Soledad Jarquín Edgar*SemMéxico.
En las próximas horas o días, el Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca a través de la Sala de Justicia Indígena y Quinta Sala Penal deberá resolver si confirma, modifica o revoca la sentencia de 2022 contra la ex alcaldesa de Nochixtlán, Lizbeth Victoria Huerta, quien fue llevada a juicio por la desaparición de la defensora de derechos humanos Claudia Uruchurtu Cruz en 2021.
Ayer se realizó un foro a propósito del Día Internacional de las Personas Desaparecidas que se conmemora el 30 de agosto, donde de nueva cuenta se puso sobre la mesa la desaparición de la activista que investigó malversaciones por parte de la presidenta, por decirlo de alguna manera. Hoy circula una noticia, un chivatazo, una filtración, según me dicen, de que la ex alcaldesa será liberada por instrucciones del gobernador de Oaxaca Salomón Jara Cruz, no está demás decir que son amigos.
Alguna vez, la presidenta municipal y la defensora se vieron cara a cara, esto ocurrió cuando Uruchurtu planteó un problema urbano y solicitó la intervención de Victoria Huerta, quien señaló que no había recursos públicos. Ese fue el inicio de dos vidas paralelas, una terminó en tragedia el 26 de marzo del 2021 cuando subalternos de la alcaldesa y policías municipales, secuestraron a la activista, unos meses después se declaró desde la oficialidad que había sido asesinada, aunque el cuerpo aún sigue desaparecido. Ese mismo año, la presidenta y sus colaboradores fueron detenidos.
Circunstancialmente el caso vuelve a estar en el ojo público, el Tribunal de Oaxaca que apenas está librando los raspones y entredichos en los que cayó, cuando un juez liberó a Juan Vera Carrizal, acusado de ser autor intelectual del intento de feminicidio en contra de María Elena Ríos Ortiz, pero ese mismo día de agosto otra juez canceló la boleta de liberación, para reponer la audiencia en el tribunal de enjuiciamiento cuya fecha está próxima.
Ahora el Tribunal debe emitir una resolución. Ya libró una cuando se le ordenó que no había lugar a la reposición del juicio por la desaparición de Claudia Uruchurtu Cruz, por revictimizante hacia la familia de la defensora, lo que sucedió apenas el 12 de julio, ahora tiene en sus manos lo que ya expuse antes: confirma, modifica o revoca la sentencia de 2022 ¡bum!
En el foro, la familia Uruchurtu Cruz, a través de Elizabeth, dejó claro que esperan que en su actuar el Tribunal no revoque la sentencia, lo que daría lugar a la libertad inmediata de implicados, autores intelectuales y materiales, sino por el contrario se incrementen las penas a las personas implicadas y en específico a la ex munícipe morenista.
Es preciso recordar que mágicamente, la jueza del Tribunal de Enjuiciamiento, María Teresa Quevedo Sánchez, al dictar su fallo señaló que Victoria Huerta era autora material. También tardó más de 24 horas en emitir la sentencia, lo que es considerado como una violación a los derechos de los victimarios, así que ocho días después al dar a conocer la sentencia cambió de opinión y la acusaron de “autora intelectual” se borró y pasó a “obstrucción de las investigaciones”, por lo que solo pagaría una pena de prisión de cuatro años dos meses. A sus subalternos, que por cierto recibían órdenes directas de ella, les dieron una sentencia que supera en algunos casos los 40 años y en otro, en el autor material, 60 años de prisión.
El mundo lo supo entonces, aquí estaba la mano amiga de Salomón Jara Cruz, quien apenas había protestado en el Congreso de Oaxaca, cumplir y hacer cumplir la Constitución Política del Estado y, también, las leyes que de ella emanaran. Por supuesto el gobernador nunca reconocerá semejante acción.
Lo otro que se debe recordar es que esta es la primera vez en Oaxaca donde se dicta una sentencia por desaparición forzada, de ahí que el caso de Claudia Uruchurto Cruz sea emblemático, decir lo contrario, no sólo dejaría peor al sistema judicial, sino sería como dispararse en el pie, a menos que haya un acuerdo de por medio. Y como decía mi abuelita Lucha, si el Tribunal a través de la Sala de Justicia Indígena y Quinta Sala Penal, da marcha atrás a la sentencia anulándola, ahora sí “que Dios nos agarre confesados”.
Lo único real es lo que se plantea siempre. La víctima no está en prisión, la víctima de estos hechos sigue desaparecida desde marzo de 2021 y se llama Claudia Uruchurtu Cruz y su madre y sus hermanas esperan saber dónde está.
*Periodista y activista feminista.