Redacción/Zona Roja Cdmx.
Ciudad de México, a 14 de octubre de 2024.- Este fin de semana tres personas fueron asesinadas por militares y elementos de la Guardia Nacional en Nuevo Laredo, Tamaulipas, mientras perseguían a presuntos delincuentes. Las víctimas son una niña de 8 años, un joven de 18 y una enfermera de 46 años.
Hasta ahora, ni el gobierno local ni la Fiscalía de Tamaulipas o la Comisión de Derechos Humanos del estado han ofrecido una versión oficial de lo sucedido. La información que se tiene ha sido obtenida por el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo a través de familiares de las víctimas.
El sábado 12 de octubre, a las 19:00 horas, la señora Lidia Galván Reséndez se trasladaba en su vehículo particular a una papelería acompañada de su nieta Lidia Iris Fuentes Galván, cuando quedaron en medio de una persecución entre Guardias Nacionales y presuntos delincuentes.
De acuerdo con el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, el auto de Lidia quedó prensado entre dos camionetas y los elementos de Guardia Nacional comenzaron a disparar en su contra causando heridas en la cabeza de su nieta.
La niña se encontraba agachada en el asiento delantero intentando protegerse; fue trasladada de urgencias a un hospital, pero falleció por un disparo en su cabeza.
Los hechos se registraron en el Fraccionamiento Palmares, donde también ocurrió el segundo asesinato.
En ese mismo hecho, el joven Diego Alfredo quedó dentro de una camioneta que perseguían los elementos de la Guardia Nacional y soldados del Ejército.
La víctima presentaba huellas de tortura en diferentes partes de su cuerpo y no portaba armas; presuntamente se encontraba en calidad de secuestrado.
Un día antes, la noche del viernes 11 de octubre, en el cruce de Eva Sámano y Miquihuana, en el Fraccionamiento La fe, Yuricie Rivera Elizalde, enfermera de 46 años, se trasladaba en una camioneta particular acompañada de su esposo e hijo cuando recibió un disparo en la cabeza por parte de soldados del Ejército.
De acuerdo con testigos, los militares perseguían a civiles armados cuando comenzaron a dispararles sin importar que a su alrededor había decenas de familias.
“Empezaron a disparar sin motivo, no sé qué pensaban o por qué lo hicieron. Quiero que se haga justicia”, denunció su esposo, Víctor Manuel Carrillo Martínez, quien resultó ileso junto a su hijo de 9 años.
Carrillo Martínez narró que tras la agresión detuvo la marcha y bajó del vehículo para pedir auxilio al personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), pero ignoraron el llamado y se retiraron del lugar
Yuricie Rivera Elizalde era madre de dos hijos, trabajaba en el IMSS, y el día que fue asesinada se dirigía con su familia a una cena familiar.
PERMISO PARA MATAR
En los últimos tres sexenios, la letalidad de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública se ha documentado desde investigaciones periodísticas y académicas. La más reciente se encuentra en Permiso para matar, investigación periodística que documenta el caso de mil 524 víctimas, hombres y mujeres sin vínculos con el crimen organizado, sobre los que no pesaba ninguna sospecha y que no eran parte de ninguna investigación, quienes fueron asesinados o desaparecidos por fuerzas de seguridad, federales o estatales, con total impunidad.
En lo que va del sexenio de Claudia Sheinbaum se ha conocido públicamente el asesinato de seis migrantes en Chiapas por parte del Ejército, un supuesto enfrentamiento en Colima que dejó seis muertos, y ahora los asesinatos de Lidia Iris, Diego Alfredo y Yuricie Rivera.
(Información de “Animal Político”)