Isidoro Yescas*
Distanciados y hasta confrontados con el gobierno federal, las secciones sindicales agrupadas en la CNTE han vuelto a intensificar sus movilizaciones regionales -y en la misma Ciudad de México- para intentar romper con el “impasse” en el que se encuentran las negociaciones para abrogar la Ley del ISSSTE 2007.
Acostumbrados a imponer agenda y colocar contra la pared a los gobiernos federal y estatales, ahora han topado con pared, como se evidenció con
su reciente paro de 48 horas y movilizaciones en la Cdmx. Fueron desairados a tal grado que ni siquiera hubo intento alguno por reinstalar la mesa tripartita gobierno federal, estatal y Sección 22.
Ahora, y aprovechando su gira por Oaxaca, maestros y maestras de la región de la Mixteca irrumpieron en un evento oficial llevado a cabo en Teposcolula para lanzar arengas alusivas a sus demandas e inclusive para increpar a la presidenta Sheinbaum.
Un día antes, la representación regional del CES de la Sección 22 en la región de la Mixteca convocó a “participar en el posicionamieto político ante la llegada de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo a la comunidad de San Pedro y San Pablo Teposcolula…para que atienda de manera satisfactoria nuestras demandas centrales: abrogación de la Ley del ISSSTE 2007 y abrogación de la reforma educativa Peña-AMLO” (oficio S/N, Secretaría de Organización, 21 de noviembre del 2025).
Llama la atención este incidente porque, no obstante que es un acuerdo de la CNTE movilizarse en eventos oficiales encabezados por la Presidenta Sheinbaum, en Chiapas no hubo jaloneos ni arengas en contra de la presidenta durante la movilización de los maestros y maestras de la Sección 7 del SNTE. Inclusive, la presidenta les firmó los documentos que le presentaron.
¿Qué pasó, entonces, en Oaxaca? Es muy probable que el gobernador Salomón Jara no intentara dialogar previamente con la dirigencia seccional para apaciguar ánimos belicosos y, con pleno conocimiento del anuncio del boicot al evento presidencial, ofrecer sus buenos oficios para evitar que la protesta se radicalizara al extremo que el contingente de maestros mixtecos invadiera el área en donde se desarrollaba el evento presidencial.
Y luego los jaloneos con un grupo de seguridad, los gritos de “fuera Claudia”y la exigencia de que se atendieran sus demandas.
En Chiapas, en cambio, todo indica que hubo cabildeo previo y que el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar bien pudo ser el facilitador del singular encuentro en términos de respeto mutuo entre el magisterio chiapaneco y la presidenta Sheinbaum .
Jara y Ramírez son morenistas, pero todo indica que no son lo mismo.
Y, por cierto, también en Juchitán, en donde el crimen organizado ha sentado sus reales y la violencia está imparable, la presidente recibió abucheos. ¿De parte de quién?
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