Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., a 24 de julio de 2023.- En menos de un mes, Andrés Manuel López Obrador ha creado un monstruo de la política y que él mismo alimenta cotidianamente, victimizándola a través de diversos ataques.
El mandatario mexicano está desesperado porque, tras levantar una figura, ahora ha violado incluso la ley para tratar de frenar el avance mediático de Xóchitl Gálvez Ruiz.
Mientras tanto, tras esa irrupción mediática, las “corcholatas” literalmente desaparecieron de la escena política y ni siquiera Claudia Sheinbaum, que presuntamente lidera las encuestas, logra animar a los cabizbajos morenistas del país.
Y en el colmo, a medida que pasa la campaña que no es campaña de los aspirantes a suceder a López Obrador, arrecian las diferencias entre ellos y en ese juego sale ganando Marcelo Ebrard Casaubón, el cercano competidor de la candidata oficial.
En medio de ese escenario, los priistas, que hasta ahora no se han pronunciado a favor de Xóchitl Gálvez, hacen pocos intentos para impulsar a sus propios cuadros pero a la vez hacen guiños a la senadora panista, sin ruborizarse de su triste pasado, como ocurre en el caso oaxaqueño.
METIDAS DE PATA
Aunque la comenzó a mencionar desde inicios de diciembre pasado, a partir de negarse a dar un derecho de réplica a Xóchitl Gálvez, el jefe político de Morena hizo crecer de manera potencial a la panista y ahora no puede frenarla. Desesperadamente recurre a cualquier argucia, así sea violando la ley, para detenerla, pero todo sale contraproducente. Hasta lo de “Señora X”.
Avezada política, funcionaria del sector indígena con Vicente Fox Quesada, Xóchitl ha sabido responder y aprovechar para su beneficio cada golpe.
Así se orine en la calle, es noticia para los medios informativos, contrario a lo que pasa con las “corcholatas” morenistas, que así se pongan de cabeza, bailen o abanderen causas que como gobierno no tomaron, simplemente no son noticia.
Obrador creía tener controlado políticamente todo el país, con sus programas sociales por los que regala dinero para todos los segmentos sociales y con sus megaproyectos, como las refinerías, el Tren Maya y el Corredor Interoceánico, este último muy atrasado, por cierto.
Lo mismo critica a periodistas que convierte cualquier crítica a su gobierno en “ataques de los conservadores”, ente culpable —para el mandatario mexicano— de todos los males del país.
Puede mentir en cualquier ocasión y señalar acremente a los que mienten, pero no había tenido, hasta ahora, un contrapeso tan relevante y, sobre todo, de quien no tiene un foro tan relevante como las conferencias “mañaneras”.
Tan desesperado está Obrador que reveló datos confidenciales de las empresas y contratos de la panista, tratando de hacer creer que ella es una delincuente que hace negocios oscuros con el gobierno.
A cada señalamiento, que han sido cotidianos en el último mes, Xóchitl responde, con palabras o con denuncias formales ante autoridades electorales, que ya lo han reconvenido.
Pero la persistencia del Presidente lo llevará a nuevos traspiés y podría hasta ser considerado formalmente un violentador político por razón de género y consecuencia ser inscrito en el padrón oficial de sancionados.
“Originaria de Tepatec, Hidalgo, Xóchitl Gálvez es una empresaria que incursionó en la vida política y pública de México desde hace dos décadas. Sin embargo, no se le veía como aspirante a la candidatura presidencial, sino a la Jefatura de Gobierno. En encuestas que miden las preferencias de los capitalinos para elegir a su próximo jefe de gobierno, Gálvez encabezaba la lista.
“Pero, los señalamientos del Presidente Andrés Manuel López Obrador respecto a que ella se oponía a programas de apoyo de adultos mayores y no permitirle el ingreso a Palacio Nacional para ejercer su derecho de réplica, hicieron que Gálvez Ruiz aspirara a la Presidencia de la República y, de paso, le resolviera un problema a la oposición: la falta de un candidato atractivo, competitivo y capaz de dar ‘batalla’ en las elecciones del próximo año”, reseña un análisis de “Expansión Política”.
Desde la catapulta presidencial, sin caer en violaciones a la ley electoral, o mejor dicho al filo de la norma, la senadora comenzó sus recorridos por el país y aunque no ha tenido encuentros masivos, ha generado expectativas entre los mexicanos.
“La pelea política entre Andrés Manuel López Obrador y la panista Xóchitl Gálvez está convirtiendo en una verdadera campaña electoral lo que hasta ahora eran combates internos de baja intensidad”.
“Afines y contrarios vienen señalando estos días que los embates del López Obrador hacia Xóchitl Gálvez están atizando un fuego que puede quemar más en Morena que en la oposición” detalla el diario español “El País”, en una publicación del pasado 7 de julio.
OAXAQUEÑOS ÁVIDOS
Y este domingo la senadora estuvo en Oaxaca, pero antecedida de una desorganización y, por supuesto, la avidez de priistas por retomar el poder a costa de lo que sea.
Primero, fueron priistas, y no panistas, quienes anunciaron la semana pasada en conferencia de prensa la presencia de la aspirante presidencial.
Después alguien tuvo la ocurrencia de hacer negocio y cobrar por una conferencia que daría la senadora en Oaxaca, para lo cual se hizo circular la invitación incluso con un enlace a una página de internet, para obtener el registro.
Luego Xóchitl tuvo que deslindarse de ello e informar que no habría ningún costo para verla y oírla.
Las irregularidades continuaron el pasado sábado, cuando la vocería a cargo del columnista Alfredo Martínez de Aguilar, en función de vocero, anunció la temprana llegada de Xóchitl y que la conferencia de prensa sería a las 08:00 horas en un restaurante en la avenida Universidad, al sur de la capital oaxaqueña.
Pero la mañana de ayer cambió la hora a las 10:00 lo cual generó que los organizadores tuvieran que invitar el desayuno a un centenar de asistentes, entre ellos periodistas, para amainar el enojo por la tardanza.
Luego, la conferencia en el restaurante, en un espacio extremadamente reducido y atropellado, para que la senadora dijera lo mismo que ha repetido en sus anteriores encuentros con la prensa.
Pero eso no fue todo, pues a la llegada en el aeropuerto internacional de Oaxaca, un connotado priista, Cándido Coheto Martínez, con sus tácticas priistas, llevó una banda de música y hasta bailó con Xóchitl, con tal de figurar.
Lo mismo hizo Rebeca Cervantes, quien también hizo lo imposible por figurar en la recepción, al grado que fue ignorada y desplazada; pero no se amilanó y en la conferencia —en la que sólo estuvieron la dirigente panista Perla Woolrich y el ex legislador Gerardo García Henestroza— de nuevo trató de figurar.
¿LA PANACEA?
Los priistas están desesperados. Ni Enrique de la Madrid hijo ni nadie podría abanderar la coalición del PRI con el PAN y el PRD y por eso ya se cuelgan de Xóchitl Gálvez, el fenómeno mediático, por ahora.
Tanto que en Oaxaca, de acuerdo con fuentes internas, Javier Villacaña Jiménez-Alejandro Avilés ya están buscando colocar sus piezas, como lo hizo con Rebeca Cervantes, en el equipo de precampaña y campaña de Xóchitl.
Para ellos, es la tabla de salvación y oportunidad de catapultarse para los próximos cargos de representación popular estatal y federal, colgados del PAN o mejor dicho, de la senadora panista.
Pero, ¿es Xóchitl Gálvez la panacea para el país? Por supuesto que no. En este espacio no se está alabando ni la trayectoria ni las posibilidades de la senadora.
Lo que se destaca es el fenómeno mediático en que se ha tornado, con el inusitado respaldo de López Obrador.
Está aún lejos, por supuesto, que sea la candidata de la coalición PAN-PRI-PRD para la sucesión presidencial, y claro, lejos también de ganar la contienda electoral.
Pero lo que sí es seguro es que, de ser Xóchitl Gálvez la postulada, definitivamente los comicios no serán un día de campo para los morenistas. Y eso tiene exasperado al Presidente de la República en funciones de líder de campañas políticas.