Yuridiana Sosa/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 4 de marzo de 2024.- Fue una semana completa de infierno. De acusaciones, de “politiquerías”, de bloqueos, de menosprecio de legisladores, de protestas… y de muertos.
El incendio forestal que inició el lunes hace ocho días en San Lucas Quiaviní y se extendió a al menos otros tres pueblos, devino en una tragedia y también en tardanza gubernamental. Y todavía esta noche, quedan rescoldos de la tragedia en los cerros.
Las llamas que iniciaron desde el pasado 26 de febrero en el cerro “Quianiví” de San Lucas Quiaviní logró afectaciones en las comunidades cercanas de San Pablo Güilá, San Dionisio Ocotepec y Santiago Matatlán, del valle de Tlacolula.
El problema alcanzó la atención nacional, y en su conferencia matutina de este lunes 4 de marzo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó que el combate continúa de manera coordinada entre las instituciones federales, estatales y la población.
Destacó, que de acuerdo al informe del gobierno del estado, se mantiene a este lunes el control al 95 por ciento y su liquidación al 60 por ciento, con daños en 709 hectáreas.
Desde el inicio del incendio, fue tres días después, el 29 de febrero, cuando se realizó el sobrevuelo con helicóptero del Gobierno del Estado y hasta el 2 de marzo la Secretaría de Marina brindó el apoyo de una aeronave para reforzar acciones de combate.
DETENCIÓN
Por los daños, se reporta la detención de una persona que ya fue puesta a disposición de las autoridades de la Fiscalía General de Oaxaca.
El informe preliminar no detalló sobre la persona detenida, sin embargo, en conferencia de prensa de este domingo se cambió la versión del origen.
Días antes, el secretario de Gobierno, Jesús Romero, informó que presuntamente un hombre que padecía de sus facultades mentales pudo originar el fuego, pues de acuerdo con las autoridades municipales antes había incendiado otros pastizales.
En conferencia, la Coesfo, reportó que se debió a actividades agropecuarias.
LA INDIFERENCIA
Mientras la población lloraba a sus cinco pobladores, que fungieron como voluntarios para la lucha contra el fuego durante las primeras horas, los diputados representantes de las comunidades realizaron actividades proselitistas rumbo a las elecciones presidenciales de este año.
La diputada de Morena, por el distrito de Tlacolula, Haydee Irma Reyes Soto, prefirió asistir a la ciudad de México al inicio de la campaña de Claudia Sheinbaum; mientras que homólogo del Congreso de Oaxaca, Noé Doroteo Castillejos, de PT y el diputado federal de Morena, Azael Santiago Chepi, de ese mismo distrito, estuvieron ausentes.
Ninguno de los representantes populares se han pronunciado sobre los lamentables hechos, o difundido la realización de acciones a favor de las poblaciones afectadas en diferentes ámbitos.
Pero, a los ojos de las comunidades dañadas, la indiferencia también fue por parte del gobierno del estado y federal, pues pese a los esfuerzos de los pobladores veían crecer el fuego al paso de casi cinco días no había mayores acciones ni disponibilidad al ver que las autoridades para sofocarlo.
Ayer domingo, combatientes y pobladores ofrecieron un minuto de silencio para las personas fallecidas en el incendio forestal en cerro “Quiaviní”.
DESESPERACIÓN
Por ello, el pasado 1 de marzo los habitantes recurrieron a los bloqueos sobre la carretera federal 190, por la que se ubican las poblaciones, para exigir una mayor intervención.
Un día después, la Marina intervino con el apoyo aéreo.
Incluso, también retuvieron al delegado de Paz, Donato Vargas y dos de sus colaboradores, por habitantes de San Dionisio Ocotepec y San Pablo Güila, quienes acudieron para negociar y desactivar el bloqueo en la zona. Sin que sufrieran daños.
En tanto que los presidentes municipales de Santiago Matatlán, Rogelio Hernández Sernas y de San Dionisio Ocotepec, Fortino Ruiz Méndez señalaron que sus pobladores hicieron lo necesario y expusieron sus vidas para combatir el incendio, incluso sin protección. Por lo que demandan equipos de combate, capacitación y reparación del daño en sus comunidades.
Ante los hechos, el secretario Jesús Romero indicó que como gobierno no existe molestia ni rencor ante la retención de funcionarios, quienes asisten al lugar de los hechos para la solución de los problemas.
En el rejuego y las acusaciones, salió a relucir el nombre del presidente de la Villa de Mitla, Luis Armando Olivera, quien, otra vez, azuzó a los pueblos, ahora para agitar movilizaciones, como lo hizo antes como el centro reciclado de basura.
Al final, la noche del domingo, las autoridades de los pueblos afectados, hicieron un reconocimiento a los más de 400 combatientes, al tiempo de pedir indemnización para las familias de los muertos. Pero la tragedia de Quiaviní podría repetirse, pues la sequía y montes secos pueden derivar en más incendios forestales.
Y en lucros políticos, en el marco del proceso electoral 2024.