Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca, Oax., a 14 de octubre de 2024.- Una cotidiana guerra mediática entre organizaciones de triquis y una pasividad desde el gobierno de Oaxaca.
Ese es el escenario en que desde hace varios sexenios, incluyendo el actual de morenistas, viven las comunidades del municipio de Santiago Juxtlahuaca y de Putla Villa de Guerrero.
Y la paciencia del gobierno de la llamada “primavera oaxaqueña” parece que se agotó:
“La paz no depende sólo del gobierno”, declaró la semana pasada el responsable de la política interna en el estado, Jesús Romero López.
Y tiene razón, pues se requiere de la voluntad de las partes involucradas. Pero tampoco se ve que hay mucho interés gubernamental por alcanzar acuerdos.
Apenas la semana pasada, las principales organizaciones sociales de la zona, MULT y MULTI, protagonizaron un enésimo encontronazo informativo, a través de videos de supuestas balaceras en comunidades de la zona.
La guerra no parece tener fin; el gobierno de Andrés Manuel López Obrador abandonó el interés antes de terminar el sexenio anterior y con Claudia Sheinbaum no hay hasta ahora ninguna postura para pacificar la zona.
ATAQUES MEDIÁTICOS
De los más recientes hechos, el pasado 8 de octubre, el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui denunció agresiones armadas por parte de sus acérrimos enemigos del MULTI.
Según su versión mediante un comunicado, fueron atacados por la mañana Tierra Blanca Copala y al mediodía El Rastrojo Copala.
Como siempre también, culpó a los dirigentes del MULTI, Macario García Merino y Horacio García Santiago.
No tardó el Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Independiente en responder y acusar que, por su parte, el mismo día cerca de las 11:00 horas se registraron detonaciones de armas de fuego “por parte de los paramilitares del MULT” en Yosoyuxi Copala, contra la primaria “Ciencia y Progreso”-
Y, de nuevo, arremetieron contra la familia Ortiz, a la que acusan de manipular al MULT y promover los ataques.
El 10 de octubre, el MULT aprovechó el 40 aniversario de su creación para insistir en que son víctimas de diversos ataques violentos:
“Denunciamos la inacción del gobierno de Oaxaca para frenar la embestida de los paramilitares del MULTI, que siguen generando inestabilidad y muerte”; tras ello anunció el inicio de una marcha hacia la Ciudad de México, a partir del próximo 28 de octubre, para exigir una reunión con Claudia Sheinbaum.
Por supuesto, ambos grupos acompañaron sus sendos comunicados con videos de presuntas balaceras.
TIBIA RESPUESTA
El mismo día 8, la Secretaría de Gobierno de Oaxaca, a través del subsecretario Carlos Perezcampos Mayoral, se limitó a hacer un llamado, mediante un boletín, “a cesar las acciones de violencia en la región que ponen en riesgo la seguridad de la ciudadanía, y que se trabaje a favor de la paz y la seguridad.
“La Sego exhortó a ambas organizaciones a conducirse con civilidad, anteponiendo por encima la integridad y el bienestar de la población, especialmente de la niñez de las comunidades”, recalcó.
Expuso que están abiertos al diálogo y le apuestan a la paz, “pero también a la justicia y a la aplicación de la ley”; “Cuando con quien se dialoga no se compromete, lo que sigue es la aplicación del Estado de Derecho”, subrayó.
Sin embargo, al igual que el MULT y el MULTI, la Secretaría de Gobierno sólo respondió mediáticamente al momento, a la situación, pues hasta el momento ni hay paz ni hay diálogo ni hay acuerdos ni hay nada.
CONFLICTO PERMANENTE
Lo cierto es que la problemática en la zona persiste desde hace más de dos sexenios. Por un lado, desde hace más de 13 años, cientos de familias fueron desplazadas de San Juan Copala, víctimas de la violencia.
Llegaron a la ciudad de Oaxaca, ocuparon por muchos años el portal del Palacio de Gobierno y después se extendieron por todo el zócalo, junto con otras organizaciones sociales.
Con Gabino Cué, reubicaron a algunos; les dieron incluso terreno y construyeron viviendas, pero no fue suficiente. Con Alejandro Murat no se hizo prácticamente nada y ahí se mantuvieron.
Por el contrario, en el último año del ex priista, ahora morenista, hubo otro desplazamiento, ahora de moradores de Tierra Blanca Copala, que actualmente están alojadas en Yosoyuxi Copala, pero inicialmente arribaron a la capital.
Fue a raíz de este último hecho en que la Secretaría de Gobernación, pero especialmente el subsecretario Alejandro Encinas, pusieron empeño, en el último mes de Murat y el primer año de Salomón Jara, para atender la problemática.
Incluso, el mismo Encinas acudió a la zona Triqui para atender a los desplazados y hasta hubo intentos de ingresar a los desplazados hacia Tierra Blanca.
Pero quitaron del cargo al subsecretario y el gobierno de Oaxaca desistió de insistir en el retorno de los desplazados, mientras que el regreso de los pobladores de San Juan Copala quedó en el olvido hace muchos años; de hecho, hicieron su vida y hasta tienen hijos en la capital.
En el inicio del sexenio de la 4T en Oaxaca, se retiró a todos los ambulantes triquis y de otras organizaciones tanto del corredor exterior del Palacio de Gobierno como del zócalo, bajo la promesa, ahora sí, de solucionar el problema y regresarlos a sus comunidades, bajo un entorno seguro y protegido. Pero nada.
Por cierto, ¿por qué nunca ha dado la cara el presidente municipal de Santiago Juxtlahuaca, el priista-morenista Arsenio Mejía?, la mayoría de las problemáticas son en esa demarcación; la misma actitud tomó el ex edil y hoy diputado morenista Nicolás Feria Romero.
Por cierto, el gobierno morenista sigue utilizando a la organización social Ubisort, creada por el PRI cuyo dirigente se ha hecho millonario por prestar servicios para supuestamente mediar en la zona y/o inclinar la balanza hacia algún lado.No ha servido para nada más que para sangrar al erario.
Sin embargo, prácticamente pasaron ya dos años del actual sexenio y no se asoma por ningún lado la paz en la “montaña roja”… que seguirá sangrando.
