Yuridiana Sosa/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 12 de diciembre de 2022.- “Lo veo muy difícil”, respondió ayer el presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Francisco Martínez Neri, acerca de hallar un tiradero propio y terminar con la crisis de la basura.
Y es que los tiraderos clandestinos en la capital y sus alrededores se han normalizados en el transcurso de dos meses por la falta de un relleno sanitario, al grado que el mismo gobierno de Oaxaca de Juárez creó el propio en la ribera del río “Atoyac”.
El pasado 8 de diciembre se cumplieron dos meses del cierre del basurero municipal en Villa de Zaachila, del cual, recientemente las autoridades auxiliares de los asentamientos que rodean el relleno negaron toda posibilidad de una reapertura temporal.
En la ciudad de Oaxaca, la crisis sanitaria por la basura ha registrado episodios caóticos, iniciando con el creciente mega basurero a cielo abierto en riberas del “Ayotac”, el cual inició -con responsabilidad por omisión del ayuntamiento morenista de Francisco Martínez Neri- la organización CATEM y semanas después, en otro punto, continuó la autoridad municipal.
Supuestamente, la Secretaría del Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable –en la pasada administración- interpuso una denuncia contra el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez de Juárez y de la organización CATEM por la contaminación generada.
De ese trámite legal, el edil Martínez Neri dijo desconocerlo al no llegar aún ninguna notificación, por lo que, mientras no existan novedades en el proceso sigue haciendo uso del espacio.
El ayuntamiento capitalino recurrió a la ribera como alternativa inmediata para el depósito de los desechos luego que ningún municipio de la zona conurbada o cercano en los Valles Centrales le diera cobijo con un predio para este uso, ni los mismos vecinos de Oaxaca de Juárez permitieran continuar con el uso del terreno del «cuartel”, como zona de transferencia.
Durante los 60 días sin basurero también se han registrado innumerables protestas de la ciudadanía para obligar a la autoridad a activar, a costa de lo que sea, el servicio de recolección de basura, y manifestaciones de trabajadores sindicalizados del ayuntamiento.
GASTOS
Entre las soluciones alternativas que encontró el gobierno municipal fue enviar la basura de la capital a rellenos del estado de Puebla.
Para dicha actividad el ayuntamiento eroga en promedio unos 600 mil pesos diarios para el traslado de los residuos, mientras que oficialmente se gastan al año gastan 250 millones de pesos para mantener el servicio municipal de recolección de basura, con ingresos ciudadanos por ese concepto de apenas 32 millones de pesos al año, de acuerdo a declaraciones del edil Francisco Martínez Neri.
Otro de los gastos extras fue el pago de una sanción al ayuntamiento de San Pablo, Etla y la retención de camiones recolectores luego que, sin verificación de trámites legales ante la autoridad, el gobierno capitalino trató de instalar por medio de un particular un centro de transferencia de basura en predios de Etla.
Cuya arbitrariedad ocasionó que el pasado 7 de noviembre la población de San Pablo retuviera por más de una semana una flotilla de 10 camiones que pretendían tirara basura en su municipio, y aunque se concilió evitar una multa de más de cinco millones, Oaxaca de Juárez tuvo que pagar una multa menor por su acción.
OBLIGAN A ACTUAR A AUTORIDAD
Vecinos de diferentes colonias y agencias en la capital han obligado al gobierno de Martínez Neri a cumplir con el servicio de recolección de basura a través de la protesta.
Entre las últimas, registrada el 17 de noviembre, se registró la de parte de habitantes de la agencia de Candiani, quienes sacaron a la calle sus desechos, creando un basurero público a un costado de un centro comercial de la Plaza del Valle.
Así también, durante ese mes, lo hicieron por dos días los vecinos de la colonia Volcanes, al norte de la capital, quienes bloquearon calles con basura para evitar el paso de vecinos de otras zonas a dejar sus desechos en sus calles y exigir a la autoridad cumplir con el servicio de recolección.
Otros ciudadanos inconformes con el problema de la basura fueron los residentes fraccionamiento Valle Esmeralda, pero esta vez por la contaminación y focos de infecciones que ocasionaba el uso del predio en riberas del río “Salado” como basurero “provisional”, colindante a su zona habitacional. Tras lo cual cerraron dicho espacio conocido como “el cuartel”.
En octubre lo hicieron vecinos del Infonavit Primero de Mayo, que también realizaron bloqueos con basura en su unidad. Solo así el ayuntamiento activó en la zona el servicio público de recolección.
Pero fueron los trabajadores del ayuntamiento, del área de recolección de basura, adheridos al Sindicato “3 de Marzo”, los que iniciaron con el desorden.
El 4 de noviembre iniciaron un paro de labores como protesta por la falta de un relleno sanitario. Durante su protesta depositaron basura a la puerta del Palacio Municipal, en Plaza de la Danza, el zócalo y Alameda de León.
Lo inédito se registró el 7 de noviembre, pues fue la propia ciudadanía y comerciantes del Centro Histórico los que levantaron toda la basura del zócalo y Alameda, con recursos propios.
A dos meses del problema, y con previo conocimiento del asunto, el gobierno del estado de Salomón Jara Cruz tampoco ha informado hasta el momento sobre la atención a la crisis de la basura, la cual también es asunto del orden estatal.