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Opinión. El fracaso de la 4T en el Congreso de Oaxaca

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., 30 de agosto de 2021.- Dos meses y medio antes de que concluya la 64 Legislatura, ya no hay dinero; no hay cabeza ni en la Junta de Coordinación Política ni en la fracción de Morena; los resultados, escasos, los pleitos muchos; y las sumisiones al Poder Ejecutivo, bastantes.

Así termina un segundo trienio de la Cuarta Transformación en el Congreso del Estado; dividida, cada quién viendo por sus intereses personales; pocos por los ideales que impulsa el Presidente Andrés Manuel López Obrador y muchos sujetos al priista Alejandro Avilés Álvarez.

Una foto, el miércoles 25 de agosto pasado, de una reunión del gobernador Alejandro Murat con una veintena de legisladores y legisladoras, parece ilustrar: misión cumplida.

NEGRAS COMPLACENCIAS

Las señales de la obediencia al mandatario estatal, pero sobre todo la vergonzosa aceptación de regaños y señalamientos por parte de funcionarios, dice mucho del fracaso de la fracción del Partido Morena, sin orden ni rumbo.

¿En dónde está Fredie Delfín?, la pregunta recurrente; negociando, la respuesta recurrente.

Uno de muchos ejemplos, no sesionar para permitir que el gobernador Alejandro Murat designara de manera directa a dos magistrados. Otro, un nombramiento “planchado” del fiscal Arturo Peimbert.

Más recientemente, sin razones suficientes, la 64 Legislatura logró la comparecencia de media docena de funcionarios, principalmente de áreas susceptibles de conflictos y caracterizadas por el derroche.

Una de ellos, la dependencia que encabeza el mexiquense Vicente Mendoza Téllez, que exhibió a legisladores con el apoyo de Alejandro Avilés; primero, se reunió en privado con los propios diputados para presentar un informe a modo; después, en un mensaje videograbado, dijo lo que quiso acerca de las finanzas públicas del estado; por último, hubo maniobra para la falta de quórum en la comparecencia.

Finalmente, el 24 de agosto Mendoza Téllez acudió al comparecer, pero cuando uno que otro legislador o legisladora, como Aurora López Acevedo, quiso remilgar, fue exhibido, o fueron exhibidos de pedir dinero.

Rasero distinto para el titular de Salud, otro mexiquense, Juan Carlos Márquez Heine, el 19 de agosto, al que le permitieron toda clase de vejaciones, por órdenes de Fredie Delfín Avendaño.

Un desdén más, el del secretario de Agricultura, Gabriel Cué Navarro, que dejó “plantados” a los diputados y no llegó, bajo el pretexto de una reunión previamente agendada. Y nadie recriminó.

MEGAPRESUPUESTO

“No mentir, no robar y no traicionar al pueblo” han quedado muy lejos de la sede del Poder Legislativo, donde la mayoría de los dictámenes tiene precio; los votos se tasan en pesos y a veces hasta en centavos o en una comida con bebidas alcohólicas.

Hasta Fredie Delfín fue señalado negociar monetariamente con sus compañeros para analizar y en su caso aprobar una gubernatura de dos años, para acatar órdenes de Salomón Jara.

Apenas el pasado 7 de agosto, el diario “El Imparcial” reportó en una nota informativa que el presupuesto anual del Congreso del Estado este año fue de 418 millones 696 mil 586 pesos, pero que le parecieron insuficientes a las y los diputados, por lo que se autoaprobaron otra cantidad adicional, de 231 millones 804 mil 594 pesos, para un total de 605.5 millones de pesos.

De ello, en el primer semestre ya se habían gastado 487 millones 483 mil pesos; es decir, el 73 por ciento del presupuesto anual.

Para estas fechas ya terminaron el dinero tres meses antes y ya están despidiendo al personal de confianza, avisando formalmente que ya no hay dinero para pagarles.

ESCASOS AVANCES

Nadie, hasta ahora, ha podido presumir la productividad en el Congreso del Estado y son pocos los legisladores que proponen o discuten o rebaten, como Magaly López Domínguez, César Morales, Horacio Sosa, Arcelia López.

Pocos también los logros relevantes, como la ley para prohibir la venta de alimentos “chatarra” a menores de edad, de Magaly López.

Las cuestionadas –aunque de avanzada– leyes proaborto y matrimonio igualitario; la de la prohibición del uso de plástico y unicel, de Horacio Sosa; o la más reciente, la de la prohibición para destinar recursos públicos a concursos de belleza.

Si s0n eficaces o no, eso ya depende del Poder Ejecutivo, que por cierto poco o nada ha hecho para concretarlos en la realidad; pero poco o nada ha hecho también el Legislativo para recriminar dicha indolencia.

¿MÁS DE LO MISMO?

La primera coordinación parlamentaria de Morena, dividida, fue encabezada por la tuxtepecana Laura Estrada Mauro, quien sólo obedeció a ciegas a Salomón Jara –y sigue obedeciendo–, además de permitir el saqueo para financiar la permanente campaña política del senador.

Le sucedió Horacio Sosa Villavicencio, que logró equilibrar las fuerzas internas, pactó con los dos grupos y logró la unidad entre los 26 legisladores; acaso fue el único año de transición tersa y de acuerdos, en que además salieron la mayoría de las principales propuestas morenistas.

Siguió Delfina Guzmán, pero no duró ni un trimestre, pues de inmediato volvieron las pugnas internas y de nuevo la división, ahora en múltiples grupos, que sólo coincidieron en hacerla a un lado, también por su proclividad a Salomón Jara y por seguir permitiendo el saqueo de las arcas camerales.

Coincidieron en nombrar a Fredie Delfín Avendaño, pero a éste sólo le importó el acuerdo grupal y la unidad por acaso otro trimestre; después todo fue negociación y otra vez el dispendio y la corrupción. ¿Seguirá los mismos pasos la 65 Legislatura que entra en vigor el próximo 13 de noviembre?

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