Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 27 de abril de 2020.- Las imágenes fueron patéticas, trágicas, durante una semana: campesinos haciendo largas filas en sucursales bancarias de la capital de Oaxaca hasta por tres días, con tal de cobrar un mísero apoyo de mil 600 pesos para faenas agrícolas.
Hombres y mujeres, en su mayoría de la tercera edad, provenientes de distintas comunidades, sin protección ante el coronavirus y mucho menos dinero para subsistir, fueron expuestos a contraer el virus, todo por mil 600 pesos.
Hace dos semanas, el gobierno de la República, a través de la Secretaría de Bienestar, que en Oaxaca encabeza Nancy Ortiz, fueron citados cientos de campesinos en municipios de la región Costa, para entregarles su respectivo cheque.
Según las cifras oficiales, fueron en total 82 mil oaxaqueños los que acudieron a actos masivos para recibir su apoyo anual para producción de maíz y frijol; el caos se extendió a sucursales bancarias de la capital y de las principales ciudades del estado, sin que ninguna autoridad interviniera, más que policías para tratar de ayudarlos a cubrirse ante la pandemia.
¿Y LA SEDAPA?
Ese fue todo el apoyo federal para los campesinos. Pero, ¿y en Oaxaca? Existe una Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Pesca y Acuacultura (Sedapa), que en tres años lleva tres titulares: Eduardo Rojas Zavaleta, que ahora dirige el PRI, y Sofía Castro Ríos, que tan sólo en este sexenio ha brincado en de cargo en cargo.
Ambos no hicieron absolutamente nada; es más, ni siquiera se sabe si hay presupuesto para el agro, pues casi todo lo absorbió el gobierno federal; ambos ex funcionarios utilizaron el puesto únicamente para sus fines proselitistas.
El tercero es un junior en la política, sin trabajo contundente en su corta vida de funcionario de gobierno: Gabriel Cué Navarro.
Priísta de cuna, ganadero por herencia, galán de la “socialité” en la Cuenca, pero con inconsistencia y poco trabajo contundente en su municipio.
Esa son las principales referencias por las que sobresale Gabriel Cué Navarro –“Gabrielito” como se le conoce en su tierra natal San Juan Bautista Tuxtepec–, quien fue nombrado en el cargo el pasado 16 de abril.
Pero la carrera política de Cué Navarro se ha destacado más por sus amistades políticas en el actual gobierno estatal de Alejandro Murat Hinojosa, donde ha despegado su trayectoria, que por el trabajo que realiza desde las distintas áreas en la que ha desfilado.
Al licenciado en Mercados y Relaciones Internacionales -de profesión- lo han relacionado social y políticamente con el sector ganadero, pues su padre Gabriel Cué Sacre es un reconocido líder ganadero en la región norte de Oaxaca.
En teoría, debiera conocer a profundidad del tema al crecer en ese ambiente, aunque desde un nivel económico superior, lejano del que surgen las exigencias para solventar las precariedades del sector.
POLÍTICO GRIS
A pesar de su participación activa en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde joven, el sobrino del expresidente de Tuxtepec, Antonio Sacre Rangel, no ha destacado.
Entre sus experiencias como político se cuenta que fue Dirigente del Frente Juvenil Revolucionario en Tuxtepec y candidato a la diputación local por el distrito 2, Tuxtepec, en el 2016, por coalición PRI-PVEM, la cual perdió.
Para llegar a su candidatura no compitió con nadie, fue precandidato único del PRI por ese distrito en la Cuenca.
En el año 2014 creó la asociación civil “Somos Cuenca”, como trampolín para ganarse la confianza del PRI para buscar la dirigencia de su partido, pero no lo logró.
Después le sirvió para su campaña, aunque sin lograr concretar una relación estrecha con el pueblo, con los de abajo, viniendo de arriba y con un tío –ex presidente Antonio Sacre- que dejaba un municipio desvalijado.
El arranque de su campaña electorera en el 2016 fue respaldado Ivette Morán de Murat, en ese entonces más conocida como la presidenta estatal de la fundación Artes y Manos Oaxaqueñas (AMO).
Su participación en la campaña rindió frutos y en diciembre de 2016, con el triunfo de Alejandro Murat, logró la Dirección de Ganadería del Gobierno del Estado. Después, Coordinador Regional de Delegaciones de Gobierno en la Cuenca.
