Diego Enrique Osorno*
Una operación de despojo está en marcha en el sur de México. Para llevarla a cabo, uno de los objetivos es combatir la ancestralidad y comunalidad de los pueblos originarios a través de su conceptualización de la Madre Tierra: Quitarle su valor simbólico, espiritual y tradicional para convertir el territorio en una mercancía más. Así los árboles pueden ser arrancados, las raíces y el agua envenenados, el aire intoxicado y la vida cotidiana un asunto de compraventa.
La anterior es una de las reflexiones finales que surgieron en el último día del encuentro internacional celebrado en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, al final de la Caravana que recorrió el sur de México para documentar, denunciar y buscar organizar la resistencia a los megaproyectos oficiales del Corredor Interoceánico y el Tren Maya.
En el pronunciamiento final elaborado, el cual puede consultarse íntegro en www.elsurresiste.org, las organizaciones y colectivos participantes repasaron también otras observaciones caravanistas, como la extinción ya de comunidades enteras como El Bosque, devorada por el mar, a causa de la crisis climática; la penetración comunitaria de una cultura de violencia vinculada al narcotráfico, la extorsión y la trata, así como también el dramático aumento de los feminicidios y la represión contra defensores, activistas, periodistas y toda persona crítica a los megaproyectos de la región.
“Comprobamos la sistemática violación de los derechos de los pueblos indígenas y particularmente el derecho a la autodeterminación y a la autonomía, cuyo ejercicio resulta imprescindible para reconstruir desde nuestras raíces culturales ancestrales una vida libre y digna basada en la comunalidad desde la toma de decisiones en asambleas, con respeto pleno a las mujeres, a las otras, a las juventudes, la niñez y a las personas mayores y en armonía con la naturaleza”.
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“En contraste con todas estas calamidades”, dice otro apartado del documento, se resalta que la caravana encontró semillas nativas protegidas por las comunidades campesinas, música rebelde, una selva todavía majestuosa, aves, agua cristalina, aire limpio y pueblos y ciudades que pelean por la autonomía y la colectividad.
“Reconocimos que aún en medio de toda la destrucción de los capitalistas son muchos los logros que vamos cosechando: lo primero y más importante es que después de 500 años de intento de exterminarnos, aquí seguimos: la organización desde lo comunitario contra el despojo, de igual manera las tierras recuperadas en diferentes pueblos, la lucha de las mujeres por el reconocimiento y ejercicio de sus derechos, la lucha por el agua, la liberación de presos políticos, la reubicación de las estaciones del tren en Mérida y Campeche, el establecimiento de zonas libres de proyectos extractivos, la conservación de las lenguas y las fiestas tradicionales y la construcción de autonomías”.
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Algunas de las denuncias puntuales que se señalan:
—La cancelación inmediata de los trabajos “del tren mal llamado maya”, en especial la construcción ilegal del tramo 7, la instalación del casino militar y el desarrollo turístico en la comunidad de Xpujil, ya que a pesar de la suspensión definitiva otorgada por un juez federal, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sigue su construcción en desacato de la orden federal.
—Cese de la presión de la Procuraduría Agraria a las comunidades y ejidos para convertir las tierras de propiedad social a dominio pleno acabando con las tierras colectivas de las comunidades indígenas del país.
—Reubicación urgente de la comunidad El Bosque en el municipio de Centla, Tabasco, quienes son desplazados ambientales víctimas del calentamiento global “producido por el sistema extractivista voraz que continúa depredando y deforestando los territorios”.
—El violento desalojo del campamento Tierra y Libertad, perpetrado por la Marina y la policía estatal el 28 de abril, un día después del paso de la caravana, por lo que exigen al gobierno de Oaxaca y al gobierno federal cesar el hostigamiento contra los defensores de la tierra y del territorio de la comunidad de Puente Madera, San Blas Atempa, así como la absolución de David Salazar, ya vinculado a proceso.
—La cancelación de la orden de desalojo de la comunidad de Emiliano Zapata III, municipio de Candelaria, Campeche, ordenada por juez civil de primera instancia del estado, así como la cancelación de las órdenes de aprehensión en contra de los miembros de la comunidad.
—En el caso del ejido de Tila, Chiapas, la ejecución de la sentencia del Registro Agrario Nacional, favorable a la recuperación de las 130 hectáreas que les ha arrebatado el municipio.
—Otras de las consignas del pronunciamiento son por la libertad de los presos políticos de la Voz del Amate, Fidencio Aldama; de Eloxochitlan de Flores Magón, Oaxaca; y del zapatista de base, Manuel Gómez Vázquez; y por la revocación de la sentencia de 50 años en contra de Miguel Peralta Betancourt, de Eloxochitlan.
—La presentación con vida del comunero Antonio Díaz Valencia y el abogado Ricardo Lagunes Gasca, desaparecidos por un conflicto de la comunidad de Aquila, Michoacán, con la minera canadiense Ternium.
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El pronunciamiento concluye finalmente así: “Afirmamos fuerte y claro y desde nuestros corazones que luchan y se organizan, que seguiremos encontrándonos y articulándolos con otras luchas en todo el mundo. Ni con la Guardia Nacional, ni con la Marina, ni con el Ejército, nos detendrán. Mientras ustedes destruyen, nosotras y nosotros construimos”.
(Fin)
*Escritor y periodista.
@DiegoEOsorno
