Martha Izquierdo/BLN Radio
Oaxaca de Juárez, Oax., a 27 de agosto de 2024.- La sotana perdió la batalla ante el amor este lunes en Oaxaca, después de que el sacerdote Armando Barrón Peralta le dio el sí en el altar a Venildia Abigail López González, migrante hondureña con la que tiene una relación de 10 meses.
Con esto, el párroco no solo se convierte en recién casado, sino que además dejará los hábitos y se dedicará a vivir con su pareja.
El padre José Alejandro Solalinde Guerra no solamente vio con buenos ojos el retiro de su colega en nombre del romance, sino que además firmó el acta de matrimonio como testigo de esta unión que fue sellada gracias a la oficial del registro Elizabeth Gurrion Matías, quien determinó que se cumplieron todos los requisitos legales.
Abigail tiene 47 años de edad y como muchos de los migrantes que dejan su natal Honduras, llegó a suelo mexicano con la intención de buscar llegar hasta Estados Unidos en busca del «sueño americano».
El camino la llevó hasta al albergue de migrantes “Hermanos en el Camino”, que dirige Solalinde y el cual se encuentra en Ciudad Ixtepec. Además de encontrarse con un lugar donde pernoctar de manera segura, la mujer se encontró con la amistad de Armando.
El hombre de 67 años de edad se convirtió en su amigo. Las charlas entre ellos, los encuentros fortuitos y la convivencia amena duró dos meses hasta que todo dio un salto.
Fue en octubre de 2023 cuando el sacerdote tomó la decisión que se convirtió en el parteaguas de su vida y le pidió a Abigail que se convirtiera en su novia. El elefante blanco en la habitación fue testigo de qué haría él con su cargo, a lo cual ambos llegaron a la decisión de que colgaría la sotana.
Fue entonces que comenzó el proceso para dejar los hábitos. Este trámite podía llevar varios años en el pasado, pero una reforma que el Papa Benedicto XVI realizó al Código del Derecho Canónico permite actualmente a los padres el dejar este puesto tras una autorización de su superior. En el pasado debía haber una aprobación de diversas entidades hasta llegar al Sumo Pontífice.
El compromiso de Abigail y Armando no quedó únicamente en el noviazgo. Para demostrarse a sí mismos que iban en serio, decidieron iniciar el proceso para casarse formalmente.
Después de las preguntas, vencer el miedo al qué dirán y pasar por una decisión determinante en la vida de los dos, se casaron este lunes a las 12:00 horas en la entidad que vio florecer su romance.
La juez del Registro Civil los exhortó a caminar con cariño en esta sociedad, a darse ayuda mutua y sobre todo a sobrellevar cualquier situación que pudiera afectar su unión. Luego de la firma del acta de matrimonio, los contrayentes se dieron el beso a petición de los testigos.
Él tiene 68 años y ella 48. Si bien la unión no tuvo más presencia que la de los testigos, en el albergue donde se conocieron se llevará a cabo un convivió para celebrar que ni las fronteras entre las naciones, ni las que hay entre en la religión pueden vencer al amor.
(Información publicada también en “El Heraldo de México”)