En febrero de 2018 fue nombrado como delegado de Sedesol en Oaxaca, por el entonces Secretario Eviel Pérez Magaña, también oriundo de Tuxtepec.
Al término del sexenio de Enrique Peña Nieto, el joven tuxtepecano es incorporado al gabinete de Murat Hinojosa.
En agosto de 2019 comenzó funciones como subsecretario de Producción de la Sedapa, hasta que finalmente, llegó a la titularidad de la dependencia.
El tuxtepecano se mantuvo por varios meses de bajo perfil e incluso limitar su presencia en la Tuxtepec tras el atentado a su padre en marzo de 2018, cuando don Gabriel Cué Sacre fue agredido por arma de fuego en su rancho en la comunidad de San Bartolo de Tuxtepec.
Su corta trayectoria política, su nula experiencia en el campo y su gris desempeño en la Sedapa auguran un panorama crítico para el sector agropecuario.
¿Y LOS PROGRAMAS?
Pero si Cué Navarro no sabe ni ha dicho nada desde que está en la dependencia acerca de los apoyos a los campesinos en esta contingencia, mucho menos su jefe político, el gobernador Alejandro Murat Hinojosa.
En tres mensajes con decretos que ha emitido en cinco semanas, el mandatario ha privilegiado la obra pública –que beneficiará sólo a constructoras foráneas de amigos que ganan las licitaciones desde una oficina de la Ciudad de México–, con recursos de un crédito de tres mil 600 millones de pesos aprobados desde octubre del año pasado.
También, más créditos para comercios y negocios pequeños que van irremediablemente a la quiebra, y también al endeudamiento.
¿Del campo? Hasta ahora no se ha dicho nada, pese a ser la actividad productiva más rentable para el estado, que ha sobrevivido con limosnas.
De 10 acciones –anunciados como “un acto de responsabilidad, solidaridad, justicia y amor por Oaxaca”–, en sólo una se menciona al sector agropecuario, y son créditos para productores, no para los campesinos.
“Así también, a fin de respaldar al campo oaxaqueño, a las y los campesinos y ganaderos que permita garantizar la producción de alimentos en la entidad, en coordinación con Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA), se dispuso la creación un fondo de crédito de 190 millones de pesos para dinamizar las cadenas productivas y generar más empleos”. Nada más y por supuesto, nadie ha podido acceder a esos préstamos federales hasta ahora.
De acuerdo con información de Juan Carlos Zavala publicada en “El Universal”, la Cámara de Diputados Federal recortó 17 mil 858 millones de pesos al sector agropecuario para el ejercicio fiscal 2020, lo que significa una reducción de 27.3% en comparación con los recursos que se asignaron a este rubro en 2019.
Según un análisis realizado por Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), con base al Presupuesto de Egresos 2020 (PEF) publicado en la Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados el pasado 21 de noviembre, este recorte ocurre mientras el sector agropecuario es el que más está creciendo en la economía; es el décimo productor del mundo y octavo exportador mundial.
Apenas en septiembre pasado, el gobierno de Oaxaca presumió que “con una producción anual de alrededor de 20 millones 110 mil 310 toneladas de alimentos, la entidad oaxaqueña se posiciona en tercer lugar a nivel nacional en producción agrícola”.
En datos del Atlas Agroalimentario del Estado de Oaxaca que la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Pesca y Acuacultura (Sedapa), en el estado se cuentan 50 actividades productivas agrícolas de las 63 con los que tiene el país.
Para estas actividades se cuenta con un millón 517 mil hectáreas disponibles, mientras que 555 mil 457 personas de las más de 3.9 millones que habitan en el estado, están ocupadas en actividades agrícolas.
“En tanto que 127 mil 671 son mujeres, lo que ubica al estado en el primer lugar a nivel nacional en contar con mayor número de productoras, su participación se centra en cultivo de maíz grano, café cereza y frijol”.
Las presunciones solamente en boletines, porque el gobierno federal como el estatal, tienen en el más absoluto olvido a los hombres y mujeres del campo, que ahora siembran sólo para su consumo propio y para subsistir.
No hay modo de sobrevivencia de los más pobres entre los pobres; los olvidados de Alejandro Murat terminarán por sepultar los sueños del mexiquense aún priista, que desea ser candidato a la Presidencia de la República… o cuando menos integrarse al gabinete del morenista Andrés Manuel López Obrador.