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Opinión. A falta de medicinas, atole

por Agencia Zona Roja

Néstor Y. Sánchez Islas

No es Oaxaca precisamente una potencia en producción de atoles, Michoacán se lleva el primer lugar. Sin embargo, desde el gobierno del estado existe una enorme producción de él para tratar de cubrir, con lo que suponen una mejor medicina, la grave crisis humana que significa tener el hospital para pobres en el abandono absoluto. El Hospital Civil, antiguo orgullo de los logros de la revolución de 1910 en Oaxaca, hoy muere en manos de la 4T.

Un atolito caliente remedia muchos males y es muy bienvenido en épocas de frío.

Los hay dulces y picosos, de frutas y chiles. En la CDMX la variedad de ellos es enorme, los hay de guayaba, fresa, chocolate, cacahuate, nuez o cajeta. En Oaxaca todavía se encuentra el atole de granillo, de masa o blanco, de amaranto y muchas otras variedades secas o espumosas. Nadie niega que un atolito sea un bálsamo para el alma.

Sin embargo, lo que sucede con la salud de miles de oaxaqueños que no tienen la capacidad económica para internarse en una clínica privada no se cura con base en atolitos. Si un atolito de maíz no sirve para enfermedades graves, mucho menos puede esperarse resultado alguno de un atole de dedo, como el que nos receta el régimen desde hace seis años que se negó siempre el desabasto de medicamentos, pero que hoy la presidenta dice que acabará con él, a pesar de que se supone que nunca existió, como lo afirmaba AMLO.

Creo que a los oaxaqueños nos gustaría más ver al gobernador aceptando la realidad de frente y trabajando para remediarlo que tratando de negar lo evidente.

Y lo evidente es que, para la clase política, resultó más importante irse a celebrar un informe no pedido por nadie por los primeros 100 días del gobierno federal que atender las urgencias de gente que está sufriendo y muriendo. En las redes las imágenes se suceden una tras otra: primero aparece la secretaria de turismo bailando el jarabe mixe a ritmo de cumbia por las calles de la CDMX rodeada de una calenda de acarreados rumbo al informe de Sheinbaum y, el siguiente post es el de un enfermo agonizante en una vieja cama de hospital en Oaxaca.

Esa sucesión de imágenes es la que se queda en nuestra mente, la que nos provoca indignación de ver la insensibilidad llevada a otro nivel y de notar que, para la clase política, lo primero es quedar bien con su líder y no con quienes votaron por ellos. Para la gente de la calle la conclusión es muy simple: el gobierno tiene dinero para acarreados, pero no para medicinas.

CIENCIA POR DECRETO

Seremos potencia científica. Así de fácil. Ya fue decretado desde la sede de la presidencia imperial olvidando que, por decreto, solo se obtienen adulaciones y no realidades. Decretos presidenciales sobran, y fracasos también.

En este caso el deseo es muy bueno. El mejor camino que México puede seguir para salir del atraso es el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Esa es la historia de la humanidad: quienes han tenido la mejor tecnología son los que han dominado al mundo. A nuestro país le conviene invertir en ciencia mucho más que regalar dinero en programas sociales de dudosa eficacia, pero efectivos en la compra de votos.

Declaró la presidenta: “Ya tenemos equipos y recursos suficientes para implementar los proyectos científicos de desarrollo tecnológico, como el auto eléctrico Olinia, el taller de diseño de semiconductores, y en los siguientes días se instalan los grupos de científicos que diseñarán aviones no tripulados, boyas marinas para medición, métodos de extracción de litio, la fábrica de software libre e inteligencia artificial, entre otros desarrollos propios”.

El Plan México propone llegar al “top 10 de las economías” del mundo, elevar la inversión “arriba de 25% del PIB a partir de 2026 y arriba de 28% en 2030″ y crear “1.5 millones de empleos adicionales en manufacturas y en sectores estratégicos”. Suena muy bonito, pero los caprichosos decretos suelen terminar en fracasos.

Por si no lo han notado, en ninguno de esos planes de desarrollo tecnológico entra Oaxaca, a pesar del amor que la 4T dice sentir por nuestra tierra. El auto eléctrico lo construirán en Sonora, si es que algún día se hace realidad. La inteligencia artificial se desarrollará en Jalisco y el bajío, igual que los aviones no tripulados.

Respecto del litio, no se sabe de su existencia por aquí.

Oaxaca cuenta con un importante potencial científico. En EL IMPARCIAL hemos dado cuenta de la gran cantidad de jóvenes doctorandos que realizan importantes trabajos y no sería justo que las instituciones locales fueran ignoradas debido a la mala fama que tiene Oaxaca en el sector educativo por las acciones y vandalismo de la Sección 22 y el pésimo nivel académico de la UABJO.

Ojalá esta prometida ciencia por decreto algo salpique a Oaxaca. De verdad que tenemos estudiantes de altísimo nivel que merecen la oportunidad de demostrar su talento y esta es una gran oportunidad.

nestoryuri@yahoo.com

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