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Opinión. Dinamarca en la Fuente

por Agencia Zona Roja

Néstor Y. Sánchez Islas

Dice el dicho: “cuando quieras ocultar algo ponlo a la vista de todos”. No lo había notado, pero todos los días en la Fuente de las 8 Regiones miro al pasar a cientos de nórdicos llegados de comunidades del interior de Oaxaca apiñados, por las mañanas o por los noches, alrededor de algún samaritano de buen corazón que les trae unos tamalitos para el desayuno o la cena mientras disfrutan la vista detrás de ellos del blanco edificio que les recuerda las montañas nevadas de Dinamarca, tierra de la que tenemos un pedacito aquí, enfrente de la Escuela de Medicina.

El extenso y esplendido trabajo de Nayeli Roldán publicado en Animal Político nos presenta la realidad: “No fuimos Dinamarca” y para mostrarlo al mundo, se vino a recorrer Oaxaca para exhibir con orgullo nuestra nórdica infraestructura sanitaria.

Las historias de dolor abrazan el viejo hospital, ampliado, modificado y reacondicionado cientos de veces. En sus años mozos, hasta una fuente y un pequeño puente sobre de ella era el pasillo de entrada. Las prioridades políticas prefirieron construir, por ejemplo, un faraónico edificio para los inútiles diputados del Congreso local antes que hacer un nuevo hospital o mejorar el actual.

Maquiavelo nos hizo ver que la moral y la política no van de la mano, que las razones de Estado y la conservación del poder justifican al príncipe en su actuar torcido y traicionero, sin embargo, la bajeza del gobierno actual que usó el dinero para su aeropuerto, su tren y su refinería en lugar de comprar vacunas, medicamentos para niños con cáncer a los que calificó del golpistas y dejar de surtir millones de recetas en los últimos cinco años es equiparable al crimen bíblico de Herodes. Basta con mirar los rostros de los familiares que duermen sobre sus nórdicos cartones en las banquetas, bajo lluvia o frío, para conocer la dimensión de la deshumanización de quienes se ufanan de ser los paradigmas del humanismo por excelencia.

México fue un país modelo a nivel mundial por lo que a vacunación se refiere. Las intensas campañas de sexenios pasados erradicaron enfermedades que hoy están de vuelta. Hubo durante casi 30 años una famosa “Semana de vacunación” y las brigadas médicas iban de domicilio en domicilio. En este gobierno del pueblo y para el pueblo no hay más jornadas de vacunación, es más, ni siquiera hay vacunas en las instituciones públicas. Los padres que tienen la capacidad llevan a sus niños con médicos privados y pagan por vacunas que el gobierno debería darles sin costo.

El daño a todos estos infantes no se verá ahora, lo padecerán de por vida quienes no fueron vacunados a tiempo. Esos pequeños fueron condenados por alguien que dijo que primero eran ellos, pero una vez en la silla imperial, su prioridad fue su “movimiento” y la conservación del poder en manos de su camarilla a cualquier precio. La causa obradorista bien vale la pena para obligar a la abnegación a millones de mexicanosen pobreza

Las cifras que nos da Nayeli Roldán son catastróficas. Dejaron sin consulta médica al 46% de los pobres, es decir, a 44 millones de mexicanos y negaron cirugías a más de medio millón. A estas alturas, muchos de ellos deben estar muertos. El recorte del 82% del presupuesto para materiales, accesorios y suministros significó que no hay papel ni para escribir las recetas médicas o resultados de laboratorio. A los médicos les limitaron los desechables, materiales de curación o batas, las camas se quedaron sin sábanas y las ventanas sin cortinas. Dejaron sin jeringas especiales para insulina a los pacientes y hasta sin equipos para transfusiones de sangre en hospitales de la Cdmx.

Si bien el IMSS e ISSSTE locales todavía no son Dinamarca, están muy cerca de serlo. A las 5 de la mañana, con frío, calor o lluvia, ya hay gente formada afuera de esos hospitales para pedir alguna cita que, con toda probabilidad, será otorgada para días o semanas posteriores.

El desastre es total y como ocurrencia estatal, presumen la apertura de tres farmacias para atender a la población. Las del doctor Simi, que hay una casi en cada esquina no se dan abasto, imaginen ustedes que el gobierno cree que con tres podrá. Eso sí, para ser atendido en esas farmacias del Estado, hay que ir preparado con copias del INE, de la CURP, del acta de nacimiento, cartilla de vacunación y, en una de esas, un certificado de no adeudos.

Las consecuencias de esta mala política salud, que incluyó traer médicos cubanos, la padecen directamente quienes han necesitado los servicios médicos. Desde quienes padecen enfermedades crónicas hasta quienes han sufrido emergencias por un accidente. Las personas no son objetos desechables ni activos comerciales, tiene derechos y, el derecho a la salud y la vida es uno de ellos, por lo que darles atención oportuna es una obligación del Estado y no una graciosa concesión de los políticos.

Sonría cuando pase por el Hospital Civil, ahí tenemos nuestra pequeña Dinamarca.

nestoryuri@yahoo.com

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