Isidoro Yescas*
A poco más de un año que Cristian Carreño deje la rectoría de la UABJO, todo parece indicar que, contrariamente al relevo rectoral del 2022, en esta ocasión dos factores podrían alterar cualquier decisión que surja del autodenominado Consejo Político del STAUO para impulsar un candidato de unidad: de un lado, la fractura dentro del citado Consejo que, como antecedente inmediato, en el 2022 consensó y sacó adelante una candidatura distinta a la que se pretendió imponer desde el Palacio de Gobierno; y del otro, la captura política de la UABJO por parte de la expresión gobernante de Morena, prohijada por el mismo rector Carreño y la dirigencia del STAUO.
Integrado por liderazgos de las facultades de Odontología, Enfermería, Ciencias Químicas, Arquitectura 5 de Mayo y la Preparatoria 2, además del rector, el Consejo Político del sindicato titular del contrato colectivo de los trabajadores académicos y primera fuerza política en la UABJO enfrenta hoy una división que ya se refleja públicamente en los dos bloques que estarían disputando para el mes de mayo la Secretaría General del STAUO: el bloque oficialista, con el rector Cristian Carreño al frente, que apuesta al continuismo y que impulsa al Secretario Técnico de la rectoría, Víctor Ricárdez Espinoza, para relevar a Enrique Martínez Martínez, y el bloque disidente, que ya promueve desde ahora como su precandidato al secretario de Planeación, Aristeo Salvador Segura.
A reserva de volver sobre el tema, lo que por ahora me interesa destacar es que, con independencia del alineamiento que se registre en derredor de estas dos precandidaturas, el alejamiento del Consejo Político del STAUO por parte del Químico Salvador Segura y del exrector Rafael Torres Valdez (con influencia política en las facultades de Ciencias Químicas y Arquitectura 5 de Mayo, respectivamente) es una clara señal que apunta a cómo podría modificarse la correlación de fuerzas para el relevo rectoral del 2026.
Y previo a esta elección madre, que para variar nuevamente será por voto universal, directo y secreto, pues el rector Carreño incumplió con su compromiso de campaña de pugnar por dotar a la UABJO de una nueva Ley Orgánica, los resultados de las elecciones de director (a) en las facultades de Medicina, Contaduría y Derecho, también podrían resultar determinantes para consolidar o minar el proyecto continuista del grupo político dominante que, a contrapelo de la larga historia no partidista de la UABJO y de su sana distancia con los gobernantes en turno, hoy tiene postrada a esta Casa de Estudios a los pies de la camarilla gobernante primaveral.
En las tres facultades ya citadas, CristianCarreño y su grupo político se juegan – y jugarán- el todo por el todo para preservar el control de la dirección de la Facultad de Contaduría, contar con una aliada confiable en Medicina, e intentar arrebatarle al matrimonio Martínez Helmés- Pérez Campos (SUMA) el control de la dirección de la Facultad de Derecho.
Sin embargo, no las traen todas consigo pues, con excepción de Contaduría, en Medicina tienen la derrota asegurada si el rector Carreño insiste en imponer a la Coordinadora de Internado y Campos Clínicos, Beatriz García Estrada, señalada por docentes y el alumnado de actos de corrupción relacionados con los nuevos ingresos en el pasado ciclo escolar; y en Derecho la directora Rocío Martínez Helmes y el exdirector Pérez Campos ya se blindaron de cualquier sorpresa para afianzar a esta facultad no solamente como un bunker porril y Ateneo Primaveral, sino en su plataforma de lanzamiento para su candidatura a la rectoría.
Todo parece indicar, entonces, que de poco le servirá al rector Cristian Carreño sus abrazos y genuflexiones con el jefe del Poder Ejecutivo y haber mutado discursivamente del color tricolor al guinda, pues los controles políticos que presumía se empiezan a romper desde dentro, empezando por su propio sindicato, y todo apunta que si no se aplica las elecciones que ya la UABJO tiene en puerta se le podrían descarrilar.
*Maestro en Sociología.
X:@YescasIsidoro