Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., a 16 de septiembre de 2024.- Con la reciente aprobación de la reforma al Poder Judicial de la Federación, quedó demostrado que Morena y la 4T van por todo lo que se pueda modificar constitucionalmente… a su conveniencia y a su manera.
En menos de una semana, con escasa discusión, pero sobre todo con coptación y/o amenazas, el Partido Morena logró mayorías en la Cámara de Diputados, en el Senado de la República y en los Congresos estatales, en este último caso comenzando por la Legislatura oaxaqueña.
Las prisas cerraron este domingo por la tarde, con la promulgación del decreto de dicha reforma, por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Y para que no quede duda que en el próximo sexenio perdurarán estas enmiendas y las que sean necesarias, el acto lo atestiguó la próxima mandataria Claudia Sheinbaum.
Por lo pronto el primer saldo es el ahondamiento de la división entre los mexicanos, básicamente entre dos grupos, los que están en contra o los que están a favor del obradorismo; en realidad, esa visión la han planteado desde la postura oficial.
¿Qué sigue? Muchas otras reformas constitucionales, ahora con la facilidad que tienen para construir mayorías, para seguir controlando a Claudia Sheinbaum y para imponer un Estado antidemocrático y autoritario.
LOS MÉTODOS
Pero la reforma al Poder Judicial de la Federación nació producto de una venganza, en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por rechazar incorporar a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.
Desde ahí se comenzó a fraguar el odio a su ministra presidenta, Norma Lucía Piña, quien pese a ello continúa al frente de la institución, aún con menosprecios a ese poder por parte de López Obrador.
¿Que hay corrupción en el Poder Judicial federal como estatal? Eso es innegable y hay que desterrarlo.
Pero las enmiendas constitucionales al vapor, no tienen ese fin; simplemente buscan acabar con los actuales ministros y jueces, para poner a su propia gente, así no tengan la capacidad y preparación académica necesaria, pero eso sí, mucha lealtad a la 4T.
En realidad, si hubieran querido una auténtica reforma al Poder Judicial, tan urgente y necesaria, hubieran comenzado por una profunda modificación legal al sistema de procuración de justicia, tanto a nivel federal como estatal.
Pues ahí se centra la grave corrupción al integrar a conveniencia las carpetas de investigación que luego son puestas en manos de los jueces, que también tienen muchas veces determinaciones de acuerdo con la capacidad monetaria y no a la justicia real y plena.
Pero no. La dichosa reforma prácticamente se centra en “darle el poder al pueblo” para que elija a los responsables de administrar justicia en el país, así sean recién egresados de la escuela.
Y para ello el proceso legislativo fue absolutamente desaseado, al no contar —inicialmente— el Partido Morena con la mayoría calificada tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
Pero no fueron necesarias grandes negociaciones para coptar en la Cámara baja a los diputados que requerían, al igual que se hizo en el Senado. ¿Oposición? Sólo de trabajadores del Poder Judicial, que llevan casi un mes en movilizaciones, entorpeciendo aún más la administración de la justicia y son lograr mayores resultados.
¿Que no son legales las aprobaciones y la publicación al decreto correspondiente? Eso no tiene ningún problema para el morenismo y el Presidente, pues para ellos la ley es su ley y la imponen cuando se les antoje, pese a suspensiones judiciales.
¿Y OAXAQUEÑOS?
O fue una negociación tersa, con beneficio económico de por medio, o también se les prometió olvidar carpetas de investigación en algunos casos. ¿O fue por pura convicción justiciera?
El caso es que “estoicos”, las y los integrantes de la 65 Legislatura de Oaxaca esperaron unas seis horas en la sede del Congreso, en San Raymundo Jalpan, para aprobar la minuta de la reforma.
Dormitaron algunos en sus curules pero la incomodidad bien valió la pena para la “gloria” del país… o para su pecunio.
En la madrugada del pasado miércoles 11, apenas una hora después del aval del Senado, con inédita votación, 41, Oaxaca fue la primera entidad que aprobó la minuta de la reforma judicial. Sólo faltó que el diputado 42, Gustavo Díaz Sánchez, votara de manera virtual desde la prisión en que se mantiene desde hace casi tres años.
Y al día siguiente, de manera “casual”, las y los legisladores tuvieron “reuniones” con el titular del Poder Ejecutivo, Salomón Jara, en el Palacio de Gobierno.
La presencia se hizo más notoria cuando al salir, el legislador priista Freddy Gil Pineda fue retenido; mientras que los hermanos panistas Natividad y Leonardo Díaz, prácticamente huyeron de la prensa en el zócalo, para no dar declaraciones.
El caso es que desfilaron todas las fracciones parlamentarias que la víspera, sus dirigencias nacionales, principalmente del PRI, PAN y PRD, gritaban a los cuatro vientos que votarían contra la reforma.
Pero eso, como la amenaza de expulsión, tiene sin cuidado a las y los diputados oaxaqueños, que salieron felices de la sede del Poder Ejecutivo y hasta este lunes, nadie ha declarado su vocación democrática y judicial para avalar las enmiendas sin ningún otro interés más que el legal.
LO QUE VIENE
Lo preocupante es que no hay oposición, o la poca que había fue coptada, principalmente con dinero. Disminuidos totalmente, casi extinguidos, nadie se opone ni opondrá a los designios presidenciales del obradorismo, que vigilará con lupa, y con sus allegados el gobierno de Sheinbaum que comienza el 1 de octubre.
Lo preocupante también es que la llamada Cuarta Transformación puede hacer y deshacer del país. Y no falta razón a muchos mexicanos cuando dice o piensa que nuestro país está cada vez más cerca de Venezuela que de Dinamarca o cualquier otro país más próspero.
Aquí ya se adora, exageradamente, a Andrés Manuel López Obrador, y se descalifica además a los medios de comunicación, así sean serios o de menor relevancia, que critica a la 4T y al aún Presidente
El fantasma de la venganza de la que surgió la reforma judicial, cunde en todos los órdenes. Por lo pronto, bajo el trillado argumento que las decisiones las tomará “el pueblo”, ya se prepara la elección de ministros y magistrados, afines a la 4T, por supuesto.
Y en la mira está también la pronta modificación constitucional para pasar, ahora sí, la Guardia Nacional a la Sedena, lo que no cambiará la ineficacia de la corporación. ¿Democracia o autocracia? De los mexicanos depende.