Inicio COLUMNA Opinión. El Trapiche, cincuenta años después  

Opinión. El Trapiche, cincuenta años después  

por Agencia Zona Roja

Isidoro Yescas*

“La madrugada del 29 de octubre de 1974 un grupo de 125 campesinos del poblado de El Trapiche tomaron las 97 hectáreas de la hacienda del mismo nombre. Con el tiempo y luego de gestiones apoyadas por el Bufete jurídico de laUniversidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca y el respaldo político, moral y organizativo de la Coalición Obrero Campesina Estudiantil de Oaxaca (COCEO), lograron que las autoridades les asignaran en propiedad las tierras conquistadas, a través de una resolución que consideró a ese predio como ampliación de ejido, aunque desde la ocupación comenzaron a producir bajo un nuevo esquema en el que tanto el trabajo para hacer producir la tierra como la cosecha se repartían equitativamente, y en torno a una estructura social llamada “Organización Colectiva El Trapiche”. ( p.24). 

El párrafo corresponde a la parte introductoria del libro “El Trapiche, un alentador ejemplo de producción agrícola comunal”, escrita por Jacobo Díaz Ortega y que ayer domingo 28 de octubre fue presentada por el autor  en la agencia municipal de El Trapiche, en el municipio de Santa Cruz Mixtepec, Zimatlán, ante campesinos que aún forman parte del colectivo y un nutrido grupo de universitarios que en la década de los setenta fueron dirigentes y/o activistas del Bufete Popular Universitario, la Federación Estudiantil Oaxaqueña (FEO) y la Coalición Obrero Campesino Estudiantil de Oaxaca (COCEO), organizaciones co-partícipes de este proyecto de trabajo y producción colectiva de la tierra.

El libro recoge los testimonios de una decena fundadores y dirigentes campesinos  de la Organización Colectiva Trapiche que  en la década de los setenta se constituyó en un referente estatal y nacional de lucha y organización campesina independiente en el contexto de otros movimientos sociales desarrollados en el país durante el sexenio de Luis Echeverría Alvarez ( 1970-1976).

Como bien lo recuerda el autor, las 93 hectáreas invadidas pertenecieron a la exhacienda de El Trapiche , propiedad de los hermanos Diego Pérez.De 138 campesinos (13 más se sumaron después de  la toma) que optaron por experimentar con el trabajo colectivo de las tierras invadidas e incursionar en otros proyectos productivos agropecuarios y en la maquila de ropa de mezclilla, 96 ya fallecieron ,y de 42 que aún viven, 39 radican  en la comunidad, de los cuales no más de 20 aún se resisten a dejar morir un proyecto que, en sus mejores momentos, fue objeto de reconocimientos y apoyos por parte de los gobiernos estatal y federal .

En  palabras del dirigente David García Bazán “todo eso tenía que ver con nuestra decisión de tomar las tierras, de trabajar en forma colectiva y en desarrollar un sistema avanzado en la producción de leche, en la cría y venta de vaquillas de registro, además de borregos, chivos, guajolotes, gallinas y la siembra intensiva de hortalizas, antes de la maquiladora, y todo eso era una chulada, porque con toda esa bonanza compramos un carro, ya con dinero de la sociedad, al que llenábamos con canastitas de carrizo que contenían jitomate de buena calidad. Las llevábamos a Oaxaca y en otros viajes mandábamos toneles de leche dos veces a las tres de la tarde, y otros a la una, dos o tres de la mañana o también había compradores que venían a adquirirla aquí.”( pp.68-69).

Sin embargo, múltiples factores externos e internos pesaron para que cincuenta años después hoy prácticamente ya solo quede el glorioso recuerdo de una lucha y experiencia de organización y trabajo colectivo que por lo menos durante tres décadas resultó exitoso. 

Escribe Jacobo Díaz: “La historia del surgimiento de la Organización Colectiva El Trapiche, enSanta Cruz Mixtepec, Oaxaca, tiene muchas características que lo hacen única, pero que sin embargo, cuando de mostrar su desenlace se trata, posee casi las mismas causales que el resto de los descalabros: infinidad de presiones externas de caciques, autoridades agrarias y estatales que no podían admitir el surgimiento de nuevos modelos de producción debido al exitoso ejemplo que irradiaban, e internas, porque las ambiciones personales hicieron presa de algunos de sus miembros…” ( pp.11-12).

Tratándose de un libro básicamente testimonial, vale la pena para los interesados en el tema revisar otros dos textos estrechamente vinculados a  la valiosa aportación   de Díaz Ortega : “Problemática agraria en Oaxaca: 1971-1975” de Gloria Zafra ( publicado en Sociedad y Política enOaxaca 1980, coordinado por Raúl Benítez Zenteno), y Santa Gertrudis: testimonios de una lucha campesina, de Lorena Paz y Julio Moguel ( editorial Era, 1979).

X: @YescasIsidoro

*Maestro en Sociología.

° versión corregida de lo publicado el 28 de octubre en “Noticias”.

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