Redacción/Zona Rona Cdmx.
Ciudad de México, a 9 de octubre de 2022.- Le acaban de conceder a la mexicana Paulina Pineda, en Estados Unidos, la prestigiosa beca Fulbright, que reconoce el trabajo de estudiantes de excelencia en posgrado.
Con esa beca, volverá a recorrer y conocerá más a fondo la región donde nacieron sus abuelos paternos en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.
Durante años, Paulina creció sin conocer sus raíces zapotecas e indígenas. Hace más de medio siglo, sus abuelos salieron del pueblo para migrar a la ciudad.
Dejaron a un lado la lengua en que se conocieron y aprendieron a quererse, para hablar sólo español. Con esperanza, internalizado el miedo frente a la discriminación y el racismo, para proteger a la familia escondieron las fotografías, ocultaron los huipiles, dejaron de cantar los sones, silenciaron su lengua diidxazá.
Hace un lustro, durante su labor de investigación del doctorado en Literatura Comparada en la Universidad de Princeton, viajó a Juchitán y comenzó a encontrar indicios familiares que desconocía, a acercarse al conocimiento de sus ancestros.
A través de las letras de una canción supo —porque antes nadie se lo dijo o no lo consideraron importante—, que su nombre lo eligieron su abuelo y su tía, la hermana mayor de su padre, en honor al son istmeño Paulina, cuya letra dice: “Cuando tú bailas el son, ay, Paulina, no estás pisando el terrado. Tú pisas mi corazón, ay, Paulina…”.
Cuando Paulina inició su trabajo de investigación en el Istmo de Tehuantepec, la persona que más se hubiera emocionado de platicar con ella y leer su trabajo, su abuelo paterno, ya había fallecido.
“La literatura primero me permitió regresar, a través de las palabras, a esos espacios que nos fueron negados. La historia de mi familia es la de muchas otras familias que se habían olvidado de su origen o lo negaron para evitar reconocerse indígenas frente a la discriminación.
“Fue vivir en un silencio brutal sobre el lugar de donde venían mis abuelos para que todos ‘estuviéramos bien’. La propia educación nos dijo que nuestras raíces no valían, que debíamos ir a otros sitios para encontrar valor”, dijo Paulina en entrevista con “Excélsior”.
Hoy, con la beca Fulbright, Paulina reunirá fragmentos de su propia historia familiar, mientras continúa el aprendizaje del diidxazá que le fue prohibido hablar a sus abuelos cuando migraron primero a Arriaga, Chiapas y después a la capital del país.
Recorrerá los mismos senderos que su abuelo se vio forzado a dejar atrás al migrar a la gran ciudad, para documentarlos y poder regresarles una mirada y un valor distinto.
Entonces, esos lugares que eran de dolor y de pérdida en el pasado; ahora se convierten en un sitio en donde yo encuentro a mi abuelo, a mi familia. Eso que creíamos que eran espacios vacíos en nuestra genealogía, al mirarlos bien, descubrimos que realmente son agujeros para sembrar semillas en la tierra”, aseguró Paulina.
Fulbright es el programa educativo de posgrados más importante del gobierno estadunidense. Sus becas se caracterizan por la altísima calidad académica y el liderazgo de quienes las reciben. Prueba de ello es que entre la comunidad de exbecarios Fulbright a nivel mundial hay 86 premios Pulitzer y 60 premios Nobel.
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