Isidoro Yescas*
Escribe Federico Bonasso, compositor, literato y académico comprometido con la 4t, a propósito de los militantes y dirigentes de Morena que ahora están en el poder (legisladores, presidentes municipales, gobernadores) : “…recuerden sus tiempos de militancia, y recuerden el espíritu dialoguista, librepensador y democrático que los animó.
Entendemos muy bien que sin poder no se puede transformar. Y que conservar o conquistar el poder exige ciertas alianzas y maniobras, algunas que desafían nuestro propio espinazo moral (…) La transformación profunda exige, en determinados momentos, dar batallas éticas. De lo contrario, terminamos únicamente en un cambio escenográfico y no estructural “. ( cuenta de X, noviembre 15 del 2024).
Y en Oaxaca es lo que ha ocurrido a dos años de la renovación del poder ejecutivo ( en el poder legislativo ya Morena era fracción mayoritaria desde antes del 2022): no hay batallas culturales y tampoco batallas éticas y, ni desde el poder legislativo ni ejecutivo se observa voluntad para avanzar por esa ruta.
Al parecer no se aprendió, o no se quiso repasar la experiencia con sentido crítico, de la primera oportunidad que tuvo la izquierda oaxaqueña en el sexenio de Gabino Cué ( 2010-2016) para gobernar para el pueblo y no para las élites partidistas y burocráticas, y las omisiones y yerros que convirtieron al “gobierno del cambio” en un gobierno fallido, se repiten en grado superlativo.
En buena medida, el retorno del PRI a la gubernatura en el 2016 fue resultado de la ausencia de un proyecto común entre el PRD, PT y Morena, que caminaron con sus propios candidatos pulverizando así el voto opositor de izquierda, y de un priísmo remasterizado y conducido por el muratismo que nunca se fue del gobierno durante la primera alternancia en el poder ejecutivo.
Bajo el vital empuje del obradorismo, la segunda oportunidad para la izquierda partidista llegó en el 2022 al ganar la elección de gobernador el ingeniero Salomón Jara Cruz, candidato de la coalición Morena-PT-PVEM.
Ya ungido como candidato mediante encuesta, una de sus principales promesas de campaña fue devolverle a Oaxaca la paz y seguridad perdida durante el gobierno de Alejandro Murat.
Sin embargo nuestra entidad hoy está cada vez más cerca de los escenarios de violencia e ingobernabilidad que un día sí y el otro también se viven en estados vecinos como Guerrero y Chiapas en donde el estado de derecho es una entelequia.
El diagnóstico ya se tiene pero hace falta estrategia y compromiso : apenas la semana pasada desde Palacio de Gobierno se reconoció que el 85 por ciento de la incidencia delictiva que padece la entidad se localiza en las regiones de la Costa, Valles Centrales y el Istmo. (ver “Bajo el signo de la violencia”, en Noticias, noviembre 11 del 2024).
El problema mayor hasta ahora es que, más allá de echarle la culpa al pasado reciente, en los dos primeros años del sexenio primaveral poco se ha hecho para reducir esa creciente inseguridad y violencia que, a últimas fechas, ya le empieza a pegar con mayor intensidad y dureza a la ciudad capital.
Y como no hay resultados que convenzan, y de ahí la falsa salida oficial de que, “como nunca” (sic) Oaxaca goza de paz y estabilidad social y política, el acto político con motivo del segundo informe anual de gobierno por vez primera en medio siglo se trasladó al municipio de Juchitán, hoy por hoy atrapado, como otros municipios istmeños, en la violenta disputa de plazas y espacios políticos de cárteles y células del crimen organizado.
Justificaciones aparte (¿o fue para evitar los duros reclamos en la marcha magisterial?), lo cierto es que, ya en vísperas del arranque del tercer año de gobierno ,importa mucho dejar atrás los cambios escenográficos, como escribe Bonasso, para entrarle al cambio estructural, a las batallas culturales y éticas, para cumplir la promesa electoral de un Oaxaca Seguro, empezando por trabajar en el plan que ya el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha propuesta en materia de seguridad.
La tercera es la vencida y más vale tarde que nunca.
*Maestro en Sociología.
X: @IsidoroYescas