Isidoro Yescas*
Primero le dio la vuelta a las siete de las ocho regiones de la entidad para pregonar los logros del primer medio tramo de su gobierno, para cerrar en la ciudad de Oaxaca con un evento masivo al mejor estilo del viejo PRI, con la ausencia de la presidenta Claudia Sheinbaum y la notable presencia de los gobernadores de Veracruz, Chiapas, Tabasco y Puebla.
Ausentes también legisladores y funcionarios federales morenistas, oaxaqueños todos, con quienes el gobernador Salomón Jara tomó distancia desde el inicio de su sexenio.
Y con esos baños de pueblo bueno que se dio por semanas en su gira estatal para “rendir cuentas” de lo hecho en cada región sin que nadie se atreviera a poner en duda la veracidad de sus dichos y cifras, el domingo las ausencias pasaron a segundo plano ante la avalancha de datos, cifras y referencias de lo alcanzado en tan solo tres años de la Primavera Oaxaqueña.
Dijo que su gobierno se basa en un “modelo cimentado en los valores profundos de nuestro sistema social comunitario”.
Y entendemos que en este “modelo” no han tenido cabido el nepotismo, la corrupción, el tráfico de influencias, los pactos con la cosa nostra, etc.
No se ven, pero en tres años se registran oficialmente seis mil obras en las ocho regiones con una inversión de 16 mil millones de pesos.
Aunque la presa “Paso Ancho”, luego “Margarita Maza”, y más tarde rebautizada como “Mujer Solteca”, aún está en proyecto, en el Tercer Informe se reporte como en proceso de construcción.
La danza de los miles de millones lo mismo sirvieron para reportar la conclusión y equipamiento de hospitales en los Valles Centrales, la Sierra Norte y la Cuenca, que para reducir la incidencia delictiva “en un 23 por ciento” (sic), incrementar la producción en el campo o atender el rezago educativo.
El “milagro oaxaqueño” que prometió y no cumplió Alejandro Murat, con el gobernador Salomón Jara ya es una realidad.
Que más se puede pedir cuando ya “Oaxaca ocupa el primer lugar en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB)” y, contrario a lo que ocurre a nivel nacional, en nuestra entidad la inversión privada si fluye y nuestra economía está en jauja.
Con estas cuentas alegres habría que olvidarse de la revocación de mandato, porque en los próximos tres años la Primavera Oaxaqueña construirá el segundo piso del paraíso terrenal:
-Tendremos nueva Constitución, aunque no se consulte a los pueblos indígenas. O se armen consultas a modo, como se hizo con el Corredor Interoceánico y como se acaba de hacer con la presa “Margarita Maza” ( hoy “Mujer Solteca”).
-Se rehabilitarán y bachearán todas las calles y avenidas de la zona metropolitana y se rehabilitarán mil kilómetros de carreteras estatales.
-Se construirán 10 mil viviendas en comunidades marginadas. Bueno, ya en su reciente gira por la Sierra Norte anunció que “se realizaron casi mil acciones de vivienda” .
-Tomando en cuenta que con el Centro de Revalorización de Residuos Sólidos instalado el año pasado ya los municipios de la zona metropolitana de Oaxaca no tienen problemas con la basura ahora se construirán dos más en la Costa y el Istmo.
-No se piensa para nada que son negocios sexenales, pero aún cuando el servicio de transporte urbano de pasajeros Binni Bus todavía no pasa la prueba de fuego (hasta ahora todo son pérdidas económicas con cargo al erario público) ya se anunció que también se operarán en el Istmo y la Costa.
Así con el Tercer Informe de Gobierno de la Primavera Oaxaqueña: muchas flores, mucho halago en boca propia, demasiadas cuentas alegres; pocos resultados tangibles, y mucha inconformidad social.
*Maestro en Sociología y periodista.
X: @YescasIsidoro
