Inicio Minuto a Minuto “Dios me dio ese don, en realidad no me lo plantee; sólo lo hice”: Gabriela

“Dios me dio ese don, en realidad no me lo plantee; sólo lo hice”: Gabriela

por Agencia Zona Roja

Evlin Aragón/Zona Roja.

“Dios me dio ese don, en realidad no me lo planteé, solamente lo hice cuando vi que nadie tomaba las riendas para resolver solicitudes de personas que no tienen ya nada que perder en la vida y deciden mandar una carta a las autoridades estatales en búsqueda de apoyo”.

Son las palabras de Gabriela Cruz Gutiérrez, una ciudadana como cualquier otra que trabaja en el Gobierno del Estado, pero que marca la diferencia: no conoce horarios, no conoce distancias, no conoce diferencias sociales; sólo conoce y atiende necesidades.

Desde el gobierno se dedica a gestionar apoyos a quienes menos tienen, sin ningún tipo de compromiso más que el de servir. Para ella se trata de un don que pone al servicio de quién lo necesite, aunque reconoce que no es tarea fácil debido a la falta de recursos.

Originaria del municipio de Santo Domingo Chihuitán, perteneciente a la región del Istmo de Tehuantepec, Gabriela reconoce su vocación de servicio y su compromiso para ayudar a quien recurre a ella, ello pese a no contar con un puesto “importante” en la administración pública, situación que incluso agradece.

“Yo me dedico a hacer gestión institucional, que no es otra cosa más que ir a pedir a diversas dependencias apoyos para las personas enfermas que no tienen recursos económicos y mucho menos algún tipo de seguridad social”, dice en entrevista.

Pero su labor es extraordinaria. Se empapa del caso; vive, lucha, llora, pide, suplica, exige, hasta lograr la atención a un enfermo. Cuenta historias por cientos; de hombres y mujeres, que le agradecen día con día su salud, y a veces hasta la vida.

Le bastó un primer acercamiento en el área de Atención Ciudadana del Gobierno de Oaxaca  para darse cuenta de la amplia necesidad de las personas, particularmente en materia de salud, que como último recurso deciden pedir apoyo a las autoridades aunque no está garantizada la solución de su problema.

“Hay una falta de empatía en las áreas de gobierno que atienden a la ciudadanía, la cual lejos de desmotivarme me hizo entender que otra forma de acompañar a las personas que más lo necesitan es posible, ello de la mano de mucho amor al prójimo y compromiso más allá de un sueldo oneroso”, dice.

Está consiente que la apatía del funcionariado público deja en el desamparo a mucha gente que de verdad necesita el apoyo, por eso es que Gabriela con sus propios recursos ha construido una red que le permite dar respuesta a solicitudes que llegan desde las comunidades más lejanas, escritas por personas que lo han intentado todo.

TRABAJO DE CORAZÓN

“El compromiso de atender a la gente no puede ser únicamente en horario de oficina porque la gente no se mueres sólo en ese horario, la necesidad de las personas puede surgir en todo momento, los fines de semana, en un día de festivo, y yo lo hago porque quiero y sin importar el horario”, asegura.

Ha perdido la cuenta de los casos acompañados, sin embargo, todos le han dejado grandes satisfacciones debido a que se trata de personas con dificultades económicas que le pagan con un profundo agradecimiento.

Uno de los más recientes en su memoria es el de Soledad, una joven originaria de San Agustín Yatareni, que entregó una solicitud al titular del Ejecutivo estatal, sin embargo, en diversas instancias se le negó el apoyo.

Ante la insistencia de la joven que padecía una afectación en el corazón, Gabriela decidió asumir el compromiso de apoyarla con el respaldo de varias dependencias que la ayudaron a conseguir el dinero para trasladarla a la Ciudad de México en donde se realizaría la operación.

“Por poco y llegamos tarde, cuando le hable para decirle que lo habíamos logrado, ella ya estaba internada en el hospital debido a complicaciones por su padecimiento”. 

Fue el padre de la joven quien se movió, pese a las limitaciones económicas, para recibir el recurso que le permitió a la joven tener una segunda oportunidad de vida ya que la operación fue todo un éxito. Las palabras de Soledad, aún conmueven a Gabriela al punto de las lágrimas. “Estoy viva, estoy aquí y es gracias a usted”, le dijo al teléfono meses después de haberla apoyado.

Por esto y más, Gabriela será reconocida como parte de la convocatoria “Grandes mujeres, grandes historias”, que lleva a cabo la Secretaría de las Mujeres de Oaxaca, a la cual fue registrado por Miriam, una joven a quien previamente ayudó dándole trabajo y de quien se convirtió en referente en cuanto a la labor social que realiza, digna de admirarse y reconocerse.

Hasta la fecha y aunque no está dentro de sus funciones, como ciudadana comprometida invita al personal del gobierno del Estado a leer detenidamente las peticiones de las personas, pero a leerlas de verdad y no sólo argumentar como siempre que “no hay recurso”, porque cuando las personas que menos tienen le escriben al gobernador o a cualquier otra autoridad es porque ya no tienen nada que perder.

“Tengo alto un sentido del compromiso y responsabilidad, no tienes idea; hasta yo me desconozco. Es muy satisfactorio para mí hacer la diferencia en el funcionariado público mediante el acompañamiento de las personas en su tránsito de dolor, su agradecimiento no tiene precio”, concluye. 

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