió el pasado fin de semana, con la salida de 15 de 32 presidentes municipales, al declararse independientes.
A ellos se sumaron 51 regidores y síndicos, además de 27 presidentes de comités municipales, bajo los mismos argumentos: abusos e imposiciones de Alejandro Moreno.
PRIISTA GUINDA
Y sí, han sido las arbitrariedades del dirigente nacional del PRI las que siguen minando al partido a nivel nacional, para cumplir con el encargo morenista y del Presidente López Obrador, a cambio de no ir a la cárcel por múltiples hechos de corrupción que se le ha señalado, cuando fue gobernador de Campeche.
Tan ha cumplido su papel de lacayo del sistema actual que hasta ahorita no ha hecho ningún pronunciamiento ante la abierta campaña, y violatoria de las leyes electorales, por parte de las “corcholatas” presidenciales.
Tan abierta protección al morenismo que tampoco ha puesto interés en la contienda presidencial, que está a la vuelta de la esquina, más que aceptar, en días pasados, el aval al método de elección de la persona que impulsaría la coalición “Va por México”, integrada también por el PAN y el PRD, y que podría no ser priista.
Morena lleva por lo menos un año de delantera con sus cuatro aspirantes a suceder a Andrés Manuel López Obrador, recorriendo el país en abierto proselitismo, incluso siendo funcionarios, como son los casos de Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard.
Y ahora desde hace más de una semana, ya con licencia o renuncias, tienen todos los días reuniones, mítines, acarreo de gente, publicidad por todos lados, todo al más puro estilo de lo más rancio del PRI.
La crisis política y de simulación nacional la resumió así el analista Raúl Trejo Delarbre:
“Los precandidatos hacen como que no son aspirantes presidenciales. Los dirigentes de Morena hacen como que no tienen precampañas, sino la elección de un ‘coordinador’ que no está previsto en sus estatutos. El Presidente de la República hace como que no es él quien toma las decisiones en ese partido. La autoridad electoral hace como que intenta aplicar la ley. La oposición queda entrampada entre la realidad de una competencia iniciada por el partido oficial fuera de los tiempos legales y la obligación de cumplir con las normas electorales.
“Los medios de comunicación hacen como que el proceso de selección en Morena no es una abierta violación legal, sino un imaginativo método para designar a su candidato presidencial. Numerosos comentaristas encomian a López Obrador como si fuera un genio de la imaginación política, sin advertir que miente y simula para encubrir un procedimiento ilícito. Medios y militantes festejan el proselitismo de los aspirantes, fingiendo que la candidatura presidencial morenista será definida con encuestas y no a partir de la decisión de un solo, autócrata elector”.
Y sí, a todo ello ha cerrado los ojos Alejandro Moreno Cárdenas.
CRISIS ESTATAL
En Oaxaca, por ejemplo, el año pasado el dirigente nacional cumplió con poner a un candidato con pinta de perdedor, Alejandro Avilés Álvarez, para cumplir el pacto con Morena, al que ayudó Alejandro Murat.
Avaló también la presidencia estatal del partido para Javier Villacaña Jiménez, quien ahora le debe fidelidad, pese a las decisiones autoritarias.
Alejandro Moreno no tiene mayor interés en la sucesión presidencial por parte del priismo, más que seguir siendo servil a Morena para que retenga la Presidencia de la República.
Sólo le interesa mantener la impunidad sobre los probables actos de corrupción que ha cometido y de los que han dado cuenta innumerables audios de la mandataria de Campeche, Layda Sansores, quien por cierto ya se calló, por orden presidencial, para no afectar más a “Alito”.
Menos preocupación le genera si Alejandro Murat Hinojosa podrá ser o no candidato presidencial, pues el ex mandatario está repudiado por todos los priistas, incluyendo los oaxaqueños. Incluso, la falta de apoyo es una especie de revancha contra José Murat, a quien Moreno Cárdenas culpa de filtrar varios “audioescándalos”.
Y Javier Villacaña, con ese respaldo y con esa encomienda, se ha dedicado a acrecentar la división en el PRI, como lo hizo la semana pasada en un libelo en que desacreditó abiertamente a Francisco Ángel Villarreal.
Realiza supuestas giras por el interior del estado, pero en cada lugar no se ha encontrado a más de 100 militantes, que ya pocas ganas tienen de seguir afiliados, a falta de incentivos.
Las renuncias de legisladores y otros cuadros al PRI siguen en cascada y vienen más, pero es es lo menos relevante para este político.
Así que el único interés del aún presidente del partido en Oaxaca es lograr algunas posiciones políticas para su reducido grupo, que incluye a Avilés, y dejar hacer pasar y dejar hacer a Morena. No más.