Ismael García M./Zona Roja.
Oaxaca, Oax., a 25 de agosto de 2025.- A punto de terminar un mes de prórroga, miles de automóviles realizan cotidianamente en Oaxaca largas filas para alcanzar un lugar, a fin de que se verifique su unidad de motor para que no emita una mayor cantidad de contaminantes.
Pero al día sólo alcanzan la oportunidad 50 conductores, aunado a que se enfrentan a una pésima y deficiente atención, por lo que la tragedia social aumenta, sin que la autoridad correspondiente tome las medidas necesarias.
¿Y la Secretaría del Medio Ambiente de la entidad? Ha optado por callar, por solapar un negocio millonario de particulares, pagado por el poseedor de un vehículo desde el inicio del año.
Es cierto, la mayoría de quienes tienen una unidad de motor actúan o actuaron con irresponsabilidad al no acudir a llevar su vehículo a la verificación.
Pero delicado también que el Gobierno del Estado amague con aplicar multas severas a quienes no cumplen con este requisito ambiental… sin dar las facilidades correspondientes.
Para colmo, ya inició el segundo semestre del año, por el que el poseedor de un vehículo tendrá que pagar más de 500 pesos de nueva cuenta, por un servicio que no sirve.
¿Ha hecho cuentas de cuánto resultan las ganancias de más de un millón de unidades de motor por un monto de 500 pesos? Y multiplíquelo por dos y conocerá el resultado anual.
EL RETO
Sobre el parque vehicular, en Oaxaca, los datos más recientes que se tienen del Inegi son de 2023, en que detalla que existen 476 mil 803 son automóviles; cuatro mil 806 camiones para pasajeros, 318 mil 115 camiones y camionetas para carga y 295 mil 176 motocicletas, para dar un total de un millón 94 mil 900 vehículos.
En el 2017, apenas se contaba con un padrón total de 552 mil 387 unidades de motor, por lo que en menos de una década, la cantidad se ha duplicado.
Evidentemente que, si se compara con otras entidades más desarrolladas, como la Ciudad de México, Nuevo León o Jalisco, es un número menor.
No obstante, por supuesto que ese más de un millón de vehículos genera una alta contaminación, principalmente en zonas urbanas, como son las áreas metropolitanas de Oaxaca de Juárez, de San Juan Bautista Tuxtepec y Santo Domingo Tehuantepec, con sus concernientes vecindades.
Desde hace cerca de una década se implementó el programa de verificación vehicular, que hasta ahora no sirve o no funciona adecuadamente; únicamente ha sido un mecanismo más para exprimir al contribuyente.
Por “sugerencia” de un funcionario estatal, en el sexenio del priista Alejandro Murat, con Samuel Gurrión se comenzaron a construir varias estaciones de verificación vehicular, pero que no tuvieron ninguna utilidad; es decir, no se ocuparon.
Sin embargo, por supuesto que año con año se cobraba el monto de dicha verificación; en consecuencia, hubo ganancias millonarias de un particular, sin mover un solo dedo.
Hasta ahora, nadie sabe cómo se otorgó la concesión de los verificentros y quiénes son los beneficiarios. Jamás se ha hecho pública la forma en que lograron este negocio, que en tiempos de la llamada Cuarta Transformación, sigue boyante.
EL DESASTRE
En el sexenio de Morena con Salomón Jara se siguió cobrando la misma medida de negocio y fue hasta este año en que el gobierno de Oaxaca, por fin decidió ahora sí hacerla realidad.
Pero con la amenaza de multar a quienes no lleven su unidad de motor a verificar. Por supuesto, el propietario de una vehículo ha sido omiso para cumplir a tiempo, pero tiene que ver también la probable cauda de corrupción en esta contribución.
Para empezar, fue hasta febrero en que comenzaron a operar los centro de verificación, que manejan particulares.
Ante un exhorto del Congreso del Estado, la Secretaría del Medio Ambiente, que presidente Karina Unda Harp, anunció una prórroga de un mes, es decir agosto, pero las instalaciones permanecieron cerradas durante los primeros días.
“Debido a los ajustes tecnológicos necesarios que implican estos cambios y para dar una adecuada atención a las y los usuarios, se suspenderá el servicio en los próximos días y la medida se retomará a partir del lunes 4 de agosto”, anunció a finales de julio.
Según ha detallado, en la entidad se localizan 14 Centros de Verificación distribuidos en las regiones de Valles Centrales, Mixteca, Cuenca del Papaloapan, Istmo de Tehuantepec y Sierra Sur.
“Asimismo, se hace del conocimiento que la Policía Vial Estatal tiene facultades para solicitar el holograma de verificación vehicular, por lo tanto, elementos de vialidad municipal no pueden hacerlo”, recalcó.
Pero se cumple casi un mes de desastre, en el que lo único que ha resaltado son denuncias ciudadanas de corrupción en el trámite; o pago de 500 pesos para alcanzar una ficha, o fila desde una noche anterior afuera del verificentro, o trato pésimo o deficiente infraestructura para prestar el servicio… o todo junto.
A ocho meses del año, no hay explicación de esta tragedia que afecta a un cuarto de la población de estado. Por supuesto, tampoco se han dado a conocer los nombres de los millonarios beneficiados con este esquema de concesión.
Y en el colmo, las unidades del servicio público, taxis, mototaxis, y sobre todo camiones de pasajeros, no cumplen ni han cumplido con esta medida.
“Realizar la verificación vehicular dos veces al año permite asegurar que los autos se mantengan en condiciones óptimas y no emitan contaminantes por encima de los límites permitidos en las Normas Oficiales Mexicanas”, dice la Secretaría del Medio Ambiente estatal.
Pero evidentemente que este lucrativo negocio disfrazado de cuidado del medio ambiente, sigue imparable… pues representa enormes ganancias para el Estado y para los concesionarios.
