Isidoro Yescas*
El Gobierno del Estado lo vendió como un proyecto innovador que colocaría a Oaxaca “a la vanguardia en materia del cuidado del medio ambiente”.
El Centro Integral de Revalorización de Residuos Sólidos Urbanos (CIRRSU), se prometió, transformaría totalmente la gestión de los residuos sólidos para colocarlo como un modelo a seguir a nivel nacional e internacional. Sin embargo, cuando ya se disponen a operarlo, los problemas se multiplican.
1. Aunque la secretaria de Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable, Karime Unda Harp, asegura que tienen en orden los permisos ambientales, luego se contradice al reconocer que dependencias federales como Semarnat o Profepa no han tenido injerencia en la supervisión de los proyectos que se desarrollan en terrenos de Xoxocotlán, por un lado, y en Totolápam, por el otro. Es decir, ni la estación de transferencia de Xoxo ni el soñado CIRRSU de Totolápam funcionan de acuerdo a lo establecido en la Norma Oficial Mexicana 083. Pero eso para el gobierno primaveral no importa porque, como asegura Karime Unda, ambos proyectos tienen el aval y respaldo de la Presidenta Claudia Sheinbaum.
2. De acuerdo con expertos en gestión de residuos sólidos urbanos, la estación de transferencia instalada indebidamente en un área cercana al Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” consiste solamente en una rampa donde diariamente se descargan decenas de toneladas de residuos sólidos de los camiones recolectores de Oaxaca de Juárez, Xoxocotlán y Santa Lucía del Camino a cajas de transferencia y que luego son transportados , sin clasificar, a Totolapam. Contra la ofrecido por el gobierno primaveral, esta dichosa estación de transferencia no cuenta con equipo de alta tecnología para la compactación ni para otras actividades.
3. El CIRRSU tampoco es lo publicitado por la Secretaría de Gobierno: en estricto sentido no es un centro de revalorización de residuos sólidos y ni siquiera un relleno sanitario. Es, según testimonios de quienes han visitado el lugar, algo más parecido a un tiradero a cielo abierto: “Se trata de una excavación de aproximadamente dos metros de profundidad en donde se deposita la basura no clasificada , sin ninguna geomembrana de protección que a mediano plazo derivará irremediablemente en la contaminación con lixiviados, emanación de gases de efecto invernadero, etc.”.
4. ¿Equipo de alta tecnología? Tampoco. No cuenta con terraplen, naves, bandas de selección y mucho menos la infraestructura básica para reutilizar materiales y generar biofertilizantes.
5. Con todas estas omisiones legales, descuidos técnicos y un bajo nivel de infraestructura tecnológica, llama la atención la prisa que ahora tiene el Gobierno del Estado para el arranque formal de operaciones a tal grado que ya hasta tiene definida la tarifa de…. ¡ mil pesos ¡ que cobrará a los municipios de la Zona Metropolitana de los Valles Centrales por cada tonelada de residuos sólidos que se reciba. Un negocio redondo pues los conocedores del tema estiman que el costo real por tonelada no debería exceder los 300 pesos.
En resumidas cuentas, hasta ahora tanto el CIRRSU como la estación de transferencia se está convirtiendo en una buena oportunidad de negocios para unos cuantos funcionarios (as) jaristas, pero para los oaxaqueños y oaxaqueñas están resultando un cuento chino, una salida falsa a la gestión integral de los residuos sólidos que, esperemos, no termine mal.
Por lo pronto, lo que ya se advierte como un riesgo para el municipio de Oaxaca de Juárez es que de un momento a otro se suspenda la recolección clasificada, pues a la hora de que los camiones descargan la basura orgánica e inorgánica a las cajas de transferencia para luego ser transportados a Totolápam se olvidan de la separación.
*Periodista y maestro en Sociología.
X:@YescasIsidoro