Lisbeth Mejía Reyes/Zona Roja.
Oaxaca, Ox., a 10 de junio de 2025.- A pesar de que está prohibido desde el 2019, el matrimonio infantil persiste en el estado de Oaxaca y violenta los derechos de niñas, niños y adolescentes, especialmente en las comunidades indígenas, donde las más afectadas por este problema son las mujeres.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2020) y de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), los estados de Oaxaca, Guerrero y Chiapas concentran a más de la mitad de las 27 mil 800 adolescentes indígenas de entre 12 y 17 años que están casadas o en unión libre.
Por estado, Chiapas ocupa el primer lugar con 8 mil 312; Oaxaca, el segundo, con 3 mil 937; y Guerrero, el tercer sitio con 2 mil 933.
Recientemente, Oaxaca atrajo la atención mediática por el presunto matrimonio de dos adolescentes y la ingesta de bebidas alcohólicas por parte de un niño, hechos ocurridos en la población de San Juanito Yosocani, San Lorenzo.
Un caso similar sucedió en mayo en Guerrero, con la boda de Natalia y Miguel, adolescentes de 16 y 17 años, en San Pedro Cuitlapan, municipio de Tlacoachistlahuaca.
LAS REACCIONES
Las imágenes de lo sucedido en la comunidad indígena de Yosocani, en la región costa de Oaxaca, generaron la reacción de organismos de la sociedad civil y de las instituciones federales, al señalar que se vulneran los derechos de las y los menores de edad.
El Grupo de Estudios sobre la Mujer Rosario Castellanos (GES Mujer), organización oaxaqueña, señaló que «la representación simbólica de una boda entre menores de edad valida y refuerza normas sociales patriarcales y desigualdades estructurales que perpetúan las uniones infantiles, tempranas y/o forzadas (legales o no)».
También genera presión social para que niñas, niños y adolescentes asuman roles y responsabilidades adultas que no corresponden a su etapa de vida. En el caso de las niñas, «se promueve la idea de que deben convertirse en esposas y madres desde edades tempranas», lo que pone en riesgo su salud física y emocional, e impide su derecho a decidir. En los varones, «los estereotipos sobre la masculinidad también resultan profundamente dañinos».
Los matrimonios o uniones infantiles, explica la organización, están vinculados «a embarazos adolescentes, deserción escolar, violencia sexual y pobreza estructural».
Desde hace varios años, la Redim ha condenado los matrimonios infantiles, una «práctica que, bajo el argumento de los usos y costumbres de las comunidades indígenas, cosifica a niñas y adolescentes en diversas entidades del país».
Después de la difusión del video de la presunta boda de adolescentes y del niño ingiriendo cerveza en esta comunidad mixteca, la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) manifestó el 6 de junio su preocupación y rechazo, y llamó a las autoridades estatales y municipales, así como a los sistemas de protección de Oaxaca, para investigar el caso.
El 7 de junio, el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) informó que inició de oficio el expediente 0628/PRODENNAO/SPE/2025 «para identificar la vulneración de derechos hacia menores de edad durante la celebración de una boda, en la localidad de San Juanito Yosocani, ubicada en el municipio de San Lorenzo, en la Costa oaxaqueña.