Redacción/Zona Roja Cdmx.
Ciudad de México, a 25 de septiembre de 2023.- Areli, una joven originaria de Oaxaca, narró cómo fue víctima de explotación sexual y trata de personas cuando sólo tenía 14 años de edad, tras ser secuestrada por un hombre que pretendió ser pareja de su prima para acercarse a su familia.
En la cuenta de TikTok de la organización “Unidos vs La Trata”, la joven platicó en una serie de videos que conoció a su captor cuando fue con su prima a Puerto Escondido, luego de que su mamá les pidió a ambas ir a buscar a una “pollota” que presuntamente se llevaría a su sobrino a Estados Unidos.
Sin embargo, no tuvieron éxito y cuando estaban por salir de Puerto Escondido, un hombre que se identificó como Benjamín las interceptó e insistió en llevarlas de regreso a su casa, en el pueblo Río Grande.
Benjamín cumplió su palabra y llevó a ambas a su casa; no obstante, se quedó con la prima de Areli y desde ese entonces comenzó a frecuentarla, hasta que todo cambió cundo los tres planearon un viaje a la playa, en el cual, con engaños, el hombre abandonó en un Oxxo a la prima de Areli y a una mujer que los acompañaba, para secuestrarla.
“Tenía 14 años, vivía en un pueblo llamado Río Grande que está en Oaxaca, nuestra situación económica era muy baja. Un día mi mamá me mandó a mi prima y a mi a Puerto Escondido, a buscar a una pollota que se iba a llevar a mi sobrino, no la encontramos, de regreso a mi casa un sujeto se nos acercó y nos dio un “ray” a nuestra casa, accedimos porque no creímos que fuera peligroso, el era muy insistente, nos llevó a nuestras casas.
“Él se quedó en casa de mi prima platicando, de ahí la iba a ver frecuentemente, era muy insistente con ella, creo que empezaron a salir. en una ocasión me invitaron a la playa, mi prima le dijo a mi mamá que si me daba permiso de ir con ellos, nos fuimos a un Oxxo a comprar unas cosas para llevar a la playa, en ese entonces iba otra persona, otra señora”, mencionó.
Areli, platicó que tras detenerse en la tienda, Benjamín regresó al auto solo y en segundos arrancó el auto, afirmando que tenía que volver a su casa en Juquila por su cartera, pero durante el trayecto Areli comenzó a sentirse mal y vomitó, por lo que Benjamín le dio una pastilla que la durmió.
Al despertar Areli seguía adentro del auto, pero ahora estaba estacionado en una cochera y estaba por amanecer y fue justo ahí, cuando comenzó la pesadilla.
Areli destacó que primero estuvo encerrada una semana en la casa de Benjamín, quien después del secuestro reveló que realmente se llama Noé; posteriormente la presentó con su familia y la llevó a casa de su compadre, para que trabajara para él durante una semana.
A los pocos días, la llevó a Tlaxcala donde comenzó a amenazarla con matar a su familia, para obligarla a prostituirse, lo cual se repitió tiempo después en Puebla y en la Ciudad de México, donde laboraba en la zona de la Merced.
CONSTES AMENAZAS
“Ya llegando a casa de Noé, me empezó a amenazar, que tenía que trabajar, yo le preguntaba por qué, él me decía que era una puta, me amenazó, me dijo que eso era lo que tenía que hacer, me empezó a golpear, me rebelé, le dije que no quería hacer eso, sacó una pistola y me empezó a golpear, no tuve opción, me empezó a llevar a Tlaxcala, a Puebla y de ahí me trajo a la Merced.
“En Tlaxcala y en Puebla hacía seis servicios por día, no sé exactamente cuanto tiempo estuve ahí porque estaba perdida de la noción del tiempo, no sabía”, resaltó.
Al regresar de la Ciudad de México a Tlaxcala, la joven conoció a una sobrina de Noé con quien tuvo la confianza de contarle lo que realmente estaba pasando y la convenció de ayudarla a contactar a su familia, ya que su agresor la obligaba a hablar con su mamá por teléfono fingiendo que estaba ahí por voluntad propia y que pronto se casaría con él.
“Noé le hablaba a mi mamá, le decía que estaba ahí porque yo quería y que se iba a casar conmigo, luego él me pasaba a mi mamá y me ponía en altavoz, me obligaba a decirle a mi mamá que estaba bien, lo que hacía para que notara que estaba mal me ponía a llorar, me quitaba el teléfono y me decía que no se preocupara que pronto íbamos a ir”, comentó.
Al contactar a su familia con el celular de la sobrina de Noé, su hermano fue a buscarla e incluso le pidieron ayuda a la policía, pero acusó que las autoridades lejos de rescatarla trataron de convencerlo de que su hermana estaba bien y hasta le avisaron al agresor que ya sabían dónde estaba.
Ante la insistencia de su hermano, Noé dijo que debía irse de viaje y que dejaría a Areli a cargo de su familia, por lo que ella aprovechó para hablar con el papá de él y engañarlo para que le dejara irse a ver a su mamá por un tiempo, fingiendo que regresaría en unos días.
“Mi hermano insistió en verme, pero los policías nunca le ayudaron, él siguió buscando por su propia mano, lo bueno fue que su sobrina y mi hermano se siguieron comunicando para que yo encontrara el momento perfecto, porque Noé no me dejaba ni un segundo sola y como le dieron el pitazo de que mi familia me estaba buscando, el se fue supuestamente a un viaje, me dijo que le arreglara su maleta y me dejó con su familia
“Al día siguiente le dije a su papá que mi mamá se estaba muriendo por una embolia, me puse a llorar y accedió a llevarme al terminal”, destacó.
La joven resaltó que al reunirse con su familia notó que sus papás estaban delgados y demacrados por la preocupación que tenían sobre su paradero; y ese mismo día fueron a levantar una denuncia por lo ocurrido.
Un día después, Noé se comunicó con ella y la amenazó con matar a su familia si no regresaba, lo que ella ignoró, pero aproximadamente seis meses después asesinó a su papá en la playa.
Dos años después lo detuvieron al contar con diversas denuncias por los mismos delitos y le dieron 80 años de prisión, “porque llevaba miles de mujeres explotando y desapareciendo”.
En un último video, Areli puntualizó que durante un tiempo estuvo en un refugio, donde conoció a otra víctima de Noé y actualmente vive en paz con su familia; sin embargo, le fue difícil aceptar que lo que le ocurrió no fue su culpa, pues a los 14 años “no sabes qué está pasando” e hizo un llamado a no pagar por mujeres o contratar a prostitutas, pues afirmó que muchas tienen una historia similar a la de ella y están siendo obligadas a vender su cuerpo.
“Así como yo ninguna quería estar ahí, todas seguramente eran mujeres sacadas de sus entornos y que no estaban trabajando por su cuenta, sino que estaban siendo padroteadas, lo que me sorprende es que esos hombres que contratan esos servicios no les importa si pones resistencia o no, ellos están contratando un servicio y eso es lo que quieren, no les importa si tiene a una niña de 14 años que solo quería regresar a su casa.
“(…) No consumas esas personas que pedían el servicio se veían de lo más normales del mundo. El cuerpo de una niña o una mujer nunca debería tener precio, porque cuando tu consentimiento tiene un precio desapareces automáticamente”, concluyó.
(Información de Infobae México